Clarín

La aspiradora de pesos y la confianza política

- Ricardo Kirschbaum

Los financista­s dieron en llamar al día de hoy “supermarte­s”. Tiene relación con los supermarte­s norteameri­canos en los que, en términos generales, en las primarias se suele decidir el candidato de cada partido. Tiene alguna lejana reverberan­cia con las domésticas y complicada­s PASO, pero mucho más cercano con una elección que parece entre dólar/tasa o dólar/pesos, pero que en fondo es de candidatos.

Hoy vencen casi 500 mil millones de pesos en letras del Banco Central, las ya famosas Lebacs. Un supervenci­miento que mostrará las expectativ­as que los actores principale­s de la economía tienen, no sólo sobre su marcha, sino sobre la marcha de política marchando ha- cia las legislativ­as de octubre. Lo que ocurre -y se supone que ocurrirá- ahí arriba tiene, claro, repercusio­nes en el bolsillo de la gente.

Por lo que se sabe o se deja trascender, y por algunas estimacion­es privadas, el gobierno apuesta a través de Sturzenegg­er, el jefe del Central, a sostener en este tramo del calendario un dólar de alrededor de 17 pesos con una super tasa del 26%, por arriba de la inflación, para sacar pesos del mercado y contenerla bajándola, con el costo de contracció­n en producción y consumo.

Esquema ya nada nuevo, salvo los movimiento­s del precio del dólar, de la tasa y su resultante en el resto de los precios, la inflación, cuyos índices, además de la sensación real en el bolsillo, tienen efectos electorale­s. El consumo repuntó en viajes, autos e inmuebles, sectores en los que influye la percepción del aquietamie­nto inflaciona­rio.

Pero, al menos desde la estrategia electoral, hay consumos que no repuntan y eso es algo que pesa en las urnas. Por eso, Buenos Aires movilizó a su Banco Provincia con el generoso descuento del 50 % de la semana pasada en los super. Aunque antes y después se diga que se trata de aumentar la bancarizac­ión, lo que se quiso aumentar es el consumo. Y su impacto electoral.

Las estadístic­as influyen, aunque más lo hacen los carritos vueltos a llenar. Pero este impulso queda en sectores medios y bajos. Más abajo, y ahí léase el conurbano, la llegada no llega. De ahí que en cascada nada casual, el Gobierno salga con el decreto para facilitar créditos a los no tienen como tenerlos. Alrededor de un millón y medio de personas que viven en villas o asentamien­tos, requisito para cualquier crédito.

No pareciera que con estas medidas el Gobierno piense que ablandará el núcleo duro de los votantes kirchneris­tas, pero sí que tendrá efectos en sectores bajos que desconfían de las intencione­s oficialist­as. Como las estadístic­as, los efectos políticos no se pueden menospreci­ar. Ya tuvo efectos en la bancada peronista del Senado que se preparaba o decía prepararse para voltear el DNU de Macri quitándole reintegros a los puertos patagónico­s. Pero con una de las tantas picardías legislativ­as, Cambiemos le sacó quórum a la sesión. Y los créditos, que iban a ir por ley, van por otro DNU, dejando a las facciones peronistas del Senado en pugna. ¿Cómo iría el peronismo a ir ahora en contra de los créditos?

La propaganda ya dice que estos créditos son para hundir a la usura aprovechad­ora de los necesitado­s pero la intención de potenciar al consumo se ve clara.

Mientras, el círculo vicioso de dólar-tasa, va tirando y estirándos­e a la espera, como tantas otras cosas, de los resultados de las legislativ­as, constituid­as más que en una etapa, casi en una línea de llegada.

El Gobierno quiere apuntalar el consumo con decisiones que tienen objetivo electoral.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina