El atletismo argentino quiere renacer desde el Sudamericano
El torneo dará pasajes al Mundial para los campeones. La Selección tendrá a históricos y promesas.
Camino al aeropuerto Silvio Pettirossi, los pasajeros a punto de llegar a Asunción pueden observar la pista asfáltica en la que pronto aterrizarán. Pero no es la única que se ve desde el cielo porque muy cerca de la estación aérea se divisa la sintética del Comité Olímpico Paraguayo, en la que entre
hoy y el domingo una numerosa delegación argentina competirá en el 50º Campeonato Sudamericano, el torneo de área de la Federación Internacional de Asociaciones de Atletismo más antiguo del mundo.
“Hay que ser realistas: hoy el atletismo argentino es de nivel sudame
ricano. Por eso la idea es quedar lo mejor posible en el área para después tener proyección panamericana o mundial”. Las palabras de Germán Lauro, finalista olímpico y mundial en lanzamiento de bala, sintetizan el estado de situación. Más allá de las últimas históricas finales olímpicas de Braian Toledo (lanzamiento de jabalina) y Germán Chiaraviglio (salto con garrocha) en Río de Janeiro 2016, Argentina debe escalar paso a paso si pretende el crecimiento del atletismo. Y con ese objetivo llegaron 43 de
portistas -25 hombres y 18 mujeres- al primer Sudamericano paraguayo.
Será arduo mejorar lo hecho hace dos años en Lima, donde el seleccionado argentino quedó octavo con dos medallas de oro (Lauro y Chiaraviglio), cinco de plata y cinco de bronce. Habrá una gran dificultad para un equipo en transición. Es que cuesta mucho el imprescindible recambio generacional en el atletismo local.
En Asunción volverán a estar los históricos Lauro -ganador de nueve oros sudamericanos en bala y disco entre 2006 y 2015-, Chiaraviglio (defensor del título), el marchista Juan Manuel Cano (plata hace dos años en los 20.000 metros), Jennifer Dahlgren
(tricampeona en lanzamiento de martillo) y Rocío Comba (bala y disco) más los fondistas Mariano Mastromarino y Rosa Godoy, que irán por los 10.000 metros. Algunos de ellos aún ni piensan en un ciclo olímpico hacia los Juegos de Tokio 2020, objeti
vo que sí tiene en mente esa nueva camada imprescindible para mover la estantería.
En la capital paraguaya habrá que centrar la mirada en Toledo (está consolidado en la elite a pesar de tener apenas 23 años) y en los jóvenes dueños de records argentinos: Guillermo Ruggeri (25 años; 400 metros con vallas), Federico Bruno (24; 1.500), María Victoria Woodward (26; 100), Carolina Lozano (21; 1.500) y Belén Casetta (22; 3.000 con obstáculos). Y en otros bien ubicados en el ranking argentino permanente: Leandro París (22; tercero en 800 metros), Joaquín Gómez (20; tercero en martillo), Román Gastaldi (26; tercero en decatlon), Fiorella Chiappe (21; tercera en 400 con vallas) y las hermanas Mariana (24; sexta en 800) y Florencia Borelli (24; quinta en 5.000 y 10.000).
“Tenemos una delegación numerosa con dos grupos claros: algunos de siempre y algunos nuevos que sorprenden, como Gómez, Chiappe y Ruggeri”, asiente Chiaraviglio. Cano, al hablar de “jóvenes dispuestos a pelear y a aprender”, menciona a Gómez, Gastaldi, Chiappe y Florencia Borelli. “Hay muchas caras nuevas con gran proyección. Siguen siendo proyectos, pero creo que tendrán gran potencial con el tiempo porque el atletismo no es de un año para otro”, analiza Lauro sobre la nueva camada. Y Mastromarino resume: “Se van
a ver caras nuevas. Ojalá que se vea el futuro que le hace falta al atletismo argentino”.
Más allá del orgullo de un título sudamericano, estará en exhibición esa zanahoria tentadora que será la clasificación automática al Mundial de Londres a todos los campeones sin importar si alcanzan las marcas mínimas. Para Chiaraviglio, que aún busca los 5,70 metros para la cita mundialista que se extenderá del 4 al 13 de agosto, “es muy importante y una gran motivación poder tener esta chance para ir al Mundial aunque creo que en la mayoría de las pruebas para ganar habrá que estar cerca de la marca mínima exigida”. Lauro, quien hace tres semanas quedó a cinco centímetros de los 20,50 metros exigidos para ir al Mundial, lo ve del mismo modo: “Fue una lástima haber quedado tan cerca de la marca, así que la opción B es el Sudamericano”. Y Dahlgren, quien necesita 71 metros –el 22 de abril había hecho 70,18prefiere no pensar en la marca “para no sumar presión”.
Montevideo fue la sede del primer Sudamericano, en 1919, pero sólo participaron atletas uruguayos y chilenos. Un año después fue el debut argentino en Santiago. Desde hoy tocará correr, marchar, lanzar o saltar otra vez y un puñado de atletas buscará mejorar sus marcas, otro tanto sumar un podio que garantice una beca y algunos, la gloria del oro y el pasaje al Mundial.