La campaña llegó a las góndolas
María Eugenia Vidal tiene dos asignaturas políticas de campaña: la seguridad de 16 millones de bonaerenses, e instalar la percepción de un desperezamiento de la economía. En este último punto asume que la mayor expresión es el consumo. Desde ahora, Octubre condiciona cada gesto oficial. Esta avalancha contra las góndolas refutaría el percutor político de Cristina Fernández en fábricas y pymes apremiadas de cierre. Se sabe, el humor social finalmente define esa porfía. Y ayer, las largas colas revelaron grageas de ánimo.
¿Cuánto le cuesta a la Provincia? Hasta junio, el Bapro tenía una disponibilidad de 3.100 millones que fueron a préstamos personales, financiación a productores en emergencia y una parte al consumo subsidiado de alimentos en supermercados. Los productos de almacén se habían retraído 5,6 % en un año. Los alimentos, 7,8%. La cantidad de tickets en súper e hipers cayeron 10,4%. Sobre ese cuadro activa ahora el estado bonaerense.
Un dato: el miércoles del inicio de este programa el 26% de las tarjetas operadas fue de maestros. Jubilados y empleados resultaron otra parte de la clientela. Un universo de 700.000 personas. Ayer, se constató también usuarios de la Tarjeta Alimentaria u otras del Bapro para sectores informales y carenciados.
Buena señal, según el presidente del Provincia, Juan Curuchet. Demuestra mayor uso de ese instrumento electrónico en la base de la pirámide social. Se destinan 3.800 millones de pesos anuales en gastos operativos para el efectivo circulante. Con un 40% de informalidad en la economía, la modernización es de largo plazo.
Como todo banquero, Curuchet habla de plata. Nada de urnas. “Este año tenemos acumulados 3.100 millones superavitarios y la deuda con el estado provincial bajó de 30.000 millones de pesos a 23.000 millones”. La comisión por el uso de tarjetas también deja lo suyo.
Indirectamente, Mauricio Macri también aporta. El Bapro es uno de los más importante tomadores de Lebacs, con rendimientos promedios superiores al 25% y la renta contribuye con el plan.
¿Y las cadenas comerciales, qué conceden al consumidor? Poco, el 20% del gasto subsidiado (el otro 30% es Bapro), que en buena parte quedó cubierto por el aumento que tuvieron los precios en los últimos tiempos. Por eso, anoche, después de la furia compradora, muchos revisaron los tickets.