Leer será una pasión o si no, no será nada
El actor Gonzalo Heredia se sumó a las actividades para contagiar el placer de los libros.
La manera más eficaz de lograr que un chico se aleje de los libros y convencerlo de que la lectura puede ser tediosa, probablemente sea obligándolo a leer. En un sentido inverso, lograr que encuentre atractiva la lectura y pueda convertirse en un futuro lector, tendrá que ver con que encuentre placentero el acto de leer y escuchar a otros narrar. “En literatura, lo único inapelable y duraderamente instructivo es el deleite mismo”, planteaba el español Fernando Savater en un pequeño gran libro titulado Loor al leer.
La Feria del libro Infantil y Juvenil, que -después de haber quedado re- servada a las visitas escolares, durante la semana anterior- ayer abrió las puertas al público general en tres sedes simultáneas, parte de esa premisa: los chicos valorarán la lectura si queda asociada a la diversión. En ese marco propone, para esta 27ª edición, una vuelta de tuerca más a la posibilidad de que los chicos disfruten de un evento que ofrece múltiples alternativas recreativas asociadas al libro.
Ese es el espíritu que orienta, por ejemplo, las Lecturas de invierno, a cargo de figuras conocidas para los chicos. Ayer leyó el actor Gonzalo Heredia, en la sede de Tecnópolis, en un espacio que simula ser una pequeña plaza -con cesped sintético y bancos de madera- y ya están casi confirmadas las presencias de Flavia Palmiero y el locutor Jorge Formento).
“Es la primera vez que participo de una actividad como ésta. Para mí es un placer leer, narrar, y poder transmitir esta pasión de la lectura”, explicó el actor, vestido con saco verde, pantalón negro y zapatillas. “A mí los libros me permitieron crecer, soñar, y comprobar también, después, que muchos de esos sueños que muchas veces imaginamos con un libro en mano, pueden concretarse” dijo. El libro que eligió para leer fue Galería de seres espantosos, una antología de cuentos, y de ese volumen concretó la lectura de dos textos: “Qué bestias!” de Gabriela Keselman, y “El banquete”, de Luis María Pescetti. Los chicos se rieron, identificados con la historia.
En los pasillos laterales, y entre las góndolas, otros niños deambulaban hojeando ejemplares: una variedad de alternativas que incluye desde los clásicos de todos los tiempos, presentados en distintos formatos, a novelas adolescentes, cómics, publicaciones dedicadas a las series televisivas de moda o los ya clásicos libritos para colorear o realizar actividades. Es que los libros no muerden, y ellos ya lo saben.
La Feria del Libro Infantil se hace en el CCK, en Tecnópolis y en el pasaje Dardo Rocha (La Plata), hasta el 30 de julio. Es gratis.