Trump solo quiere ministros ricos en su gobierno e inmigrantes solventes
Lo afirmó en un acto político en Iowa. Su gabinete es el más rico de la historia de los EE.UU.
“Amo a toda la gente, a los ricos y a los pobres, pero en estos puestos en particular, no quiero a una persona pobre. ¿Tiene sentido?”, ironizó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en un acto político en el estado de Iowa. El candidato del antisistema, que urdió su campaña apelando a la figura del hombre del pueblo y a los olvidados, terminó formando el gabinete más adinerado de la historia de Estados Unidos.
El valor conjunto de las fortunas de los ministros nombrados por Trump fue estimado por la revista económica estadounidense Forbes en 4.500 millones de dólares. Supera por un 60% a la administración de su predecesor Barack Obama. Lo que señala sobre sus ministros tiene esa polémica coherencia.
A la diferencia de sus declaraciones de impuestos que se niega a divulgar, al menos completamante, la fortuna de Trump no es secreta para nadie. El magnate tiene un activo de 2.900 millones de dólares que recién sufrió una baja de 100 millones de dólares en el último año, reporta la agencia financiera Bloomberg.
Constituida principalmente sobre bienes inmobiliarios, la fortuna del presidente apenas supera los 2.500 millones de dólares del exbanquero y hoy Secretario de Comercio del Estado, Wilbur Ross. Según la revista estadounidense Forbes, Ross –experto en bancarrotas– lucró sustancialmente con la crisis del 2007/2008 en el mercado hipotecario de EE.UU.
La ministra de Educación, Betsy DeVos, tampoco es de la plebe. De hecho le critican su falta de credibilidad en materia de educación pública, siendo que ni ella ni sus hijos la recibieron. Yerna de un empresario multimillonario y empresaria también, el patrimonio de su familia está estimado en 5.100 millones de dólares. Forbes calcula que un cuarto de esta suma, 1.250 millones de dólares es suya. El hermano de Devos es Erik Price, el fundador de la firma de seguridad privada Blackwater, implicada en innumerables escán- dalos por su lucrativa participación en la guerra de Irak.
El canciller de Donald Trump, Rex Tillerson, es el ex-CEO de la mayor petrolera a nivel mundial, ExxonMobil. Dejó su cargo dirigiendo la multinacional para asumir el máximo puesto de la diplomacia estadounidense en febrero, embolsando una indemnización de US$180 millones de parte de la petrolera que elevó su patrimo- nio a 330 millones de dólares.
El responsable de Economía, Steve Mnuchin, es un exinversor que multiplicó su capital vendiendo grupos empresariales comprados en plena crisis en 2009 y revendiendolos en 2013. Tiene una fortuna de 300 millones de dólares
Gary Cohn, antes de ser el consejero económico mas influyente de Trump y director del Consejo Econó- mico Nacional, era el titular del banco de inversores Goldman Sachs. Cuando dejó la financiera, fue compensado con un cheque de 225 millones de dólares. También el ministro de Trabajo Andy Puzder cuenta con un activo de 45 millones de dólares, mientras Ben Carson, el de Vivienda y urbanización vale 29 millones y la de Transporte, Elaine Chao, tiene bienes declarados por 24 millones en conjunto con su marido, el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell.
En el cierre de su acto en Iowa, el presidente agradeció a la gente del Estado republicano y prometió nuevas leyes migratorias. Entre ellas, coherente con su aprecio por los millonarios, anunció la preparación de un proyecto para que solo puedan radicarse en el país los inmigrantes solventes y que el seguro social deje de aplicarse a los nuevos inmigrantes hasta que cumplan 5 años en el país. También insistió sobre su promocionado muro en la frontera con México que ahora contaría con paneles solares. Más promesas del gobierno millonario para el pueblo.