La 9 de Julio, un campo de batalla
El gobierno aspiraba a que la protesta social no interrumpiera el tránsito en la 9 de Julio, ni la circulación del Metrobus. Ilusos. Ayer una marcha organizada por la izquierda convirtió a la 9 en un caos y al Metrobus en una ilusión. A la izquierda ya le importa nada el aspecto social de su protesta: jode a los trabajadores con el mismo fervor con el que debería joder a sus enemigos. Antes, cuando el mundo era verdad, la izquierda se cuidaba mucho de esos yerros estratégicos. Por otro lado, el Gobierno no debería caer en el error de revelar cuáles son sus puntos flojos con la esperanza de que la oposición no los aproveche para clavarles sus estacas. El círculo íntimo del Presidente, y el propio Macri, dicen gobernar en una especie de nirvana, aplaudida por los sufridos habitantes bonaerenses: un gobierno para otro siglo y otra cultura. La izquierda, en cambio, protesta con el ánimo y las herramientas de los 70. Algo no cuaja. En esta batalla disparatada entre ingenuos y mal intencionados nostálgicos, habrá de todo, menos intercambio de ideas.