“En esta isla vivo la calma de ver a mi hijo de 10 años que se va al parque solo y sé que no le pasará nada”
Cordobés de Villa María, Gill llegó al fútbol maltés para jugar en Valletta FC. A los 33 años vive la experiencia en un país en el que la tranquilidad está en todos lados. De todos modos extraña la adrenalina de la pasión argentina.
Malta, una república independiente desde el 21 de septiembre de 1964 y miembro de la Unión Europea, es un archipiélago situado en el mar Mediterráneo y vecino de Italia y Africa. Es un pequeño país de 316 km2 pero con una alta densidad de población (450 mil habitantes) y con pasión por el fútbol. Por eso no podían faltar los argentinos en su Liga Premier. Uno de ellos, Juan Cruz Gill, cordobés de Villa María, juega desde hace dos temporadas en Valletta FC, uno de los principales clubes malteses con 25 títulos de la Liga, 13 de la Copa y 10 de la Supercopa. Desde La Valeta, la capital de Malta, el defensor de 33 años le contó a Clarín sus vivencias en un insólito destino. -¿Cómo es Malta observado por los ojos de un argentino? -Puedo decir que Malta es muy lindo. Tiene muchas costumbres similares a las de italia, acá la gente es muy amable y las playas y lugares históricos son impresionantes, Por eso cuando tengo algún día libre, con mi señora y mis hijos tratamos de recorrer y conocer. Es un país muy tranquilo y hay mucha seguridad; eso está muy bueno sobre todo por mis hijos. Una de las cosas lindas es que en esta isla vivo la calma de ver a mi hijo de 10 años que se va al parque solo y sé que no le pasará nada. También tenemos uno de 4 años. Los dos ya hablan inglés y entienden un poco de maltés.
El central amplia su detalle sobre el país en que desarrolla su actividad profesional desde mediados de 2015. Y cuenta: “Los malteses están bien gracias a los ingresos que les da el turismo, que es su principal actividad. Viven realmente bien. Uno no ve gente pobre en la calle y no hay tanta diferencia de clases”. -¿Cómo manejaste el tema de la adaptación? -Con mi esposa Melina nos adaptamos muy rápido ya que hace varios años que estoy jugando en el exterior. Uno sabe que siempre pueden faltar algunas cosas pero hay otras; así es la vida de los futbolistas. Lo más complicado es el colegio de los chicos y los cambios pero gracias a Dios nuestros hijos Bautista y Lorenzo nos ayudan y siempre se han adaptado muy bien. Con respecto al idioma, yo no entiendo nada de maltés y sólo me manejo con el inglés. -¿Qué extrañás de Argentina? -Por supuesto los afectos, la familia y los seres queridos y el país de uno. Pero también el mate. Trajimos mucha yerba de nuestro último viaje a Argentina porque no es nada sencillo conseguirla acá. Y cuando viene alguna visita le pedimos ¡sí o sí! que traiga yerba. -¿Qué decís sobre tu equipo? -El Valletta FC es uno de los clubes más grandes de Malta. Me ha sorprendido la cantidad de hinchas que tiene; demuestran mucha pasión y les encanta el futbol. -¿Tenés compañeros argentinos en Valletta? -Sí, somos tres en el plantel actual. Maximiliano Velasco, un ex Talleres que da la casualidad que es de mi misma ciudad, Villa María. Pero ¡recién nos conocimos acá, en Malta, a miles de kilómetros de distancia! Qué chico es el mundo, ja, ja. El es un poco más joven y me dice que mi viejo conoce al suyo. También tengo de compañero a Santiago Malano, ex Racing, con quien también habíamos compartido equipo en Chile, en Temuco. Con ellos hay mucho mate siempre.... y nos juntamos siempre a comer. La verdad es que en ese sentido nos sentimos con mucha companía, algo importante por la distancia con nuestro país. Estamos al sur de la isla, vivimos en una ciudad que se llama Marsaskala. El lugar de entrenamiento nos queda a 15 mi-
nutos y nos vamos siempre los tres argentinos y un brasileño y vamos mateando. La temporada pasada estaba en el equipo Fede Falcone, pero se fue a jugar a Portugal. También hay jugadores argentinos en otros equipos de Malta. Somos una linda banda por acá. -¿Qué opinión tienen en Malta sobre el fútbol argentino? -Acá a Argentina, a nivel futbolístico, la ven como lo que verdaderamente somos... una potencia. -Y cómo país, ¿qué visión tienen? -Con respecto a Argentina país, mucha información no tienen. Saben que existe Argentina obvio, pero no conocen detalles de nuestra situación. Yo siempre les cuento lo lindo que es nuestro país. -Te diste el gusto de jugar torneos continentales en