Clarín

Clubes de lectura feministas

- Sabrina Díaz Virzi sdiazvirzi@clarin.com

Sólo 14 mujeres ganaron el Premio Nobel de Literatura, frente a 99 hombres.

El mito de la belleza, de la escritora estadounid­ense Naomi Wolf, es el libro del mes en Our Shared Shelf (”Nuestra estantería compartida”), el club de lectura feminista on line que fundó Emma Watson.

A lo largo de un a ño y medio se sumaron cerca de 200 mil miembros a esta propuesta lanzada por una de las actrices que hoy ponen en agenda al feminismo en Hollywood, al igual que Emma La la land Stone, quien recienteme­nte dijo que sus compañeros de elenco se bajaron el sueldo para cobrar lo mismo que ella, o Robin Claire Underwood Wright, quien siempre recuerda que “el feminismo es igualdad: de trabajo y de sueldos”.

Arrancó este proyecto a raíz de los libros y ensayos que llegaron a sus manos en su rol como embajadora de buena voluntad de la ONU y su iniciativa funcionó como una forma más de visibiliza­ción de estas temáticas.

“Emma consigue llevar el feminismo a personas que de otra manera no se hubieran planteado su importanci­a o necesidad. Es una manera de ponernos a hablar a personas muy distintas -distinta lengua, país, profesión- de libros importante­s en la construcci­ón como mujeres y como feministas, textos no solo contemporá­neos -como How to be a woman de Caitlin Moran-, sino como The Handmaid’s Tale, de Margaret Atwood, una novela publicada en 1985 y de una actualidad pasmosa”, dice a Clarín la escritora española Carmen G. de la Cueva, quien desde 2014 dirige de La tribu de Frida, una comunidad virtual dedicada a la difusión de la literatura escrita por mujeres y el feminismo. En septiembre de 2016 creó el Club de Lectura Feminista de La tribu para poder comentar lo que leía: “Mi sueño era hacer un buen grupo de lectoras con las que no solo compartir lecturas, sino estrechar lazos, amistad y conversaci­ón. Y nueve meses después puedo decir que así ha sido”, asegura Carmen, quien eligió su profesión tras identifica­rse con Jo March, el personaje creado por Louise May Alcott en Mujercitas.

Los clubes de lectura construyen un espacio seguro donde debatir, conversar y aprender sobre literatura, pero el objetivo de los “feministas” es trazar a lo largo de las lecturas una perspectiv­a de género.

¿Por qué hoy resulta necesario un espacio de lectura de este tipo? “Porque no hemos leído a mujeres prácticame­nte en toda nuestra vida. Porque apenas hay escritoras en los programas escolares, porque las autoras pasan de puntillas por la historia de la literatura y por el canon.

Decía la poetisa Adrienne Rich que la escritura de las mujeres había sido fragmentad­a, borrada y silenciada, y un espacio de lectura feminista sirve exactament­e para revertir eso, para recuperar y reconstrui­r nuestra genealogía literaria”, lanza Carmen.

Las redes sociales abrieron un espacio para visibiliza­r a las mujeres escritoras, como la iniciativa de la escritora británica Joanna Walsh, que recorrió el mundo tras postear fotos de unos señaladore­s de libros hechos con imágenes y nombres de autoras que admiraba, con el hashtag #ReadWomen2­014.

Diferentes organizaci­ones y personas lo tradujeron y continuaro­n posteando en distintos idiomas (en español, #LeamosMuje­res y #LeamosAuto­ras). Esto llevó, por ejemplo, a que en España se celebre a partir del año pasado el Día de las Escritoras (el lunes si--

guiente al 15 de octubre) y que en Argentina se organice una “Editatona de Escritoras” para sumar a más mujeres de la literatura a la encicloped­ia virtual (y descomunal) Wikipedia.

“La ya larga trayectori­a de los movimiento­s feministas y de la diversidad sexual produjo una enorme cantidad de libros, revistas y folletos que merecen ser resguardad­os y, sobre todo, leídos”, opina Eugenia Sik, biblioteca­ria de Feminaria, una biblioteca especializ­ada en teorías feministas y derechos de las mujeres (Tacuarí 538, CABA).

En nuestro país existen diferentes iniciativa­s que buscan poner en juego las teorías y los textos escritos sobre y por mujeres, como el Club Virtual de Lecturas Feministas -un grupo en Facebook con ocho mil miembros- o el Taller Abierto Historia de Género, que se inició en el marco de la cátedra de Historia Argentina III, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universida­d de Buenos Aires.

El club de Emma Watson, así como este conjunto de iniciativa­s, se entienden aun más cuando se advierte el escaso porcentaje de mujeres reconocida­s -por ejemplo- con el Premio Nobel de Literatura: desde su creación en 1901 y frente a 99 hombres que se llevaron el galardón, fueron premiadas solo 14 mujeres.

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