Un cardenal, su lujoso apartamento y el inicio de un juicio en el Vaticano
Desde hoy se juzga el desvío de fondos del hospital Bambino Gesú para remodelar la casa de Tarcisio Bertone.
El cardenal Bertone fue removido por el Papa Francisco luego de su elección en 2013.
Aparte de la Basílica de San Pedro, es difícil encontrar un mejor inmueble en el Vaticano que el amplio apartamento en el último piso de un edificio en los jardines de la Santa Sede. Con sus 300 metros cuadrados, tiene una terraza de 100 metros con una vista magnífica a la célebre cúpula y al hotel donde reside el Papa Francis- co. Allí vivió la mano derecha de Benedicto XVI y el lugar lució aún mejor tras una polémica reforma de 481.000 dólares.
¿Quién pagó la cuenta? La fundación del Hospital Pediátrico Bambino Gesù (Niño Jesús), que recauda dinero para niños enfermos en el “hospital del papa” en Roma. Ahora, las reformas en el piso del ex secretario de Estado del Papa Ratzinger, el cardenal Tarcisio Bertone, han derivado en un juicio penal que se inicia hoy y que busca arrojar luz sobre cómo se gastó parte de ese dinero.
El Vaticano llevará a juicio al ex presidente del hospital, Giuseppe Profiti, y al ex tesorero del centro, Massimo Spina, acusados de desviar donaciones al hospital para renovar la re- sidencia de Bertone. El tribunal Vaticano, situado apenas a unos metros del palazzo en cuestión, ha advertido que los dos acusados serán juzgados en ausencia si no se presentan.
Se trata de un nuevo escándalo financiero para el papa Francisco, que intenta acabar con décadas de turbios negocios en la ciudad estado más pequeña del mundo. Y coincide con la bochornosa salida del principal asesor financiero del pontífice, el cardenal George Pell, que regresó a su Australia natal esta semana para afrontar un juicio sobre acusaciones de abusos sexuales que habrían ocurrido hace años.
Profiti, al que Bertone nombró presidente del hospital en 2008, dijo que los US$ 481.000 de fondos de la fun- dación del hospital utilizados para remozar la casa de Bertone fueron una inversión porque pensaba destinar el lugar para actos de recaudación de fondos para el hospital. El directivo propuso que se celebrasen los actos en la casa de Bertone, con su magnífica vista y su cercanía al papa para “dar una mayor sensación de exclusividad y privilegio” a posibles benefactores. Bertone accedió sin tardanza, respondiendo al día siguiente que él mismo se encargaría de asegurar que “terceros” pagaran cualquier renovación necesaria. No está claro qué ocurrió con esos “terceros”, pero el propio Bertone gastó 300.000 euros de su propio dinero por las obras además de los US$ 481.000 que aportó la fundación.
El sucesor de Bertone como secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, ha dicho que el juicio demuestra la transparencia que Francisco quiere llevar a las finanzas de la Iglesia católica. “Es apropiado que todo el mundo rinda cuentas por su comportamiento”, dijo. Bertone no ha sido acusado ni está bajo investigación, aunque se benefició personalmente de las donaciones. Tras la explosión del escándalo en 2015, Bertone hizo una “donación” de 150.000 euros al hospital, pero insistió en que no tenía ni idea de que la fundación hubiera pagado su reforma.
El apartamento es propiedad del Vaticano, pero se asignó al cardenal Bertone para su uso personal tras su jubilación. Está en el tercer piso del Palazzo San Carlo, cerca de la residencia Santa Marta, donde reside con más modestia Francisco. El papa argentino rechazó vivir en los opulentos apartamentos papales del Palacio Apostólico.
La revelación del “escándalo del ático” salió a la luz el año pasado por un artículo del periodista Emiliano Fittipaldi, que acusó a Profiti y Spina de desviar el dinero para remodelar los aposentos del cardenal. Bertone fue removido de su cargo por el Papa Francisco en 2013, poco después de su elección como pontífice en marzo de ese año.