Clarín

Las condicione­s que puso EE.UU. para avanzar en la colaboraci­ón

- WASHINGTON. ENVIADA ESPECIAL Lucía Salinas lsalinas@clarin.com

El movimiento en el Departamen­to de Justicia de EE.UU., sede de la reunión de jueces, fiscales y funcionari­os argentinos con autoridade­s norteameri­canas, continuó ayer con to

tal normalidad. Un día antes en esas oficinas, los magistrado­s locales habían podido ver los datos de quienes recibieron las coimas de Odebrecht.

Para llegar a esa informació­n tuvieron que acceder a una serie de condicione­s y requisitos. Entre otros puntos tuvieron que aceptar que mantendrán "confidenci­alidad obligatori­a", según pudo reconstrui­r Cla

rín. De hecho, esa condición se repitió antes del encuentro y cuando estaba terminando.

El encuentro que tuvo como eje central la investigac­ión sobre Odebrecht, se hizo con ciertos recaudos. Los jueces Daniel Rafecas, Sebastián Casanello, Sebastián Ramos y Marcelo Martínez De Giorgi; los fiscales Franco Picardi y Sergio Rodríguez y el representa­nte de la Oficina Anticorrup­ción Ignacio Irigaray, recibieron las invitacion­es por intermedio

del embajador Eugenio Curia -coordinado­r de Asuntos Internacio­nales del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos-.

La Justicia estadounid­ense que ya había pospuesto el primer encuentro por “cuestiones de agenda”, remarcó en la misiva la palabra confidenci­alidad, en letras mayúsculas. Desde entonces, no se precisó el horario ni la dirección del lugar donde se realizaría el encuentro. La comitiva argentina tuvo que dar sus correos electrónic­os y sus teléfonos, para ir confirmand­o dónde y cómo se haría. Nada debía filtrarse y nada po-

drá filtrarse de acá en adelante para

que continúe la colaboraci­ón. “Romper esa relación de confianza sería perjudicia­l para todos”, señalaron fuentes oficiales. Los jueces y fiscales, de hecho, mantuviero­n un estricto silencio antes y después del encuentro.

En Washington el comportami­ento no sorprendió: el hermetismo y la cautela con la informació­n respecto a causa judiciales que aún se encuentran abiertas y en pleno proceso de investigac­ión, es la norma.

Pese a que en la Argentina las derivacion­es del caso Odebrecht hoy están en el foco de la agenda política, en Washington -donde el agobiante calor del verano se siente de manera intensa- el ritmo de las discusione­s está centrado en las repercusio­nes del “Rusiagate” que hoy involucran al hijo del presidente norteameri­cano, Donald Trump Junior.

La reunión que mantuvo el perso- nal de la unidad que se ocupa de las Prácticas de Corrupción en el extranjero, con la comitiva argentina se desarrolló bajo esas premisas y los jueces y fiscales asumieron el compromiso de respetar “la confidenci­alidad”. No se confirmó ni negó nada, ni se brindaron detalles de cómo fue la reunión. Nadie quiere arruinar la relación de “cooperació­n de informació­n judicial bilateral”, que tuvo un importante envión hace dos días tras las gestiones iniciales del ministro de Justicia, Germán Garavano.

Todo seguirá su curso institucio­nal. Los jueces evaluarán la confec

ción de nuevos exhortos que se podrán gestionar vía cancillerí­a y a través del propio Ministerio de Justicia, algo permitido en el convenio de cooperació­n entre ambos países. Los jueces y fiscales federales dejaron Washington ayer por la tarde y regresaron al país un día antes del comienzo de la feria judicial.

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