Una fiesta para pies felices
La coreógrafa andaluza presenta hoy “El gran baile”, en el hall de San Martín, gratis y con participación del público.
Simpatía andaluza, refinamiento parisino y desenvoltura mundana: esta es la impresión que provoca Blanca Li, conocida coreógrafa franco-española que presenta por primera vez un trabajo suyo en Buenos Aires. De coreana, como podría sugerir el apellido, nada. En realidad es el de su marido franco-coreano. Pero para ir al núcleo de la cuestión, Blanca Li se encuentra en Buenos Aires con su proyecto El gran baile, una experiencia colectiva y participativa que se hará hoy en el Hall del Teatro San Martín en coincidencia con la fiesta nacional de Francia. La iniciativa es una colaboración entre el Complejo Tea- tral de Buenos Aires, el Teatro Nacional de Chaillot de París y la Embajada de Francia en la Argentina.
Blanca Li fue gimnasta en su niñez y adolescencia, a los 17 años viajó a Nueva York para estudiar en la escuela de Martha Graham, a los 28 se instaló en París y desde entonces vive allí aunque también trabaja en España. Desde 1993 tiene su propia compañía de danza y también ha creado obras para el Ballet de la Opera de París entre otras instituciones.
-¿”El gran baile” es un proyecto del Teatro Chaillot?
-El Chaillot suele organizar con diferentes artistas grandes bailes públicos. Como ahora estoy preparando un nuevo espectáculo con mi compañía precisamente allí, fui invitada también a organizar hace unos dos meses un gran baile en ese enorme hall con ventanales desde los que se ve la Torre Eiffel.
- ¿Según cada coreógrafo cambia la modalidad del baile?
-La idea es que sean siempre participativos, que la gente baile de la manera que sea. Alguno ha hecho una coreografía más contemporánea, otro sobre la base del vals. En fin, lo que le haya apetecido a cada uno. El propósito es que gente que habitualmente no baila, pase una noche bailando y divirtiéndose. Hace unos años hice un proyecto en el Grand Palais de Pa- rís que se llamó La fiesta de la danza ; puse veintitrés estilos de danza diferentes y los participantes podían ir de un estilo al otro con distintos maestros. En el Chaillot utilicé cinco estilos distintos –lindy hop, danza africana, jazz, salsa y contemporáneo-; aquí serán solo dos. Vinieron conmigo dos bailarines de mi compañía que enseñarán dos mini coreografías, muy básicas, de jazz y danza contemporánea. Normalmente alguna gente al principio no se anima pero de a poco les pica el gusanillo y terminan bailando. Lo bonito es sentirse juntos.
-Se habla de usted como una coreógrafa de alguna manera afín a la World Music, en cuanto al mestizaje.
-La danza es algo muy amplio; me gusta su riqueza y su universalidad. Elegí la danza moderna porque es una manera de expresarte a ti mismo; cada coreógrafo de danza moderna inventó su propio lenguaje. Mi danza es mestiza y puedo reunir en ella las cosas más diferentes; hago lo que me gusta y lo invento cada día.