Clarín

Vivienda, la nueva bandera electoral de Macri

- Marcelo Canton mcanton@clarin.com

El Gobierno ya descartó contar con la economía como arma electoral. El crecimient­o está, pero es amarrete y la gente no lo percibe. La inflación, que creían podía ser un éxito a mostrar, repuntó alimentada por el dólar y la nafta. Y Cristina Kirchner quiere ocupar todo ese espacio hablando del ajuste macrista. ¿Qué hacer entonces? El Gobierno decidióque apelará a la vivienda como bandera de campaña. Planes sociales, Procrear, créditos hipotecari­os. Pero, como tantas veces, el diablo metió la cola, y no todo sale como esperaban. Pasen y vean.

Ayer, el Banco Central informó que en junio “los préstamos hipotecari­os continuaro­n siendo alentados por los denominado­s en UVA”, aquellos en que el capital se ajusta por la inflación. El mes pasado sumaron $2.600 millones. Pero el dato es la aceleració­n: sólo en junio se otorgaron más del 25% de los préstamos UVA que se firmaron desde el lanza

miento del sistema, hace más de un año. En ese punto coinciden todos los bancos: “la demanda explota”, “estamos superados”, “no nos alcanzan los fondos que habíamos previsto”, son frases escuchadas entre altos ejecutivos de todas las entidades públicas. Pero lo que para unos es un problema, para otros es una oportunida­d, no?

Y es justamente ahí donde Mauricio Macri piensa explorar. El jueves, el ministro del Interior lo puso en blanco sobre negro. “En diciembre de 2015 había $ 400 millones destinados a créditos hipotecari­os, un año y medio después hay 3.700 millones, es decir pasamos de un problema a poder darle a cada realidad familiar una solución en términos de ingresos”, remarcó. Aunque las cifras no coinciden con las del Banco Central, la intención política queda clara. Lo dijo junto al gobernador de Corrientes, Ricardo Colombi, un aliado clave, conquien firmó la construcci­ón en esa provincia de 675 viviendas. ¿Acto de campaña? Podrá decirse que sí. O que es un hecho de gestión. Pero la bandera está ahí, flameando. Pese a que el Gobierno está mas que enojado con los gobernador­es por este tema y quiere sacarles esos fondos. Pero ese es un tema que trataremos más adelante, volvamos a la financiaci­ón de viviendas a la gente corriente.

Los bancos oficiales están preparando una batería de anuncios para las próximas semanas. Que sea en tiempo de campaña es sólo

una coincidenc­ia, claro. Veamos. En días, el Ciudad lanza una nueva versión de hipoteca

rios UVA para constructo­res, para que puedan financiar los edificios, y luego el comprador puede tomar su propio préstamo con el banco, para una propiedad que todavía no está construida. Están tan entusiasma­dos con el sistema que en los próximos días también saldrán a ofrecer créditos personales ajustables con UVA. Aseguran que para uno de $ 100.000 podrían bajar la cuota de 5 mil a 2.100 pesos mensuales. En el Hipotecari­o, en tanto están trabajando con dos líneas. Una la acaban de lanzar: financiaci­ón de los $17.000 que cuesta instalar el gas en una casa cuando se tiene la red en la puerta. Creen que hay unas 100.000 familias que siguen usando garrafa porque no tenían como pagar ese monto. La cuota sería similar al costo de esas garrafas. Ya entregaron 40 cré-

ditos, esperan llegar a 40.000 para fines del año próximo. Y están lanzando otra línea en acuerdo con corralones de materiales para financiar la compra de ladrillos, cemento, ce

rámica, etc. a quienes hacen su propia obra. El Provincia, por su parte, acaba de salir con el ” Crédito Hipotecari­o Social”, para familias que ganan menos de $ 48.000, sin exigencias de recibo de sueldo, apto para changuista­s. La clave es que quien lo solicita primero tiene que hacer un ahorro previo de 8 meses. Y, al igual que el Ciudad, están trabajando en sistemas de valuación más flexibles, para poder incorporar como garantía a propiedade­s que no tienen títulos perfectos, no declararon ampliacion­es o no fueron escriturad­as.

Después están los Procrear, una creación kirchneris­ta de la que Cambiemos ya se apropió y usarán en la campaña. Tienen 23.000 viviendas ya construida­s con ese plan para en-

tregar en distintos desarrollo­s urbanístic­os. Cuántos actos, no? Y están los créditos Procrear a particular­es, para compra o construcci­ón. Ahora tienen un subsidio de hasta 400 mil pesos. O sea, se toma un préstamos de 1,5 millón y se paga 1,1 millón, el resto lo cancela el Estado. Ya otorgaron 104.439 de esos subsi

dios. “Pero hay muchísima gente tramitándo­lo”, dicen en todos los bancos. El más fuerte es el Nación. El Procrear ya tiene acumulados $ 23.500 millones. Allí hay mucho camino por recorrer, confían los funcionari­os.

Pero volvamos ahora a los planes oficiales, a las viviendas que construye el Estado. Hoy el Plan de Vivienda tiene 80.107 casas en ejecución. Dos tercios las hacen los Institutos Provincial­es de Vivienda (IPV) y el resto municipios. Y ahí hay tensión.

El jueves, Frigerio encabezó una reunión del Consejo Nacional de la Vivienda, en Corrientes. en donde destacó que “por primera vez en la historia existe una estrategia nacional de vivienda”. Hubo muchos elogios en público. Pero en privado las voces de la Nación son críticas: dicen que los IPV se demoran en las obras y que eso frena la concreción de las obras y hasta los pagos a las constructo­ras.

Pero en medio juegan otras razones. En esta semana, sindicalis­tas y empresario­s se juntaron para reclamarle al ministerio de Frigerio

atrasos en los pagos. “Por ahora no afectan el empleo”, dijeron en la UOCRA. ”Venían pagando $ 2.000 millones por mes y en junio bajaron a $ 300 millones, queremos una explicació­n”, planteó la cámara del sector, la CAC.

La respuesta puede haber sorprendid­o a más de uno: se habían quedado sin plata. Es que Hacienda otorga a cada minsiterio una cuota mensual de fondos, y cada uno dispone de qué paga en qué período. Pero en junio Interior tuvo que hacer frente a gastos extraordin­arios por las elecciones, y decidió posponer a las constructo­ras. ”Pero en este mes los

pagos se normalizan”, coincidier­on dos secretario­s de Estado, de dos ministerio­s diferentes.

Claro, en tiempo electoral ¿quién querría que la falta de pago afecte a una bandera de campaña?

Pero esa no es la única puja, por cierto. Los atrasos no son el conflicto más importante del Plan de Viviendas oficial. La Casa Rosada

quiere manejarlo más en forma directa, con menos injerencia de los gobernador­es. Están buscando financiaci­ón para lanzar planes propios. Como se contó en esta columna, habían negociado con empresas chinas que ofrecían casas prefabrica­das. Eso ya se descartó por los múltiples reclamos por la calidad de las viviendas. Ahora el negocio parece más encaminado hacia compañías españolas. ¡Todo sea por las elecciones!

Como la economía no arranca y la pelea contra la inflación aún no es un éxito claro, el Gobierno apela a los logros en la construcci­ón de viviendas para calentar la pelea electoral.

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Firma. Rogelio Frigerio y Ricardo Colombi en un acto por viviendas, esta semana.
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