Militares y civiles argentinos participaron del desarme de 7 mil guerrilleros de las FARC
Son 185 hombres y mujeres que están en la selva de Colombia supervisando este proceso histórico.
Los cascos azules argentinos tuvieron un rol clave en el desarme de unos 7 mil guerrilleros de las FARC, desactivaron explosivos en la selva de Colombia y participaron de tensas negociaciones para garantizar el ce
se del fuego que salvó la vida de unas 2.500 personas. El contingente argentino que participa de esa operación de paz de la ONU está integrado por 94 observadores civiles, 79 militares de las tres fuerzas armadas y 12 integrantes de la Gendarmería. Se en- cuentra en Colombia desde el 23 de junio dentro de un equipo de 500 observadores internacionales. Los argentinos, bajo el mando del general Javier Pérez Aquino, son parte de una misión de la ONU que se encuentra en su etapa final, que verifica el cese del fuego y hostilidades y la entrega de armas, luego de 53 años de un sangriento conflicto interno.
Ante un pedido del presidente Juan Manuel Santos y de las FARC, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizará el inicio de tareas del segundo mandato de la misión.
El equipo argentino – que cuenta con siete mujeres en sus filas- monitorea el cese de fuego y de hostilidades entre las partes, el respeto de los derechos humanos de la población civil, verifican incidentes y principalmente la “dejación de armas”, como le dicen en Colombia, de las FARC.
Durante el despliegue se han producido varios incidentes, pero solo 10
han sido graves. Sin embargo, “el cese de fuego y de hostilidades ha sido respetado”, comentó un miembro de la misión argentina a Clarín que cuenta con el apoyo del embajador argen
tino en Bogotá, Marcelo Stubrin. La situaciones más peligrosas se dieron en zonas donde la otra guerrilla, el ELN, mantiene sus combates con el ejército colombiano.
Más de 6800 guerrilleros de las FARC se encuentran en las llamadas “zonas y puntos veredales”, donde los ex combatientes preparan su reincorporación a la vida civil y política de Colombia. Además, el equipo argentino ha “registrado” e iniciado el proceso de reintegración a la vida civil de más de 2200 milicianos de las FARC.
Durante este proceso la misión de la ONU ha identificado y registrado más de 7000 armas de la guerrilla, además de explosivos y municiones. Casi todo este armamento ya está almacenado en contenedores.
En terreno varios argentinos se destacaron, entre ellos el capitán Jorge Vélez Soler. Este joven oficial, casado y padre de tres hijos, es uno de los responsables de la dejación de armas en la Zona Veredal de El Ceral, en el Departamento del Cauca, una zona de mucha tensión porque allí se produjo el último gran ataque de las FARC contra el ejército y donde murieron varios militares hace apenas dos años. El 7 de junio se difundió por primera vez las armas en los contenedores de las Naciones Unidas con un video en vivo mostrando el procedimiento de identificación, registro y almacenamiento. La fotografía de Vélez Soler fue la más difundida en toda Colombia y el mundo. En la manga de su camisa se distinguen claramente el emblema de la ONU y la bandera argentina, además de su frondoso bigote que fue objeto de varias caricaturas en los medios. Es más, increíblemente, en el video que hicieron las FARC para la ceremonia del 27 de junio cierra con la imagen donde este joven oficial almacena un arma dentro de un contenedor. A su lado se encontraba Guillermina Gutnisky, una cordobesa que es voluntaria civil de Naciones Unidas, y quien llevaba el registro formal de las armas dejadas. La otra imagen que simboliza la entrega de las armas es protagonizada por el general Pérez Aquino quien le está mostrando el armamento que se está almacenando al Representante del Secretario General de la ONU. A su lado, otro compatriota, el capitán Ezequiel González Deibe, su ayudante. Los responsables de las armas dejadas por las FARC también han sido dos argentinos, dos oficiales de alta graduación del Ejército. Pero no solo los hombres militares son quienes están recibiendo armas de las FARC: la capitán del Ejército Gloria Mansilla Prieto es la responsable de recibir las armas de la guerrilla en el norte de Antioquía.
Uno de los puntos más peligrosos para los argentinos fueron 80 operaciones realizadas en las caletas de la selva, donde las FARC escondían armas y son de difícil acceso.