El desarrollo infantil como meta insoslayable
La atención de la niñez y la preservación de sus derechos no debe ser una aspiración declamativa. Debe formar parte de políticas públicas que
asuman que el desarrollo infantil es uno de los fundamentos de la construcción de una sociedad con bienestar, solidaridad y futuro promisorio. Según un relevamiento de Unicef, 167 millo
nes de niños vivirán en una pobreza extrema en el año 2030 a menos que el mundo encare de manera decisiva estrategias globales para enfrentar el problema. De igual modo, si las cosas no cambian 60 millones de niños en edad escolar se verán privados de educación en todo el planeta. Niños y adolescentes conforman grupos es
pecialmente vulnerables a la pobreza y a las privaciones en general. La infancia es el momento de la vida en que se definen las bases para el desarrollo del conocimiento y el desenvolvimiento social de las personas. Y es allí donde las carencias en materia de salud y educación siembran el camino para escenarios de desigualdad que conllevan el riesgo de afianzarse con los años.
La alternativa de un desarrollo alterado por privaciones diversas no sólo afecta a la persona o a su entorno familiar sino que termina gene- rando un impacto desfavorable en el desenvolvimiento social y en la búsqueda de mayor inclusión.
Encerrados en inequidades recurrentes, los niños de hogares pobres corren riesgos adicio
nales de contraer enfermedades, pasar hambre, no aprender a leer o a escribir y reproducir a la vez sus condiciones de pobreza por factores que están fuera de su control.
En coincidencia con los objetivos de desarrollo sostenible que han planteado los países reunidos en Naciones Unidas, la Argentina tiene como meta irrenunciable la erradicación de la pobreza, con especial énfasis en la atención de la niñez.
Así, se llevan adelante políticas públicas orientadas a integrar a familias y poblaciones vulnerables en materia económica, social y cultural.
Desde la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) procuramos contribuir a ese objetivo integrador mediante la ejecución de programas de desarrollo infantil y desarrollo familiar que suponen abandonar el concepto de mero asistencialismo para reemplazarlo por políticas abarcadoras que incluyan participación y capacitación de los sectores involucrados.
En los barrios de personas relocalizadas por Yacyretá, donde viven aproximadamente 40.000 habitantes, estamos generando actividades de promoción y prevención. Se garantiza el acceso de los niños a sus derechos básicos: salud, educación y recreación, promoviendo la integración social a través de los juegos y el deporte.
La estimulación temprana, que se realiza en los Centros de Desarrollo Familiar, también forma parte de las políticas en curso. La primera infancia merece una atención permanente porque es allí cuando se establecen las bases para la posterior formación personal y la integración en la comunidad.
Recientemente hemos puesto en marcha el programa Conectando Futuro, a través la provisión de wifi y capacitación para la inclusión digital, entendiendo que el manejo de estas herramientas son las artes y oficios del Siglo 21. La política que estamos desplegando a través de nuestro Programa de Responsabilidad Social y Ambiental, denominado Yporá (Cultivando Agua Buena) , se aleja así de viejas prácticas que históricamente se aprovecharon de los sectores vulnerables sin resolver sus problemas o atender plenamente sus necesidades. La integralidad y la transparencia son elementos indis
pensables en esta estrategia de cambio. Construir un horizonte de esperanza es posible y en esa dirección estamos avanzando.