La oportunidad para tomar Bonos Verdes

Coordinador CIFAL Argentina (Naciones Unidas – UNITAR)

Este año es auspicioso para la Argentina en lo que hace a finanzas verdes. Es un momento para que tanto Estado como empresas (PyMES y grandes), aprovechen la inmensa oferta de fondos verdes que hay disponible en el mundo. El financiamiento climático, verde o sustentable, se aplica para financiar proyectos que tienen un impacto ambiental y

social positivo. Pueden ser proyectos industriales, de infraestructura, agrícolas, tanto públicos como privados.

Dicha aplicación se certifica por una agencia especializada. Como ejemplo de proyectos que se pueden financiar, podemos hablar de mejora de la eficiencia energética de una planta industrial, de tratamiento de efluentes, de tratamiento de líquidos cloacales, de tratamiento de basura, de proyectos de energías renovables, de eficiencia en el transporte público, etc. En este sentido, la Entidad Binacional Yacyretá anunció que evalúa emitir estos bonos para financiar parte de la construcción de una usina hidroeléctrica y ampliar la cen-

tral principal con turbinas adicionales.

Por otro lado, Argentina tiene una entidad acreditada para administrar proyectos del Fondo Verde para el Clima, y tiene nombrado al punto focal en el ministerio de Finanzas. Brasil ya tuvo una exitosa colocación de bonos verdes en los mercados por una suma de 1.000 millones de dólares. También el principal banco colombiano colocó estos “green bonds” y México va en ese camino. A nivel global, el principal impulsor de las finanzas verdes es

China, que se posicionó como el primer y principal emisor de bonos verdes a nivel mundial.

¿Qué beneficios tiene el tomador de bonos verdes o financiamiento climático? Estos fondos facilitan el acceso a la oferta pública, saltando barreras del financiamiento convencional. Mejoran la imagen de la empresa que califica para tomarlos y la evaluación de la empresa en su calificación crediticia y la certificación verde del financiamiento. Tiene acceso al financiamiento verde con una mejora de la tasa de interés y permite obtener montos supe-

riores a los que les financiaría un banco. Los inversores en bonos verdes obtienen beneficios al “enverdecer” su cartera de in

versión. Tener productos certificados les permite encuadrarse dentro los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con sus inversiones. Y por supuesto, estar en línea con el Acuerdo Climático de París y el financiamiento a la mitigación, adaptación y resiliencia al cambio climático. Les permite, además, conocer el proyecto al que sus fondos van a beneficiar, con total trazabilidad y acceder a inversiones minimizando el riesgo y a tasas razonables. Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca, actualmente evalúan los proyectos donde van a invertir sus fondos de pensión, desde tres niveles: si la inversión tiene impacto social, impacto ambiental y, solamente en el caso en que dichas dos evaluaciones sean buenas, consideran la rentabilidad de la inversión. Por lo tanto, la rentabilidad económica y financiera se sostiene solamente si el impacto socioambiental dio positivo. Llegó el momento en que comencemos a imitarlos.