Rescate de familiares entre bombas y francotiradores
Bajo fuego. En medio de los combates, los sobrevivientes buscan a sus parientes en Mosul, con ayuda de socorristas.
En el devastado Mosul, los socorristas intentan rescatar a las familias sepultadas bajo los escombros tras la sangrienta batalla entre el Ejército iraquí y los yihadistas y los tiroteos que aún continúan. Frente a la excavadora que remueve los restos, Abdel Rahman Mohamed y su hermano Amar fuman un cigarrillo bajo un sol inclemente y una insondable tristeza.
Bajo los escombros estarían los restos de su hermano Ahmed y su familia, desaparecidos cuando huían de los encarnizados combates librados en el barrio de Al Zenjili, al oeste de la ciudad.
Tras haber eliminado a los últimos francotiradores del ISIS emboscados en torno al cruce de Al Borsa, el ejército autorizó al fin a los socorristas a buscar entre los escombros. Salvo milagro, parece imposible hallar a supervivientes. Ammar está hundido: “Hace 20 días que están ahí abajo, toda una familia. Es una tragedia”.
Abdel Rahman, por su lado, se aferra a la idea de que quizá su hermano y su familia abandonaron la casa antes del bombardeo. La historia que se cuenta sobre ellos es dramática.
El 6 de junio, el ejército iraquí avanzaba en Al Zenjili, donde varios civiles estaban encerrados en sus casas, por orden del ISIS. Al cabo, agotados y hambrientos, algunos aprovecharon para huir. Entre ellos Ahmed, el hermano de Abdel Rahman y de Amar, su mujer y sus seis hijos, cuyas edades van de uno a 9 años. Pero al ver llegar a los extremistas del ISIS, la familia “se refugió con otros 30 civiles en el sótano de una casa vecina”, relata Abdel Rahman.
En el interior, el grupo sufrió desesperadamente de sed. Un hombre se ofreció air a buscar agua. Esa fue su “suerte”: en el exterior, la bala de una francotirador le atravesó la mejilla. Herido, no pudo volver a la casa y buscó refugio en otro lugar. Minutos después, la casa fue pulverizada por un bombardeo aéreo, atribuido a la coalición internacional dirigida por Washington. “Quizá se equivocaron de casa o la bombardearon porque en el techo había francotiradores del ISIS”, sugiere Abdel Rahman.
El superviviente herido advierte a los dos hermanos, que avisan a la Defensa civil, unidad del ministerio del Interior, que socorre a supervivientes o recoge a muertos reclamados por sus familias para ser enterrados dignamente.
“Hemos trabajado en Faluja, Ramadi (dos ciudades al oeste de Bagdad, ndlr) pero Mosul, es lo peor” dice el comandante Saad Nawzad Rachid. Sus hombres llegan a veces a tiempo para salvar vidas. En otras ocasiones ya es muy tarde, al ser obstaculizados por los francotiradores y las bombas artesanales. “Nunca he visto tanta destrucción, tantos niños y mujeres afectados, y todo a causa de estos perros” del ISIS, afirma.