Europa. ¿Cómo fue la experiencia? -Esta es mi tercera temporada en Valletta. La primera salimos campeones y jugamos la Pre Champions y quedamos eliminados por Estrella Roja de Serbia. Fue un sueño, y pensar que estuvimos muy cerca de avanzar más. En esta temporada estamos a punto de debutar. En la nueva edición de la Champions League arrancamos contra Folgore, de San Marino, el lunes de locales y el 6 de julio en el partido de vuelta. Pero además, apenas llegué a Malta jugamos la Europa League y quedamos eliminados por muy poco contra un equipo de Gales. -¿Cómo fue haber salido campeón de la Liga Premier el año pasado? -Conseguimos el título una fecha antes del final. Fue mucha felicidad acumulada. Tanto esfuerzo y perseverancia al final tuvo sus frutos. Pasamos un campeonato muy duro enfrentando a rivales muy difíciles. Fue mérito de mis compañeros, cuerpo técnico, directivos, hinchas y de todas las personas que trabajan en Valletta. Y el agradecimiento y la felicidad de compartirlo con mi familia, que es mi vida, me queda para siempre. -¿Te pasó algo curioso en el club? -Algo insolito que me ocurrió es que el primer día de entrenamiento le di la ropa que había usado al utilero. Estaba toda sucia y transpirada y me dice: “No, llevala vos”. El tema es que cuando arranca el año te dan un bolsón con tres conjuntos de ropa para entrenar y la ropa para los viajes, las camperas. Pero el utilero que te prepara la ropa para el día a día no está siempre. Y hay que llevársela y lavarla. Eso me pareció rarísimo pero ya me acostumbre. -¿Cuál es el nivel del torneo? -Hay buenos equipos que se han armado muy bien como pasó con el nuestro, que como equipo grande tenemos que dar pelea todo el año. Y hay varios extranjeros en la liga que ayudan a levantar el nivel. -Seguramente la violencia que se vive en las canchas argentinas debe contrastar con la paz de las de Malta, ¿correcto? -Lo bueno es que entre las hinchadas, más que algún insulto, nunca pasa nada. La violencia no existe en ese sentido. Nuestros hinchas son los más numerosos del país, alientan y se hacen sentir, pero extraño jugar a estadio lleno y con el clima que había cuando jugaba en Talleres. El tema es que cuando se llega al límite de la violencia ya no es lindo. Pero no te puedo negar que como se vive el fútbol en Argentina no se lo vive en ningún lugar del mundo. Por eso el futbolista argentino se adapta y triunfa en el exterior. Porque siempre quiere más y tiene un plus. -Es una ventaja. -El jugador argentino sabe pasar los malos momentos porque las experiencias que vivimos en nuestro paísa nos sirven para manejar situaciones que, a lo mejor, otros no pueden.
Durante estas semanas Juan Cruz Gill no sólo se ilusiona con el nuevo desafío en la Liga de Campeones y en conservar su lugar en Valletta sino que el curso a la distancia de entrenador de la ATFA (Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino) lo tiene sumamente activo cerrando materias y presentando trabajos.
Haber tratado personalmente a Javier Zanetti se convirtió en otra experiencia imborrable para Gill. Rememora: “El vino a Malta a brindar una clínica de fútbol. Por suerte pude saludarlo. Es un crack, siempre esa sonrisa, esa tranquilidad que tiene para todo el mundo... está siempre dispuesto a cruzar alguna palabra, a un saludo cordial. Acá los pibes lo quieren mucho porque en Malta siguen mucho el fútbol italiano. -Arrancaste tu carrera en Talleres. ¿Qué significa el club para vos? -De Talleres guardo los mejores recuerdos. Es una institución enorme que en ese momento tenía muchos problemas económicos, que estaba afectado por la quiebra y por manejos dirigenciales malos. Aun así pasé en Talleres ocho años hermosos, cuatro en la pensión y otros cuatro en Primera. Dejé muchos amigos. Y como anécdota debuté frente a River en junio de 2004 cuando le ganamos 3 a 2 en el Chateau Carreras y me tocó enfrentar casualmente a Marcelo Salas, quien después sería el presidente del club que me contrató en Chile. Para mí ese primer partido en Primera se convirtió en un día inolvidable. Por eso también hoy me alegra ver a Talleres ordenado y en Primera nuevamente.
Con respecto a Argentina país, mucha información no tienen. Saben que existe Argentina obvio, pero no conocen detalles de nuestra situación”. Pasé en Talleres ocho años hermosos, cuatro en la pensión y otros cuatro en Primera. Dejé muchos amigos. Y como anécdota debuté frente a River”.