Alemania aprobó el matrimonio homosexual con el “no” de Merkel
La jefa de Gobierno se opuso en la votación pero habilitó el debate y que se decidiera “con libertad de conciencia”.
Las tribunas desbordaban y se respiraba una emoción inédita para la acartonada formalidad de la cámara baja alemana, el Bundestag. Apenas media hora después de las ocho de la mañana, hora local, estallaban los aplausos, los abrazos y hasta el papel picado. Los legisladores aprobaban por 393 votos a favor, 226 en contra y cuatro abstenciones la ley que otorga a las parejas homosexuales los mismos derechos que a las heterosexuales, incluso el de adopción.
Entre quienes votaron en contra estaba Angela Merkel. “Para mí, el matrimonio es, de acuerdo a nuestra Constitución, una unión entre un hombre y una mujer“, explicó la jefa de gobierno a la prensa. Al mismo tiempo, advirtió que había cambiado de opinión sobre la adopción por parejas del mismo sexo, a la que antes se oponía alegando el “bienestar” de los chicos. “Espero que la votación de hoy no solo promueva el respeto a distintas opiniones sino que traiga mayor cohesión social y paz”, agregó.
Este cambio de opinión de Merkel, expresado el lunes pasado en una entrevista pública con la revista femenina Brigitte, fue lo que desató la aprobación en tiempo récord en el Bun- destag. El Partido Socialdemócrata (SPD), socio menor en la coalición de gobierno en Berlín, forzó la votación de un borrador que “dormía“en el Parlamento desde hacía años y no consultó a sus socios conservadores de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de Merkel.
Hasta ahora, la CDU y la bávara Unión Social Cristiana (CSU) bloqueaban todo avance pese al gran consenso a favor del “matrimonio para todos“en Alemania, un país donde la homosexualidad se vive abiertamente sin perjuicios sociales o laborales. El matrimonio igualitario tampoco se había incluido en el tra-
Según las encuestas, el 80 por ciento de los alemanes apoya el “matrimonio para todos”
tado de coalición que firmaron la CDU/CSU con el SPD tras las elecciones de 2013.
A tres meses de las elecciones generales, fueron Los Verdes (oposición) los que primero condicionaron su eventual participación en una futura coalición de gobierno a la aprobación de una ley de matrimonio igualitario. Luego siguieron los liberales del FDP (oposición extraparlamentaria en esta legislatura) y por último los socialdemócratas del SPD. Su candidato Martin Schulz advirtió en un congreso el domingo pasado que no gobernaría con ningún partido que no estuviera dispuesto a equiparar los derechos de las parejas homosexuales y heterosexuales.
En este contexto, Merkel dijo en la entrevista del lunes que sobre el matrimonio igualitario no debería haber disciplina partidaria sino votaciones con libertad de conciencia. La canciller pensaba seguramente en unas futuras negociaciones para formar gobierno de coalición después de las elecciones del 24 de septiembre. Según las encuestas, su partido es claro favorito (39% contra 25% del SPD) y ella podría comenzar un cuarto mandato al frente de la principal potencia europea. Pero los socialdemócratas de Schulz rompieron la disciplina de coalición y colaron el tema este viernes, en la última sesión de la cámara baja antes del receso estival.
Alemania es el país número 12 que introduce una ley de igualdad de derechos para las parejas del mismo sexo en Europa. No la tienen Austria, Italia, Grecia ni los países del Este del continente. Según distintas encuestas, alrededor de 80% de los alemanes apoyan el “matrimonio para todos“. Desde 2001, las parejas homosexuales podían anotarse en el registro civil y también tenían algunos derechos fiscales y de herencia ganados en distintos fallos judiciales.
Solo lamentaron la decisión la iglesia católica y el partido ultraderechista Alternativa para Alemania, que habló de “un grave error social“. La iglesia evangélica alemana, en cambio, valoró positivamente la medida. Se espera que la ley entre en vigor antes de fin de año, aunque algunos diputados conservadores evalúan presentar una denuncia ante la Corte Constitucional por considerar que la nueva ley viola la carta magna, ya que ésta da una protección especial del estado al matrimonio y la familia.