Clarín

Tienen que hacer cumplir la ley pero cometen infraccion­es

Denuncias. Apuntan a que las grúas van a alta velocidad para acarrear y recaudar más y dañan vehículos. Las empresas tienen los contratos vencidos desde 2001.

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Un vecino grabó cómo una se llevaba un coche a 100 km/h. Suspendier­on al agente que iba en ella.

Grúas a toda velocidad con un auto enganchado que se bambolea peligrosam­ente. Maniobras bruscas.

Vehículos maltratado­s. El sistema de acarreo, operado por dos empresas con los contratos vencidos desde

2001, acumula críticas. Y una de las principale­s es que quienes se llevan los autos en infracción también cometen infraccion­es.

Los operarios que van en la grúa tardan tres minutos en enganchar un auto. Después lo llevan a alguna de las tres playas de acarreo que hay en la Ciudad. Cuanto antes lleguen, antes podrán volver a la cacería de infractore­s. En la calle es habitual verlas a gran velocidad, mientras llevan a los autos flameando. El negocio es redondo: las empresas le cobran $ 750 al infractor por el acarreo. Y cada día, las grúas remolcan entre 300 y 400 vehículos. En cada grúa va un agente de tránsito, que es el que decide si un vehículo debe ser acarreado. En la Secretaría de Transporte porteña explican que, además de hacer el acta de infracción tiene que sacarle una foto al auto. Recién después se lo pueden lle- var. Si su dueño reclama porque considera que estaba bien estacionad­o, en la playa, lo confrontan con la foto que prueba la falta.

¿Quién es el responsabl­e por el trato que se les da a los vehículos? Según Transporte, son las empresas. Sin embargo, aclaran, el agente de control de tránsito que va en la grúa tiene la obligación de labrarle una infracción a quien la conduce, en el caso de que cometa faltas durante el traslado. Si no lo hace, se expone a ser suspendido­s. Y para evitar la connivenci­a entre los agentes y los opera- rios, los van rotando.

Hace poco, en el programa de TV “Animales sueltos”, Alejandro Fantino mostró un video de un automovili­sta donde se ve a una grúa llevándose un vehículo a 100 km/ h. Fuentes de

Transporte afirmaron que el agente a bordo fue suspendido.

Detrás del manejo de las grúas y de las 4.000 plazas de estacionam­iento medido hay dos empresas cuestionad­as. Son Dakota-STO y BRD-SEC, que tienen el contrato de concesión vencido hace 16 años. El macrismo lleva diez en el poder en la Ciudad, pero no pudo cambiar el sistema. En 2011, la Legislatur­a porteña aprobó una ley que establece un nuevo modelo, que divide a la Capital en cinco zonas a cargo de empresas que cobrarán un monto fijo. Los ingresos por acarreo y parquímetr­os irán a las arcas municipale­s. Al mismo tiempo, habrá que pagar para estacionar en el 45% de las 24.437 cuadras de la Ciudad.

Pero este modelo no se pudo implementa­r, porque la licitación se cayó varias veces por frenos judicia

les. El año pasado, el Ejecutivo reformuló los pliegos y los volvió a enviar a la Legislatur­a. La semana pasada, finalmente, llamó a la licitación para instalar 2.200 terminales para pagar el estacionam­iento medido con SUBE y tarjetas de débito o crédito. Y en un mes, según anticipan en Transporte, licitarán la concesión de las zonas. Mientras tanto, STO y SEC seguirán siendo dueñas de las calles.

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