En La Matanza, Macri pidió “batallar contra la corrupción” y no resignarse
Inauguró un centro de trasbordo y criticó al kirchnerismo. Se mostró junto a los candidatos.
A Mauricio Macri no le importó que oficialmente ya estuviera abierta la campaña. Si se presumía, a partir de los anuncios que prepara para reactivar el consumo en los sectores más vulnerables, que iba a llegar a La Matanza con un discurso con tinte populista y que iba a aggiornarlo con frases peronistas para seducir a ese electorado, rápidamente quedó claro que no sería así. En el último gran bastión que le queda al PJ bonaeren-
se, ante la intendenta kirchnerista Verónica Magario y al inaugurar una obra que beneficiará a unos 240 mil usuarios que se movilizan cada día por la zona, el Presidente reeditó su versión más anti K y pidió “batallar contra la injusticia, la resignación y la corrupción”, que “alejaron” a los argentinos de “mejoras concretas”. Más allá del tono, Macri no desperdició la oportunidad de mostrar
a sus candidatos bonaerenses. En un acto sin público -sólo hubo invitados especiales- pero con un amplio operativo de seguridad para evitar escraches kirchneristas, el jefe de Estado llegó a la puesta en marcha del Centro de Trasbordo acompañado por Esteban Bullrich y Graciela Ocaña; cabezas de la lista para el Senado y Diputados, respectivamente; y por Héctor “Toty” Flores, el “lilito” y referente de Cambiemos en La Matanza. Sólo faltó Gladys González, quien secunda a Bullrich, porque tuvo una recorrida por Quilmes.
Directo a La Matanza fue María Eugenia Vidal, que al igual que Macri venía de haberle tomado juramento en La Plata a sus nuevos ministros, Andrés Scarsi (Salud) y a Gabriel Sánchez Zinny (Educación).
Tras arrancar contando detalles de una charla con “Carlos”, un colectivero que se vio beneficiado por el Metrobús, Macri endureció su rostro. En el tramo más político de su discurso, lanzó una autocrítica para intentar seducir a los desencantados. “Entendemos que este cambio todavía no llegó a todos los argentinos. Pero quiero decirles que con la gobernadora y con todos los que integran nuestro Gobierno nos levantamos todos los días pensando qué cosas más podés hacer para acelerar ese cambio”, indicó. Y pidió pa-
ciencia y redoblar la apuesta por Cambiemos: “Los cambios llevan su tiempo, pero hay cosas que ya hemos logrado y que nos tienen que renovar en la esperanza”, aseguró. Entre los logros de su gestión, incluyó a los créditos hipotecarios “que dan el Banco Nación, el Banco
Provincia, el Ciudad y los bancos privados”; se jactó que a un millón de jubilados y tras muchos años de reclamos “se les está pagando lo que se les debía con la Ley de Reparación Histórica”; y destacó el otorgamiento de asignaciones familiares para monotributistas. A esta lista le sumó la obra pública.
Ese fue el pie para apuntar contra el kirchnerismo, aunque sin hacer nombres propios. “Son miles los argentinos que van tomando contacto con este cambio, que expresa la decisión de los bonaerenses de decir basta a la resignación, basta de
creer que no se puede”, enfatizó. “Es un trabajo que va a llevar años, lo importante es que ya comenzó y que hay hechos concretos que nos refuerzan que sí podemos, que no tenemos por qué resignarnos y que tenemos que batallar contra la injusticia, la resignación y la corrupción que nos alejaron de estas mejoras concretas para cada uno de los argentinos”, insistió.
Esa imagen, de Macri apuntando duro contra los K, fue casi idéntica a la de hace dos meses, cuando a menos de 400 metros de allí el Presidente inauguró el Metrobús. Aunque en aquella ocasión se tomaron menos recaudos de seguridad y manifestantes kirchneristas lograron hacerse sentir con bombos, cantitos y pancartas contra el Presidente.
Ayer, en cambio, sólo se vieron caras largas en el corralito de invita
dos especiales. Allí apenas hubo un puñado de funcionarios y dirigentes municipales que siguió a Magario: el presidente del PJ bonaerense Fernando Espinoza, la ex ministra K Débora Giorgi, ahora secretaria de Producción local; y el ex viceministro de Economía Roberto Feletti. Al secretario de Hacienda matancero, tras la revelación realizada por Cla
rín de que su nombre estaría entre los nombres que aportó la Justicia de EE.UU. con vínculos por la causa Odebrecht, fueron pocos los que se le acercaron a saludarlo.