Tiger Woods sigue en picada: ya no está entre los 1.000 mejores
En el último ranking figura 1.005. Queda poco de aquel golfista extraordinario que irrumpió hace 20 años.
La imagen que devuelve la pantalla al escribir “Tiger Woods” en el buscador de Wikipedia muestra una realidad que esconde asombro y profunda nostalgia. Sus dientes blancos y su sonrisa holgada fueron reemplazados por una fotografía tomada por la policía estadounidense el 29 de mayo, cuando el golfista de California fue detenido por estar dormido al volante, con restos de medicamentos para el insomnio y protagonizando otra escena confusa. ¿Qué pasó para que el ex número 1 figure 1.005 en el último ranking, dado a conocer ayer?
Woods consiguió su primer título en 1997: fue el Masters de Augusta y con 21 años ya lo señalaban como un
grande entre los grandes. Tres años más tarde, Tiger había justificado y ratificado esa predicción: se había convertido en el más joven en conseguir los cuatro torneos denominados Grandes. Además de Augusta en 1997, obtuvo el Campeonato de la PGA en 1999, el Abierto de Estados Unidos y el Británico, ambos en 2000. Durante 683 semanas, Woods fue
el mejor de todos. De hecho, desde que las clasificaciones mundiales se iniciaron, en 1986, quien lo escolta, tímidamente, es Greg Norman con 331 semanas como N°1. Tiger ganó 79 torneos PGA y en 185 fue Top 10. Los récords, a Woods, lo exceden. Más allá de los contratos siderales, de su imagen dando vueltas al mundo con sponsors millonarios y de su estilo de juego que obligó a ver el deporte con mayor seriedad y profesionalismo (el estado físico comenzó a importar en el golf), Tiger Woods no sólo se convirtió en la cara de ese deporte, sino que lo cambió por completo.
El 27 de noviembre de 2009 fue el punto de quiebre: la aproximación al precipicio. Tras un accidente automovilístico, Elin Nordegren, su actual ex mujer, hizo públicas las sospechas de infidelidad y desnudó la adicción del golfista por situaciones peculiares en su vida extramatrimonial. Su imagen comenzó a caer y, hacia 2010, fueron 12 los millones de dólares que había perdido, sumados a los 750 millones que quedaron en el camino producto de la separación.
Cuando quiso retomar su vida deportiva, los dolores en su espalda comenzaron a molestarlo. Sin embargo, en 2013 hubo señales de reaparición y se llevó Farmers, el Memorial y el Arnold Palmer Invitational y con protagonismo hasta el final en dos
Majors. Hasta que en marzo de 2014 sufrió la primera operación en la espalda y cedió, tras 60 semanas, el primer lugar del ránking.
Separado de su nueva pareja, el 2015 marcaba el retiro final de las canchas debido a otras dos operaciones de espalda. Aunque quiso volver en diciembre del 2016, y oficialmente a comienzos de este año en San Diego, donde no superó el corte, Tiger Woods aparece completamente alejado de los greens y en la misma ruta fatídica en la que inicio el deterioro.
Cuando Roger Federer consiguió su octavo Wimbledon, los dedos del mundo entero se deslizaron para expresar en caracteres y con adjetivos decorosos la obra de Su Majestad. Y las comparaciones con el resto de los “fuera de serie” salieron a la luz: Lionel Messi, Michael Jordan, Usain Bolt o Muhammad Ali, por citar algunos. Ya no figura Tiger Woods. Quizás la añoranza mayor pase por ahí, por volver a ver al número uno del golf en esa lista de intocables que alguna vez supo encabezar. María Kexel