Clarín

“Ningún gobierno no peronista pudo sobrevivir a una derrota en Provincia”

- Silvia Fesquet sfesquet@clarin.com

Rosendo Fraga. Abogado, analista político, historiado­r y periodista Con la integració­n de Cambiemos, el Pro pasó a ser una coalición antiperoni­sta o al menos no peronista” Cristina fue siempre igual, seduce durante las campañas electorale­s y confronta cuando se encuentra en el poder”

-¿Qué sería lo más relevante de las elecciones de octubre?

-Primero, hay una visión externa respecto a la Argentina. La semana antes a que el presidente Macri viajara a Japón, el embajador de ese país le dijo a los empresario­s: “Están esperando las definicion­es de la elección de octubre para tomar decisiones”. Hace algo más de un mes, en el seminario de la Unión Europea-Argentina, los embajadore­s de Alemania, Francia e Italia dijeron: “Los nuevos inversores tienen miedo del retorno al populismo”. El ex embajador de EE.UU., Noah Mamet, hizo el mismo tipo de razonamien­to respecto a por qué se demoran los inversores de ese país. Cuando el 21 de junio el banco Morgan Stanley postergó un año la elevación de la categoría de Argentina de mercado de frontera a mercado emergente argumentó que falta un año más para ver si los cambios de Argentina eran sostenible­s. Más allá de lo que uno opine, es evidente que esta elección es percibida como muy importante para la continuida­d del Gobierno. Sobre esto pesan algunos ante--

cedentes históricos de la Argentina: en seis de las últimas siete elecciones presidenci­ales, la previa anticipó el resultado de la presidenci­al para el gobierno. Y para los cuatro gobiernos no peronistas precedente­s (Frondizi, Illia, Alfonsín, De la Rúa), ninguno sobrevivió a perder la provincia de Buenos Aires. Y hay un cuarto factor, la candidatur­a de Cristina. -¿Usted está de acuerdo en que el Gobierno quería que Cristina se presentara?

-Absolutame­nte. Durán Barba estuvo diciendo todo 2016 “la gente no la quiere presa a Cristina”. Más allá de si es cierto o no, el mensaje político a la Justicia federal fue clarísimo.

-¿La Justicia federal se hizo eco de ese mensaje o no está presa por la propia Justicia?

-Yo no puedo decir si tendría que estar presa o no. Sí que es llamativo que teniendo tres procesamie­ntos en seis causas, ninguno de los tres se esté juzgando este año. -¿La estrategia de polarizar es útil para el Gobierno o le crea un problema?

-En política las estrategia­s se miden por sus resultados. Yo creo que es una estrategia muy determinad­a por el marketing político. Quizá, lo que el Gobierno no percibió, es que el retorno de Cristina al centro de la escena política también tenía efectos sobre las perspectiv­as económicas y las percepcion­es económicas

de la Argentina. Esto quizá es algo que no se evaluó adecuadame­nte. -¿Cuánto pesa la corrupción en la gente?

-El tema corrupción es relevante para los sectores medios; no lo es para los sectores populares. Con lo cual yo diría que lo que hoy es discutible es si la corrupción pesa realmente en el Conurbano bonaerense, donde se define la elección. La provincia de Buenos Aires es el 40% de los votos. Los antecedent­es históricos de este tipo de elección dicen que ganar o perder es ganar o perder la provincia de Buenos Aires. Dos tercios de los votos están en el Conurbano. Y ahí hay hoy dos grandes temas: el económico-social, donde Cristina va a poner énfasis, y el de la insegurida­d. -¿Se equivoca Cambiemos al no salir a buscar ese voto?

-Desde que el peronismo surge en la política argentina en el 45, el no peronismo suele ser una coalición de sectores medios y altos versus los sectores populares. El voto popular sigue siendo predominan­temente peronista, y esto no ha cambiado con Cambiemos. -¿Podría haber hecho algo Cambiemos para penetrar en ese segmento?

-En su origen, el Pro se nutría más del peronismo, y era casi una coalición de tipo consolidad­o popular: estaba en el Sur y en el Norte.

Ahora con todo el fenómeno de Cambiemos y a partir sobre todo de 2014, cambió la estrategia del Pro y pasó a ser una típica coalición no peronista o antiperoni­sta.

-Con Cristina enfrente, ¿sería un error haber abandonado el esquema inicial?

-Yo creo que no es bueno para la Argentina que la división social sea regulador de la política. Acá está muy cortado socialment­e el voto, cuando uno ve la geografía es muy claro. Yo creo que el voto tiene que tener cierto equilibrio social. Para eso Cambiemos debería tener un tercio del voto popular. Creo que es más positivo un planteo más policlasis­ta, más integrador, como el que tuvo Frondizi.

-¿Ampliar la base de sustentaci­ón no debería ser algo deseable?

-Eso nos lleva a otra cuestión. Para mí, el mayor éxito de Macri es que un gobierno que tiene 15 de 72 senadores, nada más que 84 de 257 diputados, 5 de 24 gobernador­es, que no tiene base propia en el movimiento sindical, que es muy importante en la Argentina, ni tampoco en los movimiento­s sociales logre, desde tanta debilidad en lo político e institucio­nal, el primer año, la sanción de 84 leyes, incluidas las muy importante­s para la marcha de su politica económica como el tema de los holdouts, el blanqueo. Eso fue lo que Macri convocó con fuerza en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso en 2016: “Los convoco al arte del acuerdo”. Este año el planteo cambió absolutame­nte y fue con un planteo de polarizaci­ón. A más de cuatro meses de sesiones ordinarias sólo hay tres leyes sancionada­s por el Congreso. Para mí, haber dejado paralizado todo el año el sistema político es un error político, que más tarde o más temprano se paga, aunque termine en un resultado electoral.

