Tras echar a Marini, Unión va por Alfaro
SANTA FE. CORRESPONSAL Unión se había propuesto ingresar a una copa internacional, objetivo que jamás pudo conseguir en su historia y que cada torneo conspira en forma de presión hacia jugadores y dirigentes. Parecía tener todo a su favor: comenzó el torneo este año en la undécima posición (ingresaban los primeros diez). Pero entró en una crisis cuyas consecuencias no asoman en el horizonte. El jueves, tras la derrota ante Independiente, Luis Spahn decidió echar a Pablo Marini, a quien el propio presidente había traído siete fechas atrás. Consiguió una victoria y un empate. El fusible es el técnico, siempre. Pero antes, el presidente le había pedido la renuncia a toda la comisión directiva con el fin de realizar una especie de “auditoría” interna para analizar el desempeño de cada área de la institución. El martes pasado se vio obligado a responderle a un grupo de hinchas autoconvocados en la sede del club. “Le erramos, nos equivocamos, estamos mal”, reconoció.
Algo parece quedar claro con el ma- nejo que decidió adoptar Sphan: como exitoso empresario que es en el ámbito privado, busca que la asociación civil Unión funcione de igual manera. Arrancó mal porque él trajo a este técnico. Pero detrás de estas decisiones que pueden demostrar autoridad hay fallas a la hora de contratar jugadores y entrenadores. Vendió bien en los últimos tiempos (Triverio, Malcorra, Martínez) pero ese dinero no parece haber sido invertido adecuadamente. Los resultados están a la vista. No sólo dentro de la cancha, también en la infraestructura. Tuvo oportunidades para dar el salto de calidad y no lo aprovechó.
En este contexto busca de manera desesperada un bombero que apague este incendio desde el banco de suplentes. Irán por Gustavo Alfaro. ¿Hay plan B si rechaza? Todo indicaría que no. Como si esto fuera poco, mañana juega en la Bombonera.