La calma vuelve a la milenaria ciudad de las muselinas y de los tesoros islámicos
Mosul es un ejemplo de lo más excelso del espíritu islámico. El ISIS la invadió y destruyó desde 2014.
Pocos lo saben, pero la muselina toma su nombre de la milenaria Mosul. Además de sus grandes refinerías de petróleo, la exquisita ciudad destaca por su antigua industria textil. Ya en su historia más remota fue el principal centro en la ruta comercial que unía la India, Persia ( hoy Irán) y el oriental Mediterráneo. En contraste con ese esplendor, una Mosul en ruinas, “liberada” ayer del yugo terrorista del ISIS, asoma con sus entrañas al aire, testimonio de la devastación por una guerra que persiste desde la invasión estadounidense de 2003. Varios de sus invaluables tesoros arqueológicos han quedado destruidos.
Inevitable cruce comercial entre Turquía, Siria y el resto de Irak, Mosul también fue conocida por sus bellísimos parques y monumentos, cuando la ciudad expresaba lo más excelso de la cultura islámica entre los siglos X y XVI. La invasión ordenada por el presidente George W. Bush desembocó en la caída del régimen del dictador Sadam Hussein, aunque al mismo tiempo abrió una grieta en el país con una guerra fraticida entre sunitas y chiítas -las dos ramas del islam-, que aprovechó la red terrorista Al Qaeda para expandirse en sus desiertos. Numerosos seguidores del régimen sunita de Saddam huyeron a la ciudad, y muchos de ellos se unieron más tarde a la milicia terrorista del ISIS para luchar contra el go- bierno de Bagdad, dominado ahora por el chiísmo, históricamente postergado. El 10 de junio de 2014, tras una desbandada del debilitado y poco motivado ejército iraquí, el ISIS tomó la ciudad: al parecer, 30.000 soldados huyeron de 800 yihadistas.
Situada frente a las ruinas de la antigua Nínive, en la Alta Mesopotamia, Mosul fue conquistada por los árabes en 641. Se convirtió en el principal polo comercial de la región y alcanzó su apogeo en el siglo XII. Reducida y saqueada por los mongoles (1262), pasó después a estar bajo dominación persa y, luego, otomana. En 1918, Gran Bretaña anexó esta región petrolera a Irak ( bajo mandato británico), mientras que Francia preveía unirla a Siria, bajo mandato francés.
Ciudad sunita en una región con predominancia kurda, tradicionalmente contaba con numerosas minorías (kurdos, turcomanos, chiítas, cristianos...). Lo que habla del enorme espíritu de tolerancia que ha caracterizado en su riquísima historia a las poblaciones musulmanas, a contramano de lo afirmado por usinas ideológicas occidentales.
Al igual que en otras regiones, el ISIS destruyó en Mosul decenas de monumentos históricos. El grupo dinamitó la mezquita que albergaba la tumba del profeta Jonás y devastó la emblemática mezquita Al Nuri y su minarete inclinado del siglo XII, donde el líder del ISIS, Abu Bakr al Bagdadi, proclamó su “califato”. En el museo de Mosul, el más importante de Irak después del de Bagdad, quemaron libros y manuscritos antiguos y demolieron tesoros preislámicos, como los famosos toros alados asirios con rostro humano, que datan de varios siglos antes del cristianismo.