Lo vimos caer al agua

Dijo y quiso demostrar que él no era igual a los demás: “Me detuvieron y los policías me leyeron mis derechos: yo sé de memoria eso de que ante la ley debemos ser todos iguales. Pero yo no lo soy. Si esa es la gente normal, yo no soy normal”. Eso dijo Charly García poco después de tirarse a la pileta del hotel Aconcagua de Mendoza desde la habitación en la que se alojaba, en el noveno piso (un ambiente decorado en tonos pastel que, en cuestión de horas, y con aerosoles, se había encargado de redecorar). Fue el 3 de marzo del 2000, durante el gobierno de Fernando de la Rua. Charly había viajado para dar un recital a la provincia con la que históricamente mantiene una relación traumática (en ese mismo hotel había compuesto, en el 84’, su tema Demo-

liendo hoteles). Un episodio imprevisto –después de haber sido golpeado en un pub, fue acusado de agresión por una de sus fans- debió enfrentar a la autoridad policial y después al juez Gonzalo Guiñazú.

Volvió al hotel, decidido a demostrar que el “aguante”, en su caso, es mucho más que una declaración de principios: se lanzó de 16 metros de altura. Primero tiró un muñeco de madera, que se desnucó al tocar el suelo, después un gato Sylvestre inflable, que quedó flotando en el agua; a continuación se tiró él. Al salir del agua brindó una improvisada conferencia de prensa: “Esta es la primera cosa deportiva que disfruto en mi vida”, dijo. Y remarcó aquello de que él no es igual. Después compondría su tema Me tiré por vos: “Estaba muy aburrido, en la Mendoza fatal. Dije: - ¿qué me falta ahora?...¡sólo aprender a volar! Mirá, pendejo, me tiré por vos! Yo tengo todos los discos (…) nadie me puede ganar”.