El presidente ruso pide tener “sangre fría” para tratar la crisis con Corea del Norte
El G-20 instó al Consejo de Seguridad de la ONU a dar una respuesta “proporcionada” a la “muy amenazadora” actividad nuclear de Corea del Norte, anunció ayer en Hamburgo la canciller alemana Angela Merkel.
En una rueda de prensa para explicar el desarrollo de la primera jornada de la cumbre del G-20, que termina hoy, la jefa de gobierno dijo que en un encuentro informal de los líderes se trató este tema pese a no ser un asunto habitual de este foro de economías avanzadas y emergentes.
Los países “especialmente afectados”, como Corea del Sur y otros de la zona, han mostrado una “gran preocupación” ante la evolución del régimen de Pyongyang, que probó este martes con éxito su primer misil balístico intercontinental, explicó Merkel.
La canciller agregó que todos los miembros del G-20 esperan que el Consejo de Seguridad de la ONU vuelva a abordar el tema y ofrezca una respuesta “proporcionada” a Pyongyang. Además, EE.UU., Japón y Corea del Sur subrayaron en una declaración conjunta que quieren ejercer la “máxima presión” sobre Norcorea mediante “sanciones adicionales” para detener de inmediato su programa nuclear. El “objetivo común” de los tres países es la “desnuclearización completa, verificable e irreversible de la península coreana de forma pacífica”.
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, pidió mantener la calma en la crisis con Corea del Norte y dijo que se debe tratar de manera “pragmática” la cuestión nuclear. “El problema nuclear norcoreano es un problema muy serio. Pero hay que tener sangre fría, hay que actuar de manera pragmática y con mucho tacto”, dijo Putin en un encuentro con su par surcoreano Moon Jae-In.