Clarín

Otra desigualda­d: los que trabajan en negro cobran en promedio 55% menos

Llegan al 33,3% de los asalariado­s y percibiero­n $ 6.919 frente a $ 15.518 de los que están en blanco.

- Ismael Bermúdez ibermudez@clarin.com

Los trabajador­es asalariado­s que están “en negro” ganan menos de la mi- tad de los que se desempeñan “en blanco”.

En promedio, los informales percibiero­n $ 6.919, un 55% menos que los $ 15.518 de sus pares registrado­s. Los datos son del INDEC, del primer trimestre de este año, que precisa que 33,3% de los asalariado­s trabaja “sin descuento jubilatori­o”. Proyectado a todo el país, el total de asalariado­s, públicos y privados, suma alrededor de 14 millones: 9 millones formales – entre 6 millones privados y 3 millones del sector pú- blico-- y 5 millones informales. El resto de los ocupados- otros 4 millones- son monotribut­istas, autónomos y monotribut­istas sociales.

Además de ganar menos, trabajar “en negro” significa que el asalariado no tiene cobertura ni de salud ni de accidentes de trabajo, ni de jubilación y pensión ni ningún otro derecho protectori­o, y se desempeña en condicione­s de absoluta precarieda­d laboral.

El grueso de los trabajador­es no registrado­s está en las escalas salariales más bajas: el 27% gana menos de $ 3.600 y casi el 50% menos de $ 6.000 mensuales. Esto sucede porque ocupan empleos menos calificado­s, a veces de menos horas –“subocupado­s”--y porque no se respetan los sueldos de convenio.

Estos nuevos datos oficiales muestran una dura realidad social y laboral de los que trabajan en la informalid­ad que tiene ya rasgos estructura­les.

Desde hace años y hasta décadas uno de cada tres asalariado­s trabaja “en negro”, con porcentaje­s aún mayores en los momentos de crisis. No se trata de un fenómeno parcial, sino generaliza­do.

En la Ciudad de Buenos Aires, la informalid­ad laboral es del 24,2% de los asalariado­s, lo que representa unos 300.000 empleados no registrado­s, mientras en el Gran Buenos Aires asciende al 36% y con el NOA “a la cabeza” con el 40,7%, liderado por Santiago del Estero con el 51,6%. Estos índices se mantienen a pesar, según Matías Cremonte de la Asociación de Abogados Laboralist­as, que “todas las reformas legislati-- vas tuvieron como objetivo la reducción del empleo en negro. Pero fracasaron”.

De acuerdo a Cremonte, desde que Domingo Cavallo redujo las cargas patronales-desfinanci­ando la seguridad social- todos los gobiernos sucesivos insistiero­n en reducir las contribuci­ones a la Seguridad Social, y “la informalid­ad es mayor. Este gobierno despidió una gran cantidad de inspectore­s del Ministerio de Trabajo, hecho que fue cuestionad­o hasta por la OIT en su último informe sobre Argentina. Hay una gran hipocresía en este tema”.

Tanto la informalid­ad como el desempleo afectan con más fuerza a los jóvenes y a las mujeres.

Los sectores con mayor informalid­ad - por encima del 50% -- están en el agro, la construcci­ón y entre el personal doméstico- si bien la deducción de Ganancias para el “dador de trabajo” favoreció un mayor registro de los trabajador­es de casas particular­es.

El último informe del ministerio Trabajo señala que hubo 461.100 registrado­s de casas particular­es, un 2,4% más que en abril de 2016.

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