“Cristina quiere una banca en el Senado sólo para beneficio personal”
Una denuncia más y efectiva de corrupción sobre el súper ministro K, Julio De Vido, y una parte de la sociedad sigue impermeable, inalterable y sin reacción frente al gran robo hecho desde el Ministerio de Planificación. También alienta y estimula la reaparición de quien fuera presidenta de la Nación. No importan los bienes, el dinero y demás demostraciones de una gran riqueza edificada con la destrucción del país. Sólo miran sus bolsillos sin importar que la responsabilidad de un país se encuentre en esa devastación de dineros públicos para beneficio de políticos y funcionarios corruptos. Las escenas cotidianas de denuncias del robo que sufrieron las arcas de la Nación son abrumadoras y lastiman, hieren especialmente a quienes basamos nuestro bienestar en el producto del esfuerzo y el trabajo y que nunca pensamos en pedir a los gobiernos subsidios o premios militantes.
El Estado ha formado una gran familia que no detiene su crecimiento y sus integrantes pretenden pertenecer y permanecer como si los puestos de trabajo fueran hereditarios. Esa parte de la sociedad que no reacciona, y la otra que añora volver al anterior sistema, no mira a compatriotas que están sumidos en pobreza y miseria. Quieren y desean que Cristina vuelva para ocupar una senaduría. No se dan cuenta que desde ese lugar sólo estará para beneficio personal, ¡como siempre! No logrará más que sus propios fueros, serán su salvavidas y el púlpito de su próximo relato con la intención de confundir y enmarañar a un público ávido de su figura y encantamiento.
Las imágenes de Santa Cruz, que fuera el “lugar en el mundo” de la familia Kirchner, muestran que está destruida y su gente empobrecida. Los jubilados sin plata y sin remedios. Los chicos sin clase y los adultos desesperados por conseguir víveres para la familia. Han robado y saqueado a una provincia sin tener límites. No tienen piedad frente a un pueblo que quiere vivir de su trabajo. Han vaciado todo con promesas de explotación de las riquezas provinciales. La gente en la calle protesta por las innumerables carencias sin ser oída, y la gobernadora no ha dudado en aumentarse el sueldo al igual que muchos funcionarios, antes que enfrenta la situación responsablemente: huye de los males provocados por la inoperancia y el robo. Y es así que se cumple el refrán: “En casa del ladrón te roban hasta la respiración”. Mirta Rivero mirlirivero@gmail.com