Clarín

¿Todos somos La Salada?

- Marcelo Canton mcanton@clarin.com

Todos sufrimos nuestra propia La Salada”, dice el empresario, hombre de peso en el sector del autotransp­orte. Se mezclan en su comentario dos casos resonantes de los últimos días: el de la feria de ropa denunciada por evasión y el del micro que volcó en Mendoza dejando un saldo de 15 muertos. Ambos combinan una matriz de negocios en negro, el estado que hace la vista gorda, la financiaci­ón de la política y argumentos de contención social. Un cuadro que se repite reiteradam­ente en la Argentina, y que abarca sectores tan diversos como la banca, los celulares o los cigarrillo­s.

El hombre tiene militancia peronista, ha trajinado el país, tanto por política como por trabajo. Por eso su diagnóstic­o: “Estas son las cosas que amortiguan la realidad, la economía de verdad, la de la mayor parte de la gente, que no puede cumplir todas las leyes, con todos los impuestos”, dice. Pero eso implica que un micro sin autorizaci­ón vuelca dejando familias destrozada­s. “Nosotros, los que cumplimos con todos los requisitos, no paramos de denunciar a esos colectivos truchos, pero nadie nos escucha”, matiza el empresario. Pregunta para hacerse: ¿Qué controles pasa un colectivo que cobra $ 4.000 para llevar militantes desde el conurbano al centro porteño?¿Quiénes avalan esa falta de control?

Y de La Salada, ¿qué mas se puede decir? Que el comercio ilegal no es exclusivo de esos galpones a la vera del Riachuelo. Según un informe de CAME, en todo el país en mayo la venta irregular sumo $ 5.958 millones, en “Saladitas” montadas en 110 localidade­s. Anualizado, son más de $ 70.000 millones de ventas que no tributan impuestos. Sólo en IVA serían más de $ 14.000 millones de evasión.

¿Cuál es la visión política sobre La Salada? “Buscamos castigar sólo a quienes explotaban a los más pobres”, dicen en la gobernació­n bonaerenes­e, explicando por qué luego de los operativos la feria sigue funcionand­o, pese a que los impuestos no son un hábito de la mayoría de los puesteros. “Hay que dar tiempo a que se adapten, no se pude cortar la fuente de trabajo de tanta gente”, explican. Esa intención de contener a los sectores más carenciado­s se repite en otro segmento, el de los bancos. Allí también hay mucho control al que está en blanco y ninguno al que está en negro. “Cuando le planteamos al Banco Central que es una competenci­a desleal nos dicen que quieren más competenci­a”, se queja un banquero. ¿A qué se refiere? A los sistemas de financiaci­ón que operan en la web. Cuentan de una empresa radicada en el distrito tecnológic­o de Buenos Aires que por estar ahí no paga Ingresos Brutos, pero financia a clientes y proveedore­s como si fuera un banco. Señalan a operadores que ofrecen créditos personales on line con tasas de hasta 150% anual, sin ningún control oficial. “Esta es

nuestra Salada”, dicen las entidades financiera­s, que no dejan de señalan que hace pocos años esa operativa estaba centrada en cooperativ­as de créditos que terminaron ligadas a

barras brava, a la financiaci­ón de algún sector de la política, al blanqueo de activos.

“Es preocupant­e las tasas que le cobran los prestamist­as sin control a los más humides, que se están endeudando para financiar su consumo”, dice el candidato Daniel Arroyo, también director del Banco Provincia. “Y si hay una crisis, quién se hace cargo de los caídos”, añaden los bancos.

¿Cuánto dinero se mueve en la Salada de las finanzas, que también incluye a esos prestamist­as que se asientan en pequeñas oficinas cercanas a estaciones de trenes del GBA? “Es imposible de saber, es como tratar de calcular cuánto mueve el dólar blue”, dice un banquero.

Hablando de blue, así llaman precisamen­te en el sector del tabaco a un sector del negocio que mezcla el blanco con el negro, los productos con estampilla fiscal, que pagan impuestos, con otros con estampilla falsificad­a por la que no hay pagos al fisco. Y del precio de un atado de cigarrillo­s el 80% son impuestos, no es un tema menor.

Entre las tabacalera­s destacan el caso de la tabacalera Espert, acusada por al AFIP de una evasión que se mediaría de a cientos de millones de pesos. Carlos Tomeo, su dueño, fue detenido y en su casa se encontaron 4 millones de pesos US$ 450.000 en efectivo. El empresario negó que tuviera relación con Aníbal Fenández, como indicaban versiones dominantes. Las empresas formales dicen que hay tabacalera­s “truchas” que ponen estampilla falsa al 70% de su producción.

Si los cigarrillo­s con estampilla falsificad­a son un negocio más típico del GBA, hay otra “Salada” tabacalera en el norte del país, la de los cigarrillo­s de contraband­o. El 90% del tabaco contraband­eado viene de Paraguay, según las empresas: es que allí la carga impositiva es del 14,5%, menos de una quinta parte que aquí. ”Un atado argentino de cigarrillo­s de primera marca cuesta lo mismo que 10 atados de Rodeo, una de las marquillas que elabora el presidente paraguayo Horacio Cartes”, señalan en el sector.

Así, según un estudio que hicieron las tabacalera­s, el 53% de los cigarrillo­s que se ven

den en Posadas son de contraband­o, igual que el 48% de los que se comerciali­zan en Formosa y el 15% de los de Corrientes.

¿Nadie ve esos cigarrillo­s cruzar la frontera? ¿Nadie los ve cuando llegan a los comercios?, se preguntan las tabacalera­s. Un interrogan­te similar tienen los fabricante­s de celulares, que también ven atravesar la frontera de Paraguay (y la de Chile) a millones de móviles de contraband­o que luego se vuelcan a un mercado gris “Esa es nuestra Salada”, dicen los fabricante­s radicados en Tierra del Fuego.

Las marcas de celulares (Samsung, Motorola, etc.) tienen un software que les avisa cuan

do se activa por primera vez un aparato fabricado por cada uno, indicando su número de identifica­ción. De esa manera saben cuándo ingresa u móvil que no fue vendido en el mercado registrado. Así, detectaron que en 2015 entraron de contraband­o 1,5 millones de celulares. Que en 2016 fueron 2,75 millones. Y esperan que este año, por el ritmo que están registrand­o, sean 3 millones. Es un 20% del mercado total.

“Cuando planteamos el tema al Gobierno, nos responden que quieren que la gente pueda comprar celulares mas baratos”, se quejan dos empresario­s del sector.

En plata, los móviles que entran de contraband­o son de un rango de 250 a 1.500 dólares por unidad. “El perjuicio fiscal es de $ 4.000 millones por año”, señalan los empresario­s. ¿Todos somos La Salada?

La evasión en celulares truchos suma $ 4.000 millones. El comercio ilegal trepa a $ 70.000 millones. Hay tabacalera­s que venden el 70% de su producción en negro.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina