Por qué sí
En una historia como ésta, que se eluda manipular las emociones es poco frecuente. Y lo hace.
mún y corriente?
Pero tal vez, sin soslayar lo del párrafo anterior, lo más pertinente que hace el director es no manipular las emociones, o al menos tratar de evitarlo. Webb intenta sopesar lo que desea la abuelita, con buenas intenciones, pero metodología errada y nefasta, con lo que siente Frank.
Un caso aparte es la construcción del personaje de Mary. Por más que sus pensamientos parezcan, por lo menos, de una adolescente, Mary está formándose en la vida. Entre salidas ingenuas, sinceridad y rabietas, McKenna Grace está para comérsela a besos y se aleja del cliché de monstruito nerd, pero comprador.
En síntesis, Un don excepcional es más que una película hecha para televisión, aunque su formato y la elección de ciertos encuadres se le asemejen, tiene cuidado en el abordaje y buenas actuaciones. Es la película con actores que uno puede llevar a sus hijos sin tener que escuchar disparos, estruendos y tonterías varias.