Un equipo que va al frente
“Agua ardiente” es el tercer disco de Los Espíritus. Aquí, invitan a su ritual de psicodelia, blues y poesía callejera.
Una de las grandes noticias del año dentro de la escena porteña independiente es la salida de Agua ardiente, el tercer disco de Los Espíritus, el sexteto comandado por Maxi Prietto y Santiago Moraes, que en clave de blues amazónico y poesía urbana presentarán hoy y mañana en el Teatro de Flores. “Parte de la gracia del proyecto es no saber cuál es su intención. No tenemos control, casi, sobre lo que hacemos. Tocamos y la pasamos bien. No
hay nada premeditado. Sale un acorde que te entusiasma, llega la frase y, como repositores de supermercado, vamos acomodando las cosas. Hay un lazo de amistad más grande que todo y nos da una conducción. Somos un equipo que trabaja seriamente en lograr que esto no se convierta en algo serio”, dice Prietto, y en tres pinceladas pinta el cuadro. -Este guiso picante que son Los Espíritus tiene sus ingredientes, ¿qué papel juega cada uno ese sonido?
Moraes: Miguel (Mactas), hace guitarras muy rítmicas, el también toca en Yataians con Pipe (Juan Felipe Correa, baterista). La guitarra de Maxi es más psicodélica, más volada.
Prietto: Futbolísticamente hablando, la bata y el bajo (Martin Ferbat) son la defensa. Con Migue vamos por las puntas, la percusión (Fer Barrey) distribuye en el mediocampo y Santi va al medio con la acústica, sostiene y canta, es el que hace el gol de cabeza sobre la hora, eludiendo las marcas. Siempre que falta un minuto para cerrar el partido, que para nosotros es grabar el disco, cae Santi con un tema nuevo. La vez pasada fue La crecida, y en éste fue Perdida en el fuego. ¡Un gol de palomita! -¿Cómo es su psicodelia y qué estado pretende provocar en el otro? Prietto: La psicodelia surge en pleno auge del LSD en los ‘60 con el propósito de despertar los sentidos y ser parte de una experiencia no ordinaria. Esa combinación rítmica y espacial me copa mucho. Los Espíritus tienen un poco de esa psicodelia: lo rítmico como mantra repetitivo, y los efectos de las mezclas y los delays, que son bastante estimulantes. En la psicodelia, las letras suelen ser medio místicas, pe- ro acá es muy distinto. Nuestras letras son súper terrenales y urbanas. -Como la de “La rueda”... Prietto: Es que todos construimos el mundo en el que vivimos, pero muy pocos tienen tiempo de detenerse a pensar en eso. Con tres laburos y una familia, es difícil ponerse a analizar la cosa. Vos, yo, y todos nosotros, en nuestra rutina de ir buscando el quesito, somos parte de eso y vamos yendo hacia el desastre total. Esa es la alerta que plantea el tema. -Otra definición política interesante está en “Jugo”: “No es mi tarea elegir / Si la marea lleva o trae”, dicen.
Prietto: Esa frase, políticamente, no me gusta. No quiero pensar que no tengo que intervenir. Pero para mí es una frase filosófica. En ese sentido me parece positiva. Ser pesimista me ayuda a ser positivo. Cuando acepto que el mundo está en la mierda absoluta, me relajo y digo: “Es tiempo de ver lo lindo que queda”. La palabra político no me entusiasma mucho. Está muy viciada y se filtra en todo. Atraviesa a cualquier persona que quiere ir a comprar algo y no le alcanza. Nosotros encarnamos la política desde el lado débil, no del que quiere controlar. Los Espíritus están a favor de una energía muy copada. La política está en contra. Así como no es la gente la que está en contra del Gobierno, sino que es el Gobierno el que está en contra de la vida de la gente.