River y Racing ganaron. Arde la Libertadores
Siete equipos pelearán hasta el domingo por cuatro plazas.
River sumó tres puntos valiosos en su búsqueda de un nuevo pasaje internacional, en una noche de reivin- dicaciones. Dos pibes del club como Augusto Batalla y Lucas Martinez Quarta llegaron bastante golpeados a este partido. Sobre el arquerito llovían críticas y cuestionamientos por sus bajas actuaciones; el defensor se desayunó con la noticia de su antidóping positivo. Y ambos pasaron del sufrimiento a la satisfacción . Disfrutaron de su pequeña revancha. Ba-
talla fue figura y sostuvo el cero en su arco; Martinez Quarta rompió el cero en el arco de enfrente.
Se percibe en el contorno: la clasificación a la Copa Libertadores de 2018 se parece a un premio consuelo. No habita esa intensidad tan reciente del River que perseguía a Boca para dejarlo sin nada. Ya se sabe: el archirrival sumó su título 32 de Liga y lo es-
tá festejando. Pero no hay reproches en la gente: todos los que acompañaron al equipo frente a Aldosivi se reconocen coperos, lo dicen en los diálogos en la Belgrano y en la San Martín; también en la Sívori. No suceden las ansiedades de otros tiempos ante la victoria xeneize. De “cabotaje” le lla
man a la consagración ajena. Sea verdad o autoconvencimiento ante la adversidad, eso es lo que sucede.
Por eso, todos gritan por lo que viene, por el horizonte internacional. Por esa Libertadores que lo tiene a River como protagonista y pretendiente de su cuarto trofeo. “Emiratos Arabes Unidos es el objetivo”, como dice - entre entusiasmo y osadía- el presidente Rodolfo D’Onofrio. Allá, en pleno Golfo Pérsico, el ganador de la máxima competición sudamericana disputará el Mundial de Clubes de la FIFA. Eso quiere toda esta gente que se le animó a la fría noche del Monumental. Más allá de que Boca celebre en el ámbito local...
En un primer tiempo de nivel bastante flojo y donde faltaron jugadas estructuradas, River dispuso mayormente de la posesión de la pelota y tuvo el dominio del campo. Sin embargo sus pocas llegadas no estuvieron vinculadas con el juego suelto sino con pelotas paradas. Aldosivi sabía que iba a jugar una final en el Monumental. Y la jugó como tal. Aún teniendo menos volumen de juego que el dueño de casa, el equipo marplatense -con la determinación de buscar quedarse en Primera- dispuso de las chances más claras. Y erigió al cuestionado Batalla en factor decisivo para mantener el cero. El arquero protagonizó tres tapadas decisivas; la más importante frenando un peligroso cabezazo de Jonathan Galván. Antes le había desviado al córner un riesgoso remate a Neri Bandiera.
Mientras Batalla se lucía, River tenía buenas intenciones. Con una propuesta lógica: tratando de tener la pelota, buscar por las bandas con sus volantes creativos, habilitando a Na
cho Fernández para crear y asistir a Driussi y Alario. Sin embargo no consiguió encender sus buenas pretenciones. En ningún momento encontró los espacios para dañar a un sólido Aldosivi.
No se modificó la tendencia en el segundo período: River siguió ejerciendo mayor protagonismo, controlando la pelota y ocupando el terreno. La diferencia estuvo en que el equipo de Gallardo logró doblegar y dominar a Aldosivi. Sin brillar pero con constancia lo fue empujando cada vez más cerca de su área. Y amenazando con la posiblidad de lastimarlo, más allá de continuar con su anemia de situaciones claras. Y llegó el desnivel, ayudado por una torpeza -como en la fecha pasada ante Bocade Matías Vega. Pity Martinez ejecutó un tiro libre, el arquero dio un rebote innecesario y Martinez Quarta aprovechó para definr con un derechazo corto.
Así, sin sobrarle demasiado, River quedó casi adentro de la próxima Copa Libertadores. Y Aldosivi sigue sufriendo por su promedio.