Clarín

El artista que se convirtió en un fenómeno de circo

El cantante hizo una avant première de su nuevo disco, “Circo Soledad”, en el Rodas de Avellaneda.

- Patricio Féminis Especial para Clarín

“Circo de soledad, la crisis jubiló a otro poeta”, confiesa la voz grabada de Ricardo Arjona, el lunes a las 19, ante 500 personas, quietas por el frío húmedo de la carpa del Circo Rodas, en el Parque Avellaneda Shopping. Su voz está en todos los parlantes: entona juegos de palabras sobre circos sin esperanza en esa avant première de su nuevo disco Circo Soledad. “Siempre habrá un buen domador pa’ l que se deje, y arlequines que se presten para comprarlos”, se le oye cantar. Y el estribillo de pop latino remata sin fe: “Mimos sin libertad. El alma muere si eres marioneta”. El guatemalte­co presentará Circo Soledad recién el 29 y 30 de noviembre en el DirecTV Arena, pero en Avellaneda vino a promociona­rlo para sus fans adolescent­es y de veinte, treinta, cuarenta años, que palmean el aire cortante. Afuera se ven fábricas cerradas y flota el aire contami- nado del Riachuelo. Detrás del Rodas, los autos corren en el kilómetro 9 de la Autopista Buenos Aires-La Plata. “En el circo, lo que te aburre te entretiene”, entona la voz engolada y calurosa de Arjona. Entre el público gozan varios famosos: Claudia ViIlafañe, Sofía Zámolo, Manuela Viale, Andrea Estévez, Belu Lucius, Hernán Lirio, Debora D’Amato, los jugadores de Boca Darío Benedetto y Gonzalo Castellani y el rugbier Javier Ortega Desio, entre otros.

En el hall del Rodas, los empleados de seguridad, los malabarist­as y los payasos toman café y comen papitas, cuando adentro de la carpa comienza la proyección del especial de TV “A solas con el Circo Soledad”, con Arjona y una troupe de circo con maquillaje alusivo. “Este disco tiene 14 canciones. Trece y una más de cábala”, revela el Arjona grabado, de barba de cincuenta décadas, tomando mate en la pantalla. “Esta es una manía que adopté en la Argentina”, cuenta. El testimonia­l entrevera imágenes de un show acústico de Circo Soledad, con candelas encendidas para estas canciones acolchonad­as con cuerdas, acerca de corazones y circos remendados (u olvidados).

Sobre el rostro de Arjona flota una luz fucsia, como de terciopelo, mientras el escenario sigue vacío. “Lo más importante de mi circo es que tengo la posibilida­d de reír a carcajadas de lo que me pasa”, confiesa a las 20. Lue- go imita una balada mexicana: “La que busca un Superman termina con un pendejo. Aprovéchat­e de mí, estoy de oferta para ti”. Hay ovación tras la quinta canción: Arjona sigue tomando mate. “La libertad de las mujeres se la tienen que ganar ellas solas”, lanza. Al final del video, razona: “Los payasos afuera de este circo son enormement­e peligrosos y tenebrosos”.

A las 20.30, Ricardo Arjona se corporiza en la carpa, plagado de gritos, con un largo saco gris de lana y su colita brillosa atada en la nuca. Tras dos lentos con su pianista mexicano Víctor Patrón (con un sintetizad­or Nord Stage), larga la conferenci­a de prensa aceptando piropos y arengas eróticas. “Argentina me ha dejado hermosas canciones. Haremos unas tremendas puestas en escena en la gira de noviembre”.

También explica las tristes y adhesivas metáforas de Circo Soledad. “¿Saben? El debate presidenci­al estadounid­ense fue fundamenta­l para inspirar el título de Circo Soledad. Sé que Donald Trump no quiere a mis paisanos en su país, pero ellos mismos deben saber que en sus propias tierras tienen a los ladrones. Ver a ese señor me generó un vacío muy bueno para escribir. Circo Soledad es todo lo que no entiendo del mundo”.

Una fan del grupo de Facebook Notiarjona le dice: “Vos sos un cantautor social”. Y él le agradece. “Es que tú, evidenteme­nte, has escuchado toda mi discografí­a. Cuando me llaman ‘cantautor romántico’, a mí no me gusta mucho. Lo social es lo mío. Y mi mayor pecado en esta industria es ser inmensamen­te básico. Sigo viviendo en el barrio donde crecí”.

Habrá nuevos enojos sobre Trump y, como un conjuro de este circo latinoamer­icano sin futuro, Arjona profesa su amor sensual por dominicano­s, chilenos, uruguayos, argentinos. Otra fan pide la palabra desde el fondo de la carpa helada. “Ricardo, soy Soledad y el disco lleva mi nombre. ¿Puedo darte un beso?”. Arjona acepta: al verla correr hacia sí, se agacha desde el escenario y le da un piquito. Ella se aleja a los saltos, la aplauden sus compañeras en las gradas. La música se aleja rumbo al Circo Soledad. Para el adiós, Arjona canta dos temas con su guitarra: Nada es como tú y Hasta que la muerte los separe. Y, cuando desaparece por el costado brumoso de la carpa, de nuevo comienza a sonar el estribillo de Circo Soledad. “Mimos sin libertad. El alma muere si eres marioneta. Circo de soledad, la crisis jubiló a otro poeta”.

 ?? MARIO QUINTEROS ?? Sorpresa. Supuestame­nte, era la presentaci­ó n de su disco sin él, pero Ricardo Arjona dio una conferenci­a de prensa y cantó algunos de sus temas en guitarra.
MARIO QUINTEROS Sorpresa. Supuestame­nte, era la presentaci­ó n de su disco sin él, pero Ricardo Arjona dio una conferenci­a de prensa y cantó algunos de sus temas en guitarra.

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