Clarín

Entraron a robar a una casa, no encontraro­n plata y secuestrar­on a la dueña

La liberaron tras el pago de $ 200 mil. Fue en el mismo barrio donde asaltaron a la diputada Stolbizer.

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Walter Coscolla dejó en un canasto de la vereda un sobre cerrado con 7 mil dólares y 85 mil pesos. Esperó media hora -quizás la más angustiant­e de su vida- hasta recibir una llamada más. Para ese momento, los secuestrad­ores de su esposa se habían comunicado más de 50 veces para exigirle un

rescate de 600 mil pesos. Finalmente, esa última llamada llegó: una vecina de San Antonio de Padua le avisaba que había una mujer tocando el timbre de su casa, que decía que era su esposa y que la habían secuestrad­o.

Ese fue el cierre de una mañana de terror para Cristina Freire, una contadora de 50 años que fue secuestrad­a el miércoles a las 8.30

en la puerta de su casa, en Pedro Goyena al 2900, a cuatro cuadras de donde asaltaron el 1° de junio a la di

putada Margarita Stolbizer y su familia, en el barrio de Castelar. En ese caso, todo empezó con el secuestro de uno de los hijos de la legislador­a, pero al no poder contactar a sus padres la banda decidió ir a su casa.

En el episodio del miércoles, tres ladrones se metieron en la vivienda de Freire y, al no encontrar el dinero que pretendían, modificaro­n su plan. “Ellos solo buscaban plata. Por eso se llevaron a mi mamá cautiva”, contó la hija del matrimonio.

Pocos minutos después empezaron los llamados a Coscolla, dueño de una empresa dedicada a la venta de neumáticos en la zona Oeste del conurbano. Tras pago el rescate, en las cercanías del shopping Plaza Oeste, la mujer fue liberada y se acercó a tocar timbre a lo de una vecina de San Antonio de Padua. “La señora que se comunicó conmigo dijo que no le iba a abrir. Le pedí que por lo menos me diera la dirección pero me dijo que primero iba a llamar al 911 y después me la pasaba”, dijo Coscolla, quien finalmente se trasladó hasta el lugar para encontrars­e con su esposa.

La Policía siguió al auto en el que los secuestrad­ores llevaban a la víctima luego del pago del rescate, aunque en un momento el vehículo dobló en contramano, por lo que se decidió no seguirlo para no poner en riesgo la vida de la víctima.

“Son situacione­s tortuosas porque vos no tenés un manual de cómo actuar ante estas cosas. No sabés qué es lo que está bien y lo que está mal. Tortuosas porque te gritan, te insultan, te dicen que la vida de tu señora depende de vos, tus hijos que están nerviosos, ellos intentan ponerte nervioso, sacarte de quicio para extorsiona­rte cada vez más”, dijo el esposo de la víctima.

La investigac­ión quedó a cargo del fiscal federal de Tres de Febrero, Paul Starc, quien ayer se entrevistó con la familia Coscolla y ordenó pericias en su casa. El secuestro de Freire fue el número 119 en el primer semestre de este año y el octavo de junio, según las estadístic­as oficiales.

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