The Who El rock sabe esperar
Llega al país la gran banda que faltaba.
Impecables. En el ‘65 cantaban ”The Kids Are Alright”. Ahora, septuagenarios pero rockeros como pocos: Roger Daltrey y Pete Townshend son los sobrevivientes de una banda clave.
Si alguna banda faltaba en la lista de las esenciales del rock que visitaron nuestro país, esa era The Who. Con una historia que transita su año 54, la ausencia de su nombre entre los visitantes ilustres del género que pisaron suelo argentino tenía sabor a cuenta pendiente, con pocas probabilidades de que fuera saldada.
Más aún, teniendo en cuenta el intento que en 2007 naufragó en en olvido, después de que uno de los fundadores del grupo, Pete Townshend (72) le dijera a Clarín que quería conocer a Charly García, quien había citado su definición del rock and roll en Yendo
de la cama al living. “Si grita pidiendo verdad en lugar de auxilio, si se compromete con un coraje que no está seguro de poseer, si se pone de pie para señalar algo que está mal pero no pide sangre para redimirlo, entonces es rock and roll”, había sentenciado Townshend. Y García lo hizo suyo.
Sin embargo, parece que eso de que todo llega no siempre es mentira, y el 1° de octubre, Roger Daltrey (73) y Townshend (72), respadados por una banda de seis integrantes, saldrán al escenario del Unico de La Plata para completar el paso por nuestro país de una primera línea de pioneros del género compartida casi en igualdad de condiciones con The Beatles y The Rolling Stones.
Pero, quiénes son los Who, para atribuirles semejante relevancia, tanto en los excesos como en lo musical. Veamos un breve repaso de algunos episodios resonantes protagonizados por el cuarteto:
En 1964, en el Railway Hotel, Townshend accidentalmente agujereó el cielorraso con su guitarra, y -inspirado por el conceptualista alemán Gustav Metzger- transformó el percance en una obra en sí misma, estrellando su instrumento contra el piso hasta destrozarla. Tres años después, el guitarrista acusaría a Jimi hendrix de copiar su acto.
En 1965 grabaron My Generation, tema en el que establecían una premisa cumplida a medias: “Espero morir
antes que envejecer”, que no obstante se transformó en una suerte de himno generacional. (“Me resulta bastante tedioso cuando la gente toma esa frase en contra nuestro, ahora. Para mí, la edad no tiene que ver con la apariencia. Es un estado de la mente”, se defendió Daltrey en una antrevista brindada a la revista Uncut.
Las peleas entre sus cuatro integrantes, lejos de circunscribirse al ámbito privado, se trasladaron a los escenarios. Entonces, así comoTownshend arremetió con su guitarra contra el baterista Keith Moon en plena presentación en la TV, tampoco Daltrey dudó en meterle un trompazo al guitarrista en plena actuación.
La afición por demoler hoteles de Moon le costó a la banda unos cuantos miles de dólares y alguna que otra detención. Pero no se trataba sólo del baterista. “Mientras él lo destrozaba
todo, yo ya estaba esperando con los fósforos”, confesó alguna vez el bajista del grupo, John Entwistle.
Como si eso fuera poco, Moon encontró divertido el uso de la pirotecnia, y durante una presentación en el
Smothers Brothers TV Show, sobre el final de My Generation, una explosión voló parte de su batería por el aire, hiriéndole un brazo y provocándole un problema de audición a Townshend con el que carga hasta el presente.
Hubo (mucho) más, pero como para muestra de actitud rock alcanzan un par de botones, es tiempo de poner el foco en el perfil musical de una de las bandas más importantes e influyentes del rock.
“The Who era un cuarteto con cuatro líderes”, escribió alguna vez el crítico Dave Marsh, en una apretada síntesis de cómo funcionó la banda formada en 1964 como decantación de The Detours, que por un instante pasó a llamarse The High Numbers, en un intento de alinearse con la tendencia de los Mods, para recuperar enseguida su nombre para siempre.
La alquimia fue perfecta. La inquieta búsqueda de Townshend de nuevos sonidos y efectos para su guita-
rra -el feedback tiene su sello, como el brazo como un aspa dibujando acompasados círulos perfectos-, el inquebrantable perfil de frontman y cada vez mejor cantante de Daltrey, la potencia y creatividad de Moon, más la capacidad melódica de Entwistle se combinaron con el formato de una usina de grandes canciones.
Temas como I Can’t Explain, My Generation, Anyway, Anyhow, Anywhe
re, Substitute y The Kids Are Alright le abrieron al cuarteto un panorama que abarcó los festivales de Monterey y Woodstock, o el de la isla de Wight, en los que daba cuenta de susingular dosificación de furia y calidad musical.
La edición de Tommy (la segunda ópera rock de la historia) les dio un upgrade que la banda supo defender con Who’s Next -con parte de lo que nunca llegó a ser la segunda parte de
Tommy- y Quadrophenia, llevada al cine, y grabada recientemente en formato sinfónico.
Pese a la muerte de Moon, a los 32, en septiembre de 1978, después de haber ingerido 32 pastillas de Clometiazol 9, tres semanas después del lanzamiento de Who Are You, la banda siguió adelante hasta fines de 1983.
De ahí en más, las reuniones ocasionales se sucedieron hasta que, en 1996, Townshend, Daltrey y Entwistle retomaron una continuidad apenas interrumpida por la muerte del bajista, en junio de 2002, a sus 57, a causa de un paro cardíaco inducido por el escesivo consumo de cocaína.
Y poco después, en 2003, por la detención del guitarrista, quien había usado su tarjeta de crédito para acceder a un sitio de pornografía infantil. Los cargos le fueron levantados a los cuatro meses. Townshend, quien admitió haber sido abusado cuando era niño, alegó que lo había hecho para probar la complicidad de los bancos con las redes de pedofilia.
“Me tocó estar junto a tres adictos. Pete era alcohólico, John también; ellos tomaban la clase de drogas que te puedas imaginar. Y yo trataba de llevarlos. Puede ser porque el cantante es el único cuyo cuerpo es su instrumento. Si te metés en esa mierda, no podés cantar”, confesó Daltrey al
Daily Mirror en 2015. Lo cierto es que 54 años después del comienzo de todo, The Who sigue en la ruta. “Cualquier banda que sobrevive como los Stones...es extraordinaria. Hemos perdido a dos, y ellos a uno (Brian Jones), pero es para destacar que algunos de nosotros hayamos sobrevivido”, señaló el cantante a la revista Billboard.
¿Si son la banda más grande? Pete prefiere esquivar la respuesta: “Somos lo que somos, y eso ya está bien. Pero somos afortunados de estar aún vivos y girando.” Nosotros también.