EE.UU. pidió a China una mayor presión ante la amenaza nuclear norcoreana
El encuentro se llevó a cabo ayer, mientras Trump busca en Beijing un aliado para frenar al régimen de Kim.
El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, junto a su par de Defensa, James Mattis, iniciaron ayer conversaciones con sus contrapartes chinos: el diplomático jefe de Beijing, Yang Jiechi, y el general Fang Fenghui, jefe del Ejército. La reunión se enmarca luego de que el presidente Xi Jinping visitará al mandatario estadounidense en abril pasado. De acuerdo con fuentes en Washington, el punto central de la agenda fue intentar persuadir a China para que adopte un tono más duro contra el gobierno norcoreano, de manera que Pyongyang interrumpa su programa de armas nucleares, y cuya última prueba se realizó en septiembre del año pasado al noreste del país.
Además de la alzada armamentista en la península coreana, el encuentro abordó planes para frenar las amenazas terroristas y el conflicto geopolítico por las islas en el Mar de China, situación que enfrenta al gigante asiático con cinco países: Malasia, Taiwán, Vietnam, Filipinas y Brunei.
“Le reiteramos a China que ellos tienen una responsabilidad diplomática en ejercer mayor presión hacia el régimen (norcoreano), si es que quieren prevenir una futura escalada en el conflicto”, dijo Tillerson al finalizar el encuentro.
La reunión bilateral, llevada a cabo en las dependencias del Departamento de Estado en Washington, se realizó un día después del desafortunado tuit emitido por Trump, donde manifestó que los esfuerzos chinos en Corea del Norte habían fracasado. “Aunque aprecio enormemente los esfuerzos del presidente Xi y de China para ayudar, no han funcionado. Por lo menos ahora sé que China lo intentó”, escribió el mandatario.
El vocero de la cancillería china, Geng Shuang, dijo que “para resolver la situación nuclear en la península coreana, China ha estado haciendo esfuerzos y ha jugado un papel importante y un rol constructivo”.
En marzo pasado, Beijing propuso que Corea del Norte suspendiese sus programas nuclear y de misiles a cambio de que Estados Unidos y Corea del Sur, por su parte, cancelasen sus ejercicios militares en la zona. Washington, que rechazó la propuesta, mantiene una poderosa flota aeronaval y a más de 28 mil soldados estacionados en el Mar de Japón y Corea del Sur.
La retórica del presidente estadounidense se endureció luego del fallecimiento de Otto Warmbier, el estudiante norteamericano de la Universidad de Virginia que estuvo más de 18 meses preso en Corea del Norte, y quien fue condenado por robar propaganda del régimen desde el hotel donde se hospedaba.
Warmbier murió el lunes pasado, pocos días después de haber aterrizado en suelo estadounidense en estado de coma tras su liberación por parte de Pyongyang. En represalia, la Casa Blanca baraja la posibilidad de suspender todo tipo de viajes y visas a Norcorea y sus ciudadanos, como también extender las sanciones hacia entidades bancarias chinas que hagan negocios con el régimen de Kim Jong-un.
El presidente Trump ha puesto a Corea del Norte en el centro de su política exterior, y en una movida inédita, ha buscado en Beijing un aliado para poner freno a la amenaza nuclear que representa ese país.
Tras asumir en enero pasado, el mandatario estadounidense se alejó de la retórica que usó durante su campaña donde criticaba la relación de su antecesor con China, y comenzó a dejar de lado las preocupaciones y reparos sobre el déficit de la balanza comercial de su país con el gigante asiático.
Pero a pesar de que China ha endurecido los controles sobre el comercio de carbón de Corea del Norte, numerosos expertos dicen que Beijing no está preparado para realmente hacer cumplir las sanciones internacionales dictaminadas por las Naciones Unidas, ya que pueden poner en peligro la estabilidad de las relaciones con su impredecible vecino.
Al finalizar la reunión, el secretario de Estado anunció la intención de Trump de visitar China antes de que termine este año.