Qué tiene en la cabeza Vidal, la verdadera candidata de Cambiemos
La gobernadora cree que la gente está polarizada y que habrá un final reñido con Cristina. Las encuestas, los ejes de campaña y el rol de De Vido y Carrió.
Vidal no cree que el caso De Vido tenga impacto: “El no es candidato y Cristina no es Aníbal”
“¿Está bien que estés acá? ¿Es seguro?” La gente que el sábado a la tarde hacía cola para ver “Mi pobre angelito 3” en el shopping de Haedo se sorprendía al ver a María Eugenia Vidal comprando pochoclos junto a sus hijos. La gobernadora supone que eso ocurre porque los políticos viven alejados de la realidad. Vidal permaneció en el shopping después de la película y se sentó a comer un lomito en el patio de comidas. Esas pequeñas escenas -como la del domingo a la mañana, cuando fue a comprar una torta a una panadería de Castelar antes de ir a almorzar a la casa de sus padres o incluso cuando vive momentos incómodos y le gritan “vendepatria”- le sirven para medir la temperatura social en el Conurbano, el foco electoral que más inquieta al macrismo antes de las legislativas.
Dice que ni ella ni Mauricio Macri tienen problemas para salir a la calle y se molesta cuando le sugieren que Macri es resistido en algunos distritos del GBA. “Yo no veo eso. Lo que sí veo es que los otros se tienen que esconder hasta en las listas o disfrazarse de lo que no son. Ahora Cristina busca mostrarse cerca de la gente. Al final no estaban tan mal los globitos, ¿no? ¿Y Scioli? ¿Dónde está Scioli?”, preguntó ante sus principales dirigentes, el martes, mientras tomaba una sopa en el piso 19 del banco Provincia, en el centro porteño.
“Nos alegra que hayas disfrutado el fin de semana porque ya no vas a tener otro libre hasta noviembre”, bromearon quienes trabajan en su campaña mientras ella les recomendaba la película. “De mi vida personal me voy a ocupar en unos años”, devolvió la mandataria. En su equipo se respira cierta tensión: un sector cree que las PASO se ganarán con lo justo y otro grupo no descarta perder las Primarias y dar vuelta el resultado en las generales de octubre.
“El peso esta vez para ‘Mariu’ es muy fuerte”, reconocen a su lado. Se entiende: ya no está para acompañar
a Macri. Es la verdadera candidata en la Provincia y tiene a Cristina Kirchner como principal adversaria.
“No nos tenemos que apurar. La campaña va a ser corta. Quince días a lo sumo”, dicen en su entorno. Los cerebros de la campaña no creen que el escenario esté dividido en tres tercios, como dicen muchos encuestadores. Vidal se ríe cuando le plantean que el macrismotrabaja para polarizar. “La polarización está en la gente”, suele afirmar. En esa mesa que compartió el martes aportaron otro dato: el 70 por ciento de la población aún no decidió el voto.
Hay otras urgencias antes de la votación. Vidal dice comprender las necesidades del Conurbano profundo frente a los cimbronazos de la economía. Ese es el corazón de todas las discusiones, aunque confía en que nadie querrá volver atrás. Tiene, cada tanto, dosis de autocrítica que escasean en su fuerza. Por ejemplo: asume que el salario real se vio afectado aunque en seguida elogia la política antiinflacionaria. “No sabemos en cuánto terminará la inflación este año, pero bajará un montón. ¡ Un montón!”, se le oyó en charlas reservadas.
La campaña será eso: exhibir que se transitó un camino doloroso pero que ya se están viendo los frutos. Los ejes: el plan de obras, mostrar lo que se está haciendo en materia de seguridad y recordar que, pese a lo que decía el kirchnerismo en 2015, las políticas sociales han ido en aumento.
¿Y la corrupción? En la cabeza de Vidal está la idea de que no impactará en nada en la campaña. Cuando surgió la discusión por los fueros de Julio De Vido muchos macristas se frotaron las manos. No faltó quien se ilusionara con que el ex ministro fuera el nuevo Aníbal Fernández. Pero cuando el razonamiento llegó a oídos de la gobernadora, ella lo desestimó: “Primero, De Vido no es candidato. Segundo, Cristina no es Aníbal”. Nueva de cada diez votos de la ex presidenta son duros. Inamovibles, según las encuestas macristas. “Si la metieran presa hasta la votarían más”, es
una de las definiciones más gráficas de Jaime Durán Barba.
En la Casa Rosada los funcionarios más encumbrados ya tienen la última encuesta de Isonomía. Es una muestra nacional con cortes en las provincias clave. En Buenos Aires el trabajo le otorga casi 30 puntos a Esteban Bullrich y 26 a Cristina. Una elección pareja. Vidal cree que será reñida hasta el final, pero sin opción para una tercera fuerza. El mismo sondeo ubica a Sergio Massa con el 16% de intención de voto y a Randazo con el 3,5%. Otras encuestas, como la de Management & Fit, hablan de un escenario de tres. Se verá.
“La gente entiendeque acá hay un equipo”, plantea Vidal. Cree que es una regla de oro y que hasta Elisa Carrió lo ha entendido. La gobernadora quiere a la diputada en la campaña bonaerense. Se lo dijo hace unos días, cuando la invitó a tomar el té. Pronto caminarán juntas el Conurbano.