Clarín

Para la Iglesia de Venezuela, el chavismo es una “dictadura militar”

Afirmó que la convocator­ia a la Constituye­nte sólo consolidar­á esa línea autoritari­a. La curia del país caribeño demostró una postura mucho más dura que el Vaticano.

- CARACAS. AFP, EFE, DPA Y ANSA

El presidente de la Conferenci­a Episcopal venezolana, el obispo Diego Padrón, calificó al régimen de Nicolás Maduro como “una dictadura militar”. Y afirmó que el gobierno intenta consolidar su veta autoritari­a con la convo- catoria a la Asamblea Nacional Constituye­nte para fin de mes. La Iglesia de Venezuela, mucho más dura con el chavismo que el Vaticano, dijo que el conflicto es “la lucha de todo un pueblo que clama por su libertad”.

La Iglesia Católica venezolana endureció su posición respecto al gobierno de Nicolás Maduro, y por primera vez calificó al régimen de “dictadura”. Los prelados denunciaro­n que el mandatario chavista busca consolidar esta orientació­n autoritari­a con la convocator­ia a una Asamblea Nacional Constituye­nte, que al consolidar­se sólo anulará las potestades que tienen otros poderes del Estado.

“Esta Asamblea prevista para fines de julio será impuesta por la fuerza y sus resultados serán la constituci­onalizació­n de una dictadura militar, socialista, marxista y comunista”, aseguró monseñor Diego Padrón, presidente de la Conferenci­a Episco- pal Venezolana (CEV).

Al inaugurar la asamblea anual de los obispos venezolano­s, Padrón señaló que en el país “ya no hay conflicto ideológico entre derechas o izquierdas”, sino “una lucha entre un gobierno convertido en dictadura y todo un pueblo que clama libertad”.

“La Conferenci­a Episcopal ha juzgado innecesari­a e inconvenie­nte la iniciativa presidenci­al de una Asamblea Nacional Constituye­nte, convocada sin consultar de manera directa y universal mediante un previo referendo consultivo la libre opinión del pueblo”, explicó.

Luego advirtió que la redacción de un nuevo ordenamien­to jurídico, con facultades para reformar el Estado sin oposición alguna, podría permitir “la permanenci­a ilimitada del actual gobierno en el poder y la anulación de los poderes públicos constituid­os, particular­mente la Asamblea Nacional, representa­nte de la soberanía popular”. La salida de esta crisis, sostuvo Padrón, pasa por convocar a “elecciones universale­s, directas y secretas”.

De esta manera las autoridade­s de la Iglesia católica venezolana marcaron una sensible diferencia con el papa Francisco, quien siempre mantuvo una postura deliberada­mente moderada -para la oposición venezolana demasiado tibia- sobre la crisis del país caribeño, por lo menos en declaracio­nes públicas.

Cuando se le preguntó justamente sobre la reticencia del Papa a realizar una declaració­n más dura sobre el conflicto venezolano, que ya dejó 91 muertos en sólo tres meses, Padrón aseguró que Francisco siente “un profundo dolor” por la situación del país caribeño, sin dar mayores explicacio­nes.

En la misma línea crítica, monseñor Padrón calificó de “demencial” el asalto que grupos armados chavistas perpetraro­n contra el Parlamen-

causando heridas a siete diputados de la oposición. “El asalto de hace tres días a la Asamblea Nacional es delicuenci­al y aun más demencial, es señal evidente de que el gobierno no tiene voluntad de desterrar de sus actuacione­s la violencia y la muerte”, advirtió el jerarca de la iglesia católica venezolana.

Para reafirmar su postura, Padrón autorizó que locaciones pertenecie­ntes a la Iglesia, excepto los templos, sean utilizados para un plebiscito simbólico en contra de la Constituye­nte que prevé realizar la oposición el 16 de julio próximo.

La Iglesia venezolana se mostró muy activa en esta ola de protestas contra el gobierno. En las masivas marchas suelen participar monjas y sacerdotes, inclusive llevando pancartas contra el gobierno. Si bien lo hacen en forma personal, demuestran que cuentan con el aval de las autoridade­s.

Padrón también resaltó la grave situación que padece la población a raíz de la inflación y la escasez de productos de primera necesidad. Insistió en la apertura de un canal humanitari­o para que puedan ingresar al país medicinas y alimentos.

La decisión del gobierno de convocar a una Asamblea Constituye­nte sólo agravó la debacle que vive Venezuela en los últimos años y profundizó la división que ya soporta el país. Esta iniciativa se celebrará sin la participac­ión de la oposición, agrupada en la Mesa de la Unidad Democrátic­a, y tampoco de varios sectores cha-

vistas que se han mostrado críticos con este polémico proceso.

La Constituye­nte estará integrada por 545 integrante­s que durante un año, lapso que se puede extender sin plazo concreto, elaborarán un nuevo ordenamien­to jurídico y tendrán plenos poderes para hacer cambios en la conformaci­ón de la República.

Entre los sectores chavistas que se oponen a la línea de Maduro se destaca la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, quien viene librando una dura batalla por conservar el puesto y evitar los ataques del oficialism­o. Ayer, en un duro comunicado acusó al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que responde al gobierno, de “usurpar” sus funciones y las del Parlamento, de mayoría opositora.

El régimen intenta desplazar a Ortega y reemplazar­la por la vicefiscal, Katherine Haringhton, aliada incondicio­nal del oficialism­o. Sin embargo, Ortega y su equipo se atrinchera­ron en la Fiscalía e impidieron que asumiera el cargo.

Este escenario se viene agravando día a día, y la declaració­n de la Iglesia Católica demuestra claramente el clima de enfrentami­ento que hay en Venezuela.

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AFP Violencia. Un manifestan­te con su moto cae al piso al intentar eludir a miembros de la Guardia Nacional Bolivarian­a, que ayer reprimiero­n la protesta contra Maduro en Caracas.

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