El discurso de la Reina deja al desnudo la debilidad de la premier británica
Al presentar el plan del gobierno conservador, sólo se centró en el Brexit y no en sus promesas de campaña.
Sin pompa y con tono sombrío, la reina Isabel presentó ayer el plan de gobierno conservador en la Cámara de los Lores, en la apertura del Parlamento británico. Un discurso dominado por el “Hard Brexit” en el corazón de las negociaciones de divorcio con la Unión Europea y la omisión de la visita de estado del presidente Donald Trump al reino.
Un “plan raído”, según lo definió el líder laborista Jeremy Corbyn, cuando la primera ministra Theresa May permanece en Downing St, pero ha perdido todo poder político. Tiene un gobierno minoritario, no consigue hacer un acuerdo con los unionistas protestantes democráticos de Irlanda del Norte y todos especulan con el día de su partida. Su suerte se jugará el 29 de junio, cuando haya un voto de confianza en la Cámara de Diputados, al finalizar el debate del plan de gobierno. El discurso de la reina se centralizó en el Brexit. El gobierno tiene la intención de “britanizar” las ocho leyes necesarias para imple- mentar el Brexit, decidir su propia aduana, su inmigración y sus acuerdos comerciales. Una evidencia de que el mandato otorgado por May a su secretario David Davis en Bruselas es un “Hard Brexit”, cuando un “Brexit colegiado” ya está marchando entre los parlamentarios y May no tiene más poder para frenarlo.
En el día más caluroso en 40 años, con un sombrero azul eléctrico con margaritas y acompañada por el príncipe Carlos, la soberana leyó rápidamente y en un tono monocorde el plan de gobierno escrito por los secretarios de Estado de May. La primera ministra conservadora amenazada de ser derrocada, en un “puscht” entre laboristas, liberales demócratas, unionistas escocesas y torys furiosos. “A la vista de los ataques terroristas en Manchester y en Londres, la estrategia antiterrorista de mi gobierno va a ser revisada para asegurar que la policía y los servicios de seguridad tengan todos los poderes suficientes que ellos necesitan y que la duración de las sentencias por terrorismo sean suficientes para mantener a la población segura”, dijo la reina.
El otro gran desaparecido en el discurso de la reina fue el “Manifiesto Conservador”, después de que May perdiera su mayoría parlamentaria en las últimas elecciones por sus propuestas. Los proyectos fueron licuados ante el rechazo de los electores a las propuestas. En la galería de la Cámara de los Lores, escuchaban el discurso los diputados conservadores, divididos como nunca. Entre ellos, se destacaban los torys que están listos a derrocar a May, en un desafío parlamentario inminente: el canciller Boris Johnson, Philipp Hammond, el chancellor de las finanzas, y David Davis, secretario del Brexit.
El líder laborista Jeremy Corbyn anunció, antes del discurso de la reina, que está listo para que la primera ministra caiga, se acepte un gobierno laborista minoritario y se convoque a una elección general “porque Theresa May ha perdido la autoridad”. Más que los anuncios fueron importantes las omisiones en el discurso de la reina redactado por el gobierno. Voló el “demencia Tax”, que le hizo perder su mayoría parlamentaria. Consistía en vender las casas de los que el estado había pagado sus cuidados cuando estaban enfermos tras su muerte para compensar los gastos. “¡Que renuncie”, gritaban los diputados laboristas.