Una ley con amplio consenso y atravesada por la campaña
El massismo había pedido sesionar hoy, pero el oficialismo reaccionó rápido y anticipó el debate.
En el abecé de la política es fundamental primerear al rival. Es una maniobra para la que se necesita destreza. El jueves de la semana pasada, Sergio Massa y su aliada Margarita Stolbizer hicieron eso. Pidieron una sesión especial en Diputados para el jueves 22, es decir hoy, para tratar el proyecto de protección de víctimas de delitos -que reunía amplio consenso entre todas las bancadas- y otros dos que solo figuran en la agenda de la alianza 1País: uno para bajar los precios de algunos alimentos de la canasta básica y otro para derogar el reciente aumento de los ingresos de los diputados.
El oficialismo reaccionó enseguida. Al día siguiente, pidió una sesión especial para el miércoles 21, es decir ayer, para tratar exclusivamente la ley de protección de víctimas. En simultáneo, ese viernes los líderes del oficialismo empezaron a llamar a los referentes de los bloques opositores, menos al de Massa y sus aliados, para averiguar si estaban dispuestos a dar quórum para la sesión de ayer y neutralizar el movimiento del líder del Frente Renovador.
El jefe de la bancada del PRO, Nicolás Massot, por ejemplo, llamó a sus pares del Peronismo pa- Sergio Massa, impulsor de la iniciativa.
ra la Victoria, del Partido Socialista y del bloque Justicialista. El macrista Emilio Monzó, presidente de la Cámara, se comunicó con Héctor Recalde, jefe del bloque del FpV, quien contestó que sí, pero aclaró que no estaba seguro de cuántos diputados podría asegurar para la sesión debido a que muchos se encontrarían en sus provincias participando de las negociaciones por los cierres de listas.
Recalde hizo un punteo en su bancada. Cuando tuvo el número, le devolvió la llamada a Monzó: le dijo que podían asegurar la asistencia de 40
diputados. Pero se quedó corto. Ayer, sentados en sus bancas hubo 60 diputados del bloque kirchnerista.
Sucedieron dos cosas. La primera es que todo el resto de los bloques interpretaron que Massa quiso sacar ventaja en medio de la campaña electoral. En conjunto, salieron a bloquearle la jugada.
La otra es que en diferentes sectores hay malestar con el tigrense porque hace campaña con su rechazo al reciente aumento en los gastos de representación y en montos de los pasajes de los legisladores, algo que reúne consenso entre la mayoría de las bancadas. Cerca de Massa ayer se burlaron. “¿Otra vez pactaron el oficialismo y el kirchnerismo?”, ironizaron en referencia a que ambos sectores acordaron subir los ingresos de los diputados. Y agregaron: “Nos primerearon votando un proyecto nuestro, jaja. Para nosotros fue un golazo”.
El oficialismo y el resto de la oposición aprovecharon, eso sí, un aparente error del Frente Renovador: que había llamado a su sesión especial para el jueves. Los primerearon y llamaron a deliberar ayer.