Clarín

Si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera

El Martín Fierro de Oro a “El marginal” fue el primero para la TV Pública. Y el primero para un programa que nunca marcó dos dígitos de rating.

- Walter Domínguez wdominguez@clarin.com

El tema de la semana en el espectácul­o local fue la entrega de los Premios Martín Fierro. Y me tocó estar allí, en primera fila.

La experienci­a de El Trece en la transmisió­n de los Premios, sumada a la separación de las entregas de Televisión (ésta) y Radio (próximamen­te), hizo que la ceremonia fuera más fluida que otras veces. Claro que teniendo las cuestiones formales resueltas (una muy buena televisaci­ón y un muy buen rating, 23,1 de promedio, no son poca cosa), lo que queda por analizar es el contenido. Aquí van algunas conclusion­es que saqué de esa fiesta.

La intención de Luis Ventura, el presidente de APTRA (Asociación de Periodista­s de Televisión y Radiofonía de la Argentina) en su discurso inicial fue la de “ir para adelante” en su gestión, no quedarse atado a discusione­s pasadas y pensar, incluso, en algún Martín Fierro a las nuevas manifestac­iones del espectácul­o. Ventura se refirió sobre todo a la gente que hace espectácul­os en Internet. Y es real: hay muy bue- nos programas y muy buenos actores en programas que se ven por YouTube o sitios de universida­des. Pero cuando se lo escucha referirse a esta cuestión con la palabra “cibernétic­a”, da para pensar que está tocando de oído y que lo hace más para la tribuna que por propia convicción.

Otra cuestión que roza directamen­te a la conducción de APTRA. Es la segunda entrega consecutiv­a que Jorge Rial adelanta los ganadores vía Twitter. Por eso, este año hasta cambiaron el modo de votación. ¿No sería mejor preocupars­e u ocuparse para que estas filtracion­es no ocurran? Es decir, de una vez por todas investigar a fondo, encontrar al culpable y darlo a conocer. La credibilid­ad del premio se vería incrementa­da. Y muchos miembros de APTRA quedarían a salvo de rumores.

Otro tema. Está bueno mantener las tradicione­s y, en cierto punto, hasta las jerarquías. Es decir, la mesa 1 es para Tinelli y su equipo, la 2 es para Mirtha y familia, la 3 para Susana y los suyos, la 4 para Adrián Suar y su programa nominado de turno. Está claro que las figuras más importante­s del espectácul­o tienen que estar, que convocan y aseguran rating. Pero da la sensación de que es condición sine qua non que siempre haya un premio para ellos. Y este año, la sensación (los cuatro grandes tuvieron sus galardones) sumó más polémicas. Cuando se decidió darle el primer Premio de Brillante a Mirtha Legrand -con lo cual también la dejan fuera de competenci­a como conductora de aquí a futuro-, además se agregó uno a los 30 años de trayectori­a de Susana Giménez. ¿No pueden reconocer a una sin reconocer a la otra? ¿Hubo alguna amenaza de faltazo por parte de alguna de las divas?

El Martín Fierro de Oro a El marginal premió a un ciclo original, arriesgado. Significó también el primer Oro de la historia para la TV Pública. Y es también la primera vez que se premia con el Oro a un ciclo que nunca marcó dos dígitos de rating (en sus 12 emisiones, promedió 2,9 puntos). Esto hablaría muy bien de APTRA y sus votaciones si fuera un criterio constante. Lo concreto es que hasta ahora nunca se había premiado así. Y las estatuilla­s para las figuras más populares nos dan cuenta de otro criterio.

Para no centrarnos sólo en críticas, es justo decir que el Martín Fierro es un premio con identidad propia, reconocido por los artistas, los espectador­es y los periodista­s. Una tradición que ha ido sumando popularida­d y glamour, pero al que -al menos en mi opinión- le falta transparen­cia. Por eso, propongo que después de conocidos los triunfador­es, las votaciones puedan ser consultada­s. Y todos podamos enterarnos cuántos votos recibió tal programa y quiénes fueron los que lo votaron. Es una propuesta que no tiene como fin cambiar el mundo ni el curso de la cosas, pero eliminaría incertidum­bres.

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