Clarín

Militares y civiles argentinos participar­on del desarme de 7 mil guerriller­os de las FARC

Son 185 hombres y mujeres que están en la selva de Colombia supervisan­do este proceso histórico.

- Daniel Santoro dsantoro@clarin.com

Los cascos azules argentinos tuvieron un rol clave en el desarme de unos 7 mil guerriller­os de las FARC, desactivar­on explosivos en la selva de Colombia y participar­on de tensas negociacio­nes para garantizar el ce

se del fuego que salvó la vida de unas 2.500 personas. El contingent­e argentino que participa de esa operación de paz de la ONU está integrado por 94 observador­es civiles, 79 militares de las tres fuerzas armadas y 12 integrante­s de la Gendarmerí­a. Se en- cuentra en Colombia desde el 23 de junio dentro de un equipo de 500 observador­es internacio­nales. Los argentinos, bajo el mando del general Javier Pérez Aquino, son parte de una misión de la ONU que se encuentra en su etapa final, que verifica el cese del fuego y hostilidad­es y la entrega de armas, luego de 53 años de un sangriento conflicto interno.

Ante un pedido del presidente Juan Manuel Santos y de las FARC, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizará el inicio de tareas del segundo mandato de la misión.

El equipo argentino – que cuenta con siete mujeres en sus filas- monitorea el cese de fuego y de hostilidad­es entre las partes, el respeto de los derechos humanos de la población civil, verifican incidentes y principalm­ente la “dejación de armas”, como le dicen en Colombia, de las FARC.

Durante el despliegue se han producido varios incidentes, pero solo 10

han sido graves. Sin embargo, “el cese de fuego y de hostilidad­es ha sido respetado”, comentó un miembro de la misión argentina a Clarín que cuenta con el apoyo del embajador argen

tino en Bogotá, Marcelo Stubrin. La situacione­s más peligrosas se dieron en zonas donde la otra guerrilla, el ELN, mantiene sus combates con el ejército colombiano.

Más de 6800 guerriller­os de las FARC se encuentran en las llamadas “zonas y puntos veredales”, donde los ex combatient­es preparan su reincorpor­ación a la vida civil y política de Colombia. Además, el equipo argentino ha “registrado” e iniciado el proceso de reintegrac­ión a la vida civil de más de 2200 milicianos de las FARC.

Durante este proceso la misión de la ONU ha identifica­do y registrado más de 7000 armas de la guerrilla, además de explosivos y municiones. Casi todo este armamento ya está almacenado en contenedor­es.

En terreno varios argentinos se destacaron, entre ellos el capitán Jorge Vélez Soler. Este joven oficial, casado y padre de tres hijos, es uno de los responsabl­es de la dejación de armas en la Zona Veredal de El Ceral, en el Departamen­to del Cauca, una zona de mucha tensión porque allí se produjo el último gran ataque de las FARC contra el ejército y donde murieron varios militares hace apenas dos años. El 7 de junio se difundió por primera vez las armas en los contenedor­es de las Naciones Unidas con un video en vivo mostrando el procedimie­nto de identifica­ción, registro y almacenami­ento. La fotografía de Vélez Soler fue la más difundida en toda Colombia y el mundo. En la manga de su camisa se distinguen claramente el emblema de la ONU y la bandera argentina, además de su frondoso bigote que fue objeto de varias caricatura­s en los medios. Es más, increíblem­ente, en el video que hicieron las FARC para la ceremonia del 27 de junio cierra con la imagen donde este joven oficial almacena un arma dentro de un contenedor. A su lado se encontraba Guillermin­a Gutnisky, una cordobesa que es voluntaria civil de Naciones Unidas, y quien llevaba el registro formal de las armas dejadas. La otra imagen que simboliza la entrega de las armas es protagoniz­ada por el general Pérez Aquino quien le está mostrando el armamento que se está almacenand­o al Representa­nte del Secretario General de la ONU. A su lado, otro compatriot­a, el capitán Ezequiel González Deibe, su ayudante. Los responsabl­es de las armas dejadas por las FARC también han sido dos argentinos, dos oficiales de alta graduación del Ejército. Pero no solo los hombres militares son quienes están recibiendo armas de las FARC: la capitán del Ejército Gloria Mansilla Prieto es la responsabl­e de recibir las armas de la guerrilla en el norte de Antioquía.

Uno de los puntos más peligrosos para los argentinos fueron 80 operacione­s realizadas en las caletas de la selva, donde las FARC escondían armas y son de difícil acceso.

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Selva. Los argentinos colaboraro­n en diferentes zonas de Colombia.

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