Tragedia del micro en Mendoza: “El chofer aceleraba como si fuese a suicidarse”
Lo contó una sobreviviente del vuelco en el que murieron 15 personas. El colectivo no estaba habilitado y circulaba a una gran velocidad en una zona donde la máxima es de 40 km/h.
“El chofer aceleró como si fuese a sui
cidarse”. La frase de Graciela Corbalán, una de las sobrevivientes del accidente del micro en San Rafael que causó 15 muertes, resume las opiniones de otras víctimas y testigos del vuelco fatal. Todas apuntan al exceso
de velocidad como principal causa de la tragedia que conmueve al país.
El micro, que no estaba habilitado por la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT), trasladaba a 52 estudiantes, profesores y padres de la escuela de baile Soul Dance de Grand Bourg que habían participado de un concurso en San Rafael. El domingo tenían que volver a Buenos Aires, pero cambiaron sus planes a último momento para ir a disfrutar de la nieve. Y cuando regresaban de Las Leñas ocurrió el accidente en el que murieron 9 chicos -de entre 8 y 15 años- y 6 adultos. Aún quedan 15 heridos, tres de ellos de gravedad. Anoche, cerca de las 22, llegó a El Palomar el vuelo charter que trasladó los cuerpos. También viajaron familiares y sobrevivientes. En la vigilia, 1.000 personas hicieron un emotivo homenaje a las víctimas en la rotonda de Grand Bourg. Estuvieron presentes alumnos de escuelas primarias y secundarias de la zona, muchos de ellos amigos de los chicos muertos. En medio de un clima de respeto y profundo dolor, hubo llantos y un aplausazo para pedir justicia.
Los testimonios de testigos de la tragedia coinciden en señalar la excesiva velocidad a la que circulaba el micro. “Buena, Rayo McQueen”, bromearon Hugo Ganga y sus dos cuñados cuando bajaban en auto de Las Leñas y el micro los pasó a toda velocidad en un tramo recto de la ruta 144. Unos 60 kilómetros más adelante, en la zona conocida como caracoles de la Cuesta de los Terneros, encontraron nuevamente al colectivo, pero en una escena desgarradora: estaba volcado y por sus ventanas los sobrevivientes salían como podían. “Nos pasó a 120 km/h en una recta, cuando debería haber ido a 90 como máximo”, comentó Ganga. “Iba pasando camiones y cuando llegó a la curva quiso pasar un Renault 12, pero no le dio para volver a meter el colectivo en la ruta”, agregó.
El camino en la Cuesta de los Terneros es tan atrayente por sus paisajes como peligroso por sus curvas (ver infografía en pág. 4) . Es una ruta en buen estado y correctamente señalizada que permite el tránsito de un solo vehículo por carril. La velocidad máxima es de 40 km/h y está
prohibido el sobrepaso. Pero el micro, según los testigos, iba mucho más rápido. Por eso la mayoría apunta a una conducción imprudente de Damián Pinelli, el chofer que también falleció.
“Aceleró, agarró una curva pronunciada y volcó el micro”, relató Corbalán, quien viajó a Mendoza acompañando a su hija, a través de un audio de WhatsApp que se viralizó. “Las nenas me contaron que le pidieron al chofer que baje la velocidad y no les
hizo caso”, relató Silvia, madre de otra de las bailarinas que sobrevivió.
“Quiero creer que le fallaron los frenos”, aseguró por su parte Gabriel Figueroa, un joven de 20 años que viajaba en la unidad de la empresa Talcahuano. “El micro iba muy rápido”, agregó Brian Urueña (17), quien fue asistido en el hospital Schestakow de San Rafael por heridas leves. En la misma línea el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, confirmó que “los primeros análisis muestran un exceso de velocidad del conductor”.
Las autoridades informaron que los peritos analizan el tacómetro del colectivo para determinar la velocidad a la que circulaba. Además descartaron que otro vehículo haya intervenido en el accidente.
Por otra parte, desde la CNRT informaron “que el micro con patente EEZ673 no se encontraba habilitado, ya que había sido dado de baja desde el 12 de diciembre de 2016”. En cam-
bio los choferes Jorge y Damián Pinelli, padre e hijo, tenían sus licencias de conducir vigentes.
El organismo nacional también comunicó que el colectivo habría “tomado rutas alternativas para evadir los controles planificados”. Sin embargo el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, contradijo ese dato al manifestar que “Gendarmería lo controló en la subida a Las Leñas” y que pese a no contar con la autorización obligatoria, pudo continuar con el
viaje. Para superar ese obstáculo, los choferes habrían presentado una cédula de habilitación de Buenos Aires.
Desde Mendoza, Dietrich señaló que el colectivo tenía “documenta
ción adulterada”. Por la tarde, el Ministerio de Transporte amplió esa información: el vehículo modelo 2003 no estaba habilitado para realizar viajes interprovinciales y sus propietarios fraguaron un permiso de circulación (ver “Demoraron...” en pág. 6).
Antes de conocerse este dato, el juez Pablo Peñasco había afirmado que “no hay sospechas de adulteración documental”, aclarando que en caso de existir alguna irregularidad la calificación del hecho, que actualmente es de “homicidio culposo doblemente agravado” por la conducción antirreglamentaria y por la cantidad de víctimas fatales, podría modificarse y ser más grave.
Uno de los puntos importantes de la investigación será determinar en qué estado se encontraban los cinturones de seguridad. “Estuve viendo los asientos y el colectivo tenía los cinturones de seguridad. Pero sobre el estado de esos cinturones es una cuestión que nos va a informar policía científica y que va a resultar de todas las pericias que se hicieron”, indicó Peñasco.
No obstante la principal hipótesis de los investigadores es que los pasajeros no estaban usando el cinturón de seguridad. El subcomisario de Bomberos, Néstor Moyano, comentó que “en ningún micro piden que los pasajeros usen cinturón, por eso al impactar algunos chicos salieron despedidos”.