Investigan la muerte de un adolescente de 14 años baleado por un policía
El subteniente de la Bonaerense declaró que se defendió de un intento de robo, cuando caminaba junto a su ex pareja. La víctima recibió un disparo en la nuca y otros dos menores terminaron heridos. Hubo incidentes frente a la comisaría.
Un auto ardiendo. Humo y gomas quemadas. Unos cien manifestantes con fotos y carteles que reclaman justicia, entre el ruido de las sirenas y algunas corridas. La escena, registrada ayer a la tarde frente a la comisaría 5° de Billinghurst, en el partido de San Martín, fue protagonizada por amigos, vecinos y familiares de Alejandro Correa, un adolescente de 14 años que murió a pocas cuadras de allí luego de ser baleado por un policía de la Bonaerense que -según declaró- disparó contra un grupo de menores que lo asaltaron a él y a su ex pareja. El agente también hirió a otros dos menores, de 16 y 14 años, que al cierre de esta edición se recuperaban en el Hospital Castex. Los dos chicos quedaron detenidos por orden de la Fiscalía de Menores de San Martín, que también imputó al subteniente Hugo Pos por “exceso en legítima defensa”. La familia del chico asegura que no hubo intento de robo y pide que lo acusen por homicidio.
Todo empezó alrededor de las 21 del lunes, cuando Rodrigo salió de su casa con un amigo. “Terminó de comer y me pidió permiso para ir con un amigo a visitar a una novia, que vive a siete cuadras. Yo lo dejé, pero le dije que vuelva enseguida a bañarse. A la hora, más o menos, un vecino de la esquina nos vino a avisar que le habían pegado un tiro. Y salimos corriendo a ver qué había pasado”, contó Julio Correa, el padre de Rodrigo, a Clarín. Y lamentó: “Mi hijo era un buen chico, el más chiquito de los hermanos, no hacía nada, se porta
ba bien. Iba a la escuela, me ayudaba en las changas, no era ladrón, no robaba, ni nada de eso que dicen. A este tipo le habrán querido robar y empezó a disparar para todos lados y me lo mató como a un perro. Creemos que ya estaba volviendo a casa porque fue a dos cuadras”.
Julio e Irma Mansilla se desplomaron sobre el cuerpo de su hijo, tirado en la vereda, a metros de la esquina de Ocampo y José Hernández, y fueron a la comisaría a pedir explicaciones. “Se nos rieron en la cara, nos dijeron que nuestro hijo era cualquier cosa. Mi hijo estudiaba, iba a la escuela, se fue de mi casa con un chico buenito que no tiene nada que ver con estos que le robaron al policía, nosotros no los conocemos a ninguno”, aseguró Irma. La mujer tiene otros cuatro hijos de una pareja anterior. Rodrigo era el menor y el único que tuvo con Julio.
El subteniente Hugo Pos (43) cumple funciones en el Grupo de Apoyo Departamental (GAD) de la Departamental San Martín. Ante los investigadores declaró que había ido de visita a la casa de Jésica (38), la madre de su hijo y su ex pareja. Habían ido a comprar empanadas a unas siete cuadras y regresaban a cenar cuando los asaltaron. “Según su denuncia, fueron sorprendidos en el lugar por cinco jóvenes que les robaron efec
tivo y el celular. En un momento Pos logró sacar su arma reglamentaria, se identificó como policía y, cuando empezaron a retirarse los asaltantes, la ex pareja le advirtió que lo estaban
apuntando con una pistola, por lo que se produjo un intercambio de disparos”, informaron fuentes policiales respecto de la declaración de Pos.
Peritos encontraron en el lugar 15 vainas servidas que, según trascendió, serían todas del arma reglamentaria del policía de la Bonaerense. Las pericias quedaron a cargo de Gendarmería, que ayer no quiso confirmar oficialmente esos resultados. Según detallaron fuentes del caso a la agencia Télam, el adolescente recibió un balazo en la nuca.
Los investigadores detallaron que junto al cuerpo de Rodrigo, que murió en el acto, no encontraron ningún arma. Tampoco las tenían M.F., que quedó internado con un balazo en la pierna, ni L.S., con un tiro en el abdomen. Los dos jóvenes, de 14 y 16 años, deberán declarar ante el fiscal Marcelo Brocca, para dar su versión de los hechos. Mientras tanto, permanecen en el hospital Castex, como detenidos. Hoy Brocca tomaría la declaración indagatoria a Pos, que fue imputado por el delito de “exceso en legítima defensa”, avalando hipótesis del
robo. Mientras se resuelve su situación, quedó separado de la Fuerza.
La marcha de los familiares de Rodrigo se concentró en la puerta de la comisaría 5°, donde unas cien personas prendieron fuego un auto, y con-
tinúo frente a la casa de la ex pareja del policía detenido, donde quemaron gomas y protagonizaron algunos incidentes. Ayer a la tarde, la Departamental de San Martín montó una guardia en el lugar.
Para la Bonaerense, Rodrigo integraba una banda de menores que roban en el barrio. Fuentes del caso dicen tener identificados a los otros dos integrantes que escaparon, aunque todavía no los detuvieron. Los vecinos del barrio reconocen que la zona “es complicada” y denuncian que “después de las 21 el barrio es tierra de nadie”.
La Municipalidad de San Martín entregó al fiscal Brocca las imágenes de las cámaras de vigilancia en la zona del hecho, donde sólo se ven “movimientos lejanos y luego cuatro per
sonas corriendo”. En paralelo, buscaban algún dispositivo privado que pudiera aclarar las distintas versiones sobre el hecho.
En el Facebook de Pos, donde se muestra armado y con su uniforme, vecinos de la zona debatían ayer sobre la reacción del policía. “Nosotros queremos justicia, porque a este asesino lo van a soltar enseguida”, advirtió la mamá de Rodrigo.
En la comisaría se nos rieron en la cara. Nos dijeron que nuestro hijo era cualquier cosa. Él estudiaba, iba a la escuela”. Irma Mamá de Rodrigo Correa (14)