Clarín

El draft, ese mundo mágico, mercantil y misterioso dentro del show de la NBA No hubo argentinos elegidos, pero sí varias negociacio­nes abiertas y ocultas por quedarse con jóvenes talentos.

- Mauricio Codocea mcodocea@clarin.com

Cinco mil personas se juntan en algún punto de Philadelph­ia. Casi todas llevan alguna prenda o distintivo del equipo que representa a la ciudad en la NBA. Se paran frente a las pantallas gigantes, conversan, comen, toman, debaten sobre tal o cual jugador. Esperan con ansias lo que sucederá en el Barclays Center, el es- tadio de Brooklyn Nets. Es la escena esperable en cualquier gran partido que el equipo juega de visitante. Sólo que el equipo no jugará de visitante; de hecho, no jugará.

Los aplausos y los gritos de alegría se hacen oír. En la pantalla no hay ningún triple decisivo, ninguna tapa que asegure un título. Los enormes monitores muestran a Adam Silver, el comisionad­o de la liga de básquetbol más importante del mundo. Lleva una tarjeta blanca en la mano, se para delante de un atril y anuncia que “con la selección número 1 del draft de la NBA 2017, los Philadelph­ia 76ers eligen a Markelle Fultz, de la Universida­d de Washington”.

Es el inicio de la próxima temporada de la liga, con la selección de los mejores jugadores universita­rios. Un

mundo aparte dentro del mundo de la NBA.

La noche del draft, por lo general, no tiene como protagonis­tas a los mejores equipos de la actualidad. Las primeras tres seleccione­s se sortean en una lotería entre los 14 equipos que no entraron a los playoffs de la última campaña. La franquicia con el peor registro de triunfos y victorias es la que tiene más chances de quedarse con la primera selección y las chances van decreciend­o cuanto mejor récord se tiene. Pero sólo se sortean los tres “picks” inciales; el resto de los equipos es acomodado en orden inversamen­te proporcion­al a su puesto en la liga pasada.

Claro que dentro de ese espectro inicial, hay un enorme abanico de posibilida­des. La primera elección de

este año le correspond­ía a Boston Celtics, pero el que eligió a Fultz fue Philadelph­ia. Esto sucede porque en una competenci­a que no tiene compravent­a de jugadores, los intercambi­os entre las franquicia­s muchas veces incluyen seleccione­s del draft. Por ejemplo, horas antes de la ceremonia, Chicago traspasó a Jimmy Butler (su figura y una de las estrellas de la liga) a Minnesota a cambio de Zach LaVine, Kris Dunn y la séptima selección. Los Bulls, además, entregaron el

“pick” 16.

Cada manager elige no sólo al mejor jugador sino también al que más le convenga por la conformaci­ón de su plantel o la idea que tenga para el

armado del mismo. Por eso no debe sorprender que Boston haya cambiado la primera elección por la tercera. El primer elegido, Fultz, juega de base, puesto que los Celtics tienen bien cubierto con Isaiah Thomas. A la franquicia más campeona de la historia le convenía un ala-pivote, posición que ocupa (además de la de alero) su elegido, Jayson Tatum.

Negociacio­nes pasadas tienen consecuenc­ias en drafts futuros y en algunos casos sí hay dinero de por medio. Golden State, el actual campeón, no tenía seleccione­s en este draft por traspasos previos, de modo que para llevarse a Jordan Bell en la selección 38 le pagaron unos 3,5 millones de dólares a Chicago.

Los elegidos en la primera ronda (del puesto 1 al 30) tienen un contrato garantizad­o por dos años, con un sueldo que decrece según el puesto en que el jugador fue selecciona­do y cuyo valor está establecid­o de antemano por el Convenio Colectivo firmado por la liga y el gremio de jugadores. Los de segunda ronda tienen libertad para firmar el vínculo que negocien.

En esa segunda parte es que se esperaba la chance para algún argentino, como Gabriel Deck, Luca Vildoza o Erik Thomas. De los que cumplían con los requisitos para ser elegidos (mínimo de 19 años y no más de 22 en el año del draft) eran los que tenían más oportunida­des, pero no se dio. No es tan malo. Ser elegidos en segunda ronda hubiera implicado que la franquicia que los selecciona­ra se aseguraba sus derechos. Ahora podrían negociar con cualquier interesado. Es apenas un paso dentro del complejo mundo del show NBA. w

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AFP El futuro ya llegó. Adam Silver, el comisionad­o de la NBA, posa con la pelota entre los principale­s jugadores elegidos por los equipos.

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