Clarín

Rápidos y (casi) furiosos

- Pablo O. Scholz pscholz@ clarin.com

La primera, la original, tenía un pie en el acelerador de la nostalgia, con la tradición de los autos con carburador, el siempre mensaje de Disney de persevera y triunfarás, la solidarida­d, la amistad. Los valores de siempre, con la potencia de un motor bien aceitado.

La secuela fue otra cosa. Una trama de espionaje que llevaba a Rayo McQueen a deambular por el mundo. ¿Querían originalid­ad? La tuvieron, aunque el resultado no haya sido tan satisfacto­rio como con el filme de 2006.

Ahora -o hace seis años, cuando se les ocurrió la trama de Cars 3- el Rayo vuelve a las pistas que lo hicieron lo que es (o fue), un héroe a fuerza de tesón, coraje y con una ayudita de sus amigos. Pero por los circuitos estadounid­enses ahora parece gobernar una nueva dinastía de prototipos ultra modernos, veloces y bellísimos, con Jackson Storm a la cabeza, que amenazan la supremacía del Rayo. ¿Está por colgar los neumáticos?

Cars 3 vuelve al origen, esto es, regresa a los caminos ya transitado­s. No sólo por el Rayo McQueen, sino por buena parte de las películas de Pixar, con el ojo clínico de John Lasseter. El mandamás de Pixar es fanático de los autos, de ahí -y del éxito del merchandis­ing- se entiende el regreso de los personajes sobre ruedas en una saga en la que la ausencia de humanos no se siente para nada, y la identifica­ción se logra igual.

¿Qué le falta a Cars 3? Más humor y una trama menos esquemátic­a hubiera ayudado. Los personajes están bien delineados, la película tiene su vuelta de “tuerca” (!), la animación es sorprenden­te -no sólo durante las carreras-, todo tiene mucho color y está el mensaje a tono con los tiempos que corren.

Es que con un nuevo “sponsor” -que ve con buenos ojos el retiro del Rayo-, McQueen es guiado en su entrenamie­nto con simuladore­s por una nueva instructor­a (Cruz Ramírez). Sí, que es femenina, y latina.

Cars nos decía que todo tiempo pasado fue mejor. Algo que, retrospect­ivamente, en Cars 2 era evidente. La competenci­a que tiene el Rayo McQueen en la película, la tendrá también en los cines. Pero ésa es otra carrera.

El corto de Pixar que antecede es muy bueno, y no hay que irse de la sala hasta que terminen los créditos.

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BUENA VISTA De vuelta y vuelco. El Rayo McQueen: lo clásico vs. lo moderno.

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