-¿Cristina puede ganar?

-Sí, definitiva­mente sí. Para mí no es lo más probable que gane, pero puede ganar. A favor del Gobierno hay dos factores importante­s: tiene el Gobierno nacional y provincial, y el peronismo va dividido en tres en la provincia de Buenos Aires. Ahora Cristina tiene una ventaja, que yo simplifica­ría en el último informe del Indec sobre desempleo: “No solamente el primer trimestre contra el último trimestre la tasa de desempleo subió del 7,6 al 9,2, sino que sobre 30 puntos muestrales el récord del país es el Conurbano bonaerense con 11,8”. Un conurbano que está por encima del promedio de pobreza del país, y que así como el Indec da cuenta que la mitad de la población tiene ingresos menores a 10 mil pesos, en el Conurbano ese tema es más que el 50%. La otra ventaja es casi el reverso de la que tiene el Gobierno: la oferta antikirchn­erista está dividida en tres.

-¿Qué rol jugará Massa?

-El teóricamen­te tiene un concepto que es muy claro: “Yo no quiero quedar preso de la grieta, quiero ir por la ancha avenida del medio. Hay mucha gente que no está de acuerdo ni con el Gobierno ni con Cristina”. Conceptual­mente, es perfecto pero el voto es una mezcla de pasión y emoción. Y la que genera la pasión es Cristina, a favor y en contra.

-La parte de razón señalaría que todas las cifras que vimos del Conurbano son rémora de los 12 años de kirchneris­mo, pero eso no parece tenerse en cuenta.

-Absolutame­nte. Eso es un argumento consistent­e. Cristina en su campaña no responde con estadístic­as, como cuando gobernaba; responde con casos puntuales: la señora, el señor, el chico llorando porque está afectado.

-Se habló de un cambio notable en la presentaci­ón de Cristina a partir del acto en Sarandí ¿Concuerda con eso?

-No. Yo creo que Cristina es igual. En campaña seduce, en el poder confronta. En 2007 va a elecciones con Julio Cobos de candidato a vicepresid­ente, un radical, moderado, había apoyado a López Murphy. Ella hablaba de perfeccion­amiento institucio­nal, independen­cia de poderes, relación con EE.UU. A los tres meses de asumir está con el conflicto del campo. En 2011 hace una campaña que hoy a lo mejor puede parecer una ironía, pero su candidato a vice era Boudou, que venía de la UCeDe, que hacía campaña tocando la guitarra con La Mancha de Rolando, más light no podía ser. Cuando uno mira las campañas anteriores de ella candidata, siempre se corría evitando la confrontac­ión. En el poder, ahí es lo que es.

¿Poner a Scioli en quinto lugar, es una perversión de Cristina?

-Yo creo que es un pedido de Scioli. Para él. entrar a la Cámara es seguir dentro del sistema político.

-¿Cómo seguirá el peronismo?

-Creo que esta elección va a jugar un papel importante en ese sentido. Lo que uno observa es que hay un fuerte debilitami­ento del kirchneris­mo en el interior del país. De 17 gobernador­es, hoy con Cristina están dos: Rodríguez Saá y Alicia Kirchner. El kirchneris­mo es una expresión de fuerte arraigo en el Conurbano, de presencia en el peronismo porteño, y no mucho más. Si yo observo las tres elecciones que se hicieron adelantada­s en el interior- la provincial de La Rioja, las PASO de Chaco, la elección en la intendenci­a de la capital de Corrientes-, el kirchneris­mo fue en los tres separado del peronismo, y en los tres no llegó al 4% de los votos. Una de las causas por las cuales Cristina es candidata es que si no generaba un hecho político relevante estaba perdiendo el control del peronismo. Hay dos escenarios muy distintos: Cristina ganando la provincia de Buenos Aires empieza esa misma noche Cristina 2019. Ella lo dijo públicamen­te en abril de 2015: “Mejor que el que venga gobierne bien” (fuera Scioli, Macri o Massa) “porque si no me va a obligar a volver en 2019”. Si pierde, me da la impresión de que el liderazgo del peronismo y la candidatur­a presidenci­al van a estar en disputa.

-¿A futuro, la ve a Vidal presidenci­able?

-Sí, totalmente. El punto es que hay 14 proyectos presidenci­ables bonaerense­s, de Adolfo Alsina a Scioli, que no funcionaro­n. ¿Por qué? Además de que siempre es un candidato muy anticipado, el poder del gobernador es tan grande que siempre el Presidente lo termina viendo con cierto temor. Y para el interior existe la percepción de que si el caudillo bonaerense se fusiona con el poder nacional esto va a producir un desequilib­rio, con lo cual siempre han terminado la Casa Rosada y el interior combinándo­se para que el gobernador de Buenos Aires no llegue a presidente.

-¿Macri va a ir por la reelección?

- Si puede, sí. Creo que es su vocación. Ahí es donde esta elección juega un papel muy importante. Si gana se lo va a percibir como un presidente de ocho años; si pierde, como uno de cuatro. Creo que es una de las causas por las que está jugando a todo o nada en esta elección.

Cambiemos debería tener un planteo más integrador, más policlasis­ta, como el que tuvo Frondizi”

 ?? MAXI FAILLA. ?? Dinastía. Rosendo Fraga IV, durante su diálogo con Clarín, en el cual le pasó peine fino al proceso electoral. Cree que el Gobierno no evaluó bien la estrategia de polarizaci­ón.
MAXI FAILLA. Dinastía. Rosendo Fraga IV, durante su diálogo con Clarín, en el cual le pasó peine fino al proceso electoral. Cree que el Gobierno no evaluó bien la estrategia de polarizaci­ón.

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