Clarín

“El taxista que me acosó en la calle reparó el daño; ya estoy conforme”

Lucía Cabrera. Su acosador terminó con “éxito” un curso de convivenci­a.

- Paula Galinsky pgalinsky@clarin.com

Ya está, para mí es suficiente con saber que él comprendió que sentí miedo y no me gustó”.

El taxista que fue denunciado por acoso callejero terminó el curso de convivenci­a urbana que se había comprometi­do a hacer tras admitir en mayo ante la Justicia que cometió esta contravenc­ión. Lucía Cabrera (25), la joven a la que el hombre siguió durante una cuadra y media por Chacarita “diciéndole cosas”, asegura a Clarín que está conforme con el accionar de la Justicia. “Ahora estoy confor- me, siento que se reparó el daño”, señala. A pesar de eso, cuenta que le siguen gritando en la calle pero que su actitud cambió y que hoy se siente más empoderada: “Ahora los miro fijo como diciéndole­s ‘si me gritás algo no te reviento, te denuncio’”.

Según pudo averiguar Clarín, el taxista participó activament­e de las seis clases que duró el curso que se dictó en el Espacio Memoria y Derechos Humanos (la ex Esma). “No faltó nunca, tomó el espacio con seriedad y relató lo ocurrido a sus compañeros. Se lo vio angustiado por llevar la etiqueta de acosador y si bien al principio le pareció injusto el lugar en el que había quedado después entendió que lo que había hecho podía incomodar y resultar ofensivo”, precisaron a este diario . En su clase eran trece personas, doce hombres y una mujer con la que interactuó sin problemas. Las personas que lo acompañaro­n estaban allí por amenazas, violencia urbana (había casos de pelea en la vía pública y agresión entre vecinos), bu- llying y discrimina­ción. Todos lo reconocier­on cuando contó la razón por la que realizaba el curso, pero nadie lo juzgó. La misma fuente sumó que, al finalizar los encuentros, el taxista logró ponerse en el lugar de la chica, dijo estar arrepentid­o y manifestó que no iba a volver a comportars­e de esa manera.

Clarín compartió estos detalles con Lucía, quien se mostró muy contenta con el resultado. “Ese espacio era para que reflexiona­ra, me alegra que haya pasado eso. Espero que el taxista ahora pueda llevar ese mensaje a su entorno”, agregó Lucía.

Lucía incluso dice que no necesita que el hombre le pida perdón. “Ya está, para mí es suficiente con saber que él comprendió que sentí miedo y no me gustó. Además, hay una orden de restricció­n vigente, no puede contactarm­e ni acercarse”, explica.

A dos meses de la audiencia de mediación, que la transformó en la cara de este reclamo, afirma que las repercusio­nes de su denuncia superaron sus expectativ­as. “Me llama- ron para dar charlas sobre acoso callejero en universida­des y centros culturales, mucha gente me contactó por las redes sociales para agradecerm­e y también me paran en la calle para felicitarm­e, tanto hombres como mujeres”, resume la joven que estudia el profesorad­o de Educación Física y ahora es candidata a diputada por 1País.

“El tema se instaló y eso está buenísimo. Pero todavía queda mucho por hacer. Les pido a las mujeres que no se queden calladas y denuncien el acoso, esa es la única forma de visibiliza­rlo”, cierra Lucía.

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SILVANA BOEMO La cara de un reclamo. El caso de Lucía se hizo público y la gente le agradece por la calle.

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