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El mismo amor toda la vida: al estilo Messi, se conocieron de chicos y se casaron de grandes

Como el ídolo del fútbol y su flamante esposa Antonela, muchas parejas llevaron al altar una historia que comenzó en la infancia. La clave, “pasar por todas” y seguir adelante.

- Vanesa López valopez@clarin.com

Lionel tenía 9 años y Antonela, uno menos. Se conocieron en la casa de un primo de ella y cuentan que en ese primer encuentro ya hubo una cartita con palabras de amor. En 2000, “La Pulga” y “La Negra” se separaron porque él se fue a Barcelona para probar suerte en un club. Cinco años des- pués, una tragedia los reencontró: una amiga de Roccuzzo murió en un accidente y Messi cayó en Rosario de sorpresa para acompañarl­a. Pero ella estaba de novia. Cortó la relación tres años después y a Leo no lo paró nadie. El viernes 30 de junio -tras 10 años de amor y con dos hijos- protagoniz­aron la “boda del año”.

La corta edad de ese primer “flechazo” llamó la atención en el mundo. “Messi se casa con su amor de la infancia”, tituló el británico Daily Mail. “Se casa con su novia de larga data”, destacó The Japan News. Lo suyo es una rareza, pero no son los únicos. El 13% de las personas continuó la relación y se casó con su primer amor, según un estudio realizado por profesores de Psicología de la Universida­d de Buenos Aires y la Universida­d de Palermo. De los 800 entrevista­dos, ocho de cada diez “se enamoraron por primera vez” antes de los 17 años. El 24% lo experiment­ó entre los 10 y los 13 años, el 7% entre los 6 y los 9 y un 2% -aunque parezca mentira- en la primera infancia.

Consultado por Clarín, Jorge Daniel Moreno, psiquiatra especializ­ado en terapia familiar y de pareja, calcula que “es probable que un 10 o un 15% de las personas se case con su primer amor”. Y agrega que “mucha gente, con las redes sociales, vuelve al primer amor después de muchos años y fracasos. Esto antes no ocurría”.

En la misma línea, el sexólogo Walter Ghedin sostiene que “las relaciones que se inician en la juventud y perduran están en vía de extinción. Ya es una rareza. Sin embargo, los reencuentr­os con el amor juvenil después de haber tenido cada uno sus experienci­as son más frecuentes”.

Cuesta encontrar los casos, pero aparecen. Verónica Fernández (45) y Guillermo Fernández (44) comparten el apellido y la vida desde los 14, cuando iban a los “asaltos” con amigos del colegio de Hurlingham. Los primeros pasos fueron inocentes. “Ni un beso, a la vieja usanza”, dice Veró- nica. Su historia tiene puntos en común con los Messi-Roccuzzo. Estuvieron separados cuatro años cuando Guillermo viajó a Alemania para estudiar. Tuvieron otras parejas en esa época. Luego siguieron la relación a distancia, hasta que conviviero­n en Argentina, Alemania y México. Se casaron y tienen dos hijos.

¿Qué tiene de especial ese chico con el que bailamos un lento? “Es la puerta que te abrió un mundo diferente. Y todo eso representa algo. De alguna u otra manera, en tu experienci­a queda como un rasgo distintivo. Muchas veces volvés a él porque es válido o porque la vida te distanció. Pero muchas veces volvés porque lo idealizás”, responde Moreno. Y agrega: “El amor, cuando lo bajás a lo real, está sujeto a un montón de vicisitude­s”.

Muchos de esos sucesos ya los atravesaro­n Yésica Espasandin (31) y Facundo Pagani (31), que se conocieron a los 8 años cuando iban a Acción Católica. Se hicieron amigos y a los 15 formalizar­on su noviazgo. Es decir, hace más de la mitad de sus vidas. “Tenés que aguantarte muchas cosas de la maduración”, reconoce Yésica.

Esta mujer vive en Banfield con sus dos hijos y su marido, de quien dice con orgullo: “Ël fue el primero y el único”.

También tuvieron sus desafíos Cintia Galizia (34) y Diego Cordon (38), que actualment­e tiene un doble desafío: comparten el trabajo y se esfuerzan por separarlo de la casa. El de ellos fue un amor barrial. Cintia tenía 13 años y vivía en Lanús. Diego, de 16, en Remedios de Escalada. La conexión fue casi instantáne­a. “Pasamos un montón de cosas y tratamos de sobrelleva­rla”, dicen, ya casados y con dos hijos.

Todos tuvieron amigos que los trataron de locos o que les preguntaro­n: ¿Y si se cansan? ¿Y si te deja? Para Viviana Koffman, abogada especialis­ta en derecho de familia, no están en el grupo de más riesgo. “La mayor cantidad de divorcios se da en los matrimonio­s de muy poco tiempo: 2, 3 o 5 años”, sostiene. Sin embargo, cuenta que “en los casos que empezaron de chicos se quejan de las cosas que sacrificar­on: dejar el trabajo, tener hijos muy jóvenes, y no haber conocido a otras personas”.

Nada de eso parece inmutar a Yésica y Facundo, que ahora “van por la nena”. Ni a Verónica y Guillermo, que seguirán viajando de un país a otro. Ni a Cintia y Diego, que comparten un proyecto laboral. Posiblemen­te, tampoco a Lionel y Antonela, que cosecharán más goles en su vida. Todos ellos son los exponentes de una raza en extinción. Pero felices con la decisión que tomaron.

 ??  ?? La boda del año. Lionel Messi y Antonela Roccuzzo el viernes 30 de junio durante su casamiento en Rosario. Confirmaro­n ante la ley una amor que comenzó a germinar cuando tenían 8 y 9 años.
La boda del año. Lionel Messi y Antonela Roccuzzo el viernes 30 de junio durante su casamiento en Rosario. Confirmaro­n ante la ley una amor que comenzó a germinar cuando tenían 8 y 9 años.

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