Clarín

Le prometió trabajo y la sometió a prostituir­se con 10 hombres por día

El hombre quedó detenido y el fiscal pidió el procesamie­nto. La mujer pudo escapar para denunciarl­o.

- Mariana Iglesias miglesias@clarin.com

Lo conoció en un bar, le contó que no tenía trabajo, que tenía un hijo y que estaba desesperad­a. El prometió ayudarla y después de varios encuentros le dijo que ya tenía todo arreglado. Ella no podía imaginarlo, pero estaba por vivir los peores cinco meses de

su vida: él comenzó a buscarla por la casilla precaria en la que vivía, en Virrey del Pino, para llevarla a un hotel de Flores donde la obligaba a prostituir­se hasta con diez varones por día, de los que ella no veía ni un peso. La tenía amenazada con contarle a su hijo lo que estaba haciendo, y cuando ella finalmente le dijo que no podía más, él la golpeó, la violó y la encerró en el hotel del que logró escaparse gracias a un descuido. El hombre estuvo preso, luego fue liberado, volvió a amenazarla de muerte, y ahora que volvió tras las rejas piden su procesamie­nto con prisión preventiva.

El acusado es Fernando Christian Sánchez Rivera, peruano, 49 años, sin trabajo, sin domicilio, separado de la madre de sus dos hijos, a la que no se le puede acercar por una restricció­n que le impuso la Justicia por denuncias de violencia de la mujer.

A este hombre conoció ella -misionera de Oberá, 46 años- en un bar en octubre del año pasado. Y entonces comenzó la pesadilla que intentó terminar el 18 de marzo. Hacía un mes que le decía que su cuerpo no daba más, que no quería que la llevara más a ese hotel de Yerbal 2850, donde él le metía hombres en la habitación, uno tras otro, todos los días. Hombres a los que él les cobraba y esperaba que terminara su turno en la puerta del hotel. Pero esa noche del 17 de marzo ella se puso firme y él la violó, la golpeó, la dejó encerrada. A la mañana siguiente volvió, siguieron los golpes hasta que ella logró escaparse y en la calle le pidió ayuda a un policía. La llevaron al hospital Piñero, donde estuvo acompañada por especialis­tas del Programa de Rescate del Ministerio de Justicia, a quienes les contó todo.

“Su relato fue claro, atravesado por angustia, vergüenza y culpa, todos hechos propios de mujeres que han estado expuestas a situacione­s de violencia sexual o traumática”, declaró en la causa una de las psicólogas del Programa. “Es una típica situa-

ción de una persona que ejerce poder sobre otra, y esa otra que no puede salir, no tiene posibilida­d de otra cosa. Y ahí aparece el temor, en esa relación hay poder y sometimien­to, y no hay salida: ella no tiene a nadie, es un indicador más de la vulneració­n”, dijo la asistente social del Programa.

Sánchez Rivera quedó detenido ese mismo día en la Unidad 28. La causa cayó en el Juzgado Criminal y Correccion­al Federal 6, a cargo del juez Rodolfo Canicoba Corral, que el 4 de mayo dispuso la falta de mérito del imputado. Se basó en una segunda declaració­n que el 18 de abril hizo la mujer, que siguió recibiendo llamados de Sánchez Rivera a su celular e incluso la forzó a llevarle ropa y comida al penal. En esa segunda declaració­n ella trató de exculparlo, y eso llevó al juez a liberarlo.

Pero luego le preguntaro­n a ella: “¿Usted no se desdice de nada de lo que ha contado hasta ahora? “No, no”. “O sea, él le ha pedido que modifique

su declaració­n”. “Sí”. La asistente social lo dejó en claro: “La posibilida­d de retractars­e suele aparecer cuanto más grave es la situación a la que se encuentra sometida la víctima, y acá hay tres situacione­s: violencia, abuso sexual y trata”.

El viernes pasado, Sánchez Rivera volvió a amenazarla con un cuchillo, como lo hizo cada día desde que estuvo libre. Ella fue a denunciarl­o a la comisaría 2° de Virrey del Pino, y como él la siguió, lo detuvieron ahí mismo. Ella, aterrada, logró entrar al Programa de Protección de Testigos.

“La lectura de este caso no puede ser otra que la de la violencia perpetrada por un varón dominante a una mujer sin recursos para enfrentarl­o. No puede entenderse la segunda declaració­n de la víctima de otra manera que no sea desde el pedido desesperad­o y de manipulaci­ón constante de un hombre que sólo quiere que ella actúe como él lo dispone (...) Es un caso de manual”, escribió el fiscal federal Federico Delgado en el pedido que le hizo esta semana al juez para que indague a Sánchez Rivera por violación y lesiones, y dicte el procesamie­nto con prisión preventiva.

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 ??  ?? El hotel y el acusado. El lugar en el que la mujer era obligada a prostituir­se está en Yerbal al 2800. Arriba, la imagen de Fernando Sánchez Rivera, de 49 años, separado y padre de dos hijos.
El hotel y el acusado. El lugar en el que la mujer era obligada a prostituir­se está en Yerbal al 2800. Arriba, la imagen de Fernando Sánchez Rivera, de 49 años, separado y padre de dos hijos.

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