Ponzio pasó de marginado a ídolo que asegura que se va a retirar en River
Tres años atrás, Ramón Díaz lo dejó fuera del equipo y su futuro era incierto. Luego revirtió totalmente la historia.
El domingo 23 de febrero de 2014 pudo haber sido el principio del fin de la historia de Leonardo Ponzio con River. El equipo dirigido por RamónDí- az en aquel entonces jugó muy mal en Santa Fe y cayó sin atenuantes por 3 a 1. Luego de esa dura derrota, el riojano quedó en el ojo de la tormenta y la semana siguiente pateó el tablero antes de recibir a San Lorenzo. Le dijo adiós a la línea de tres defensiva y al doble cinco en la mitad de la cancha. Uno de los fusibles fue Ponzio. Ramón se la jugó por un volante central sólo y el elegido fue Cristian Lobo Ledesma. El equipo dio un giro de 180 grados y con una estupenda actuación derrotó 1-0 al Ciclón en el Monumental. River terminaría siendo campeón de aquel torneo Final y Ponzio, marginado, estaba pensando en dónde seguiría su carrera. Sin embargo, la sorpresiva renuncia del Pelado Díaz le cambió los planes... Detrás de Ramón, Ledesma también decidió alejarse y en el plantel quedaron Ponzio y Matías Kranevitter como los principales volantes centrales. Llegó Marcelo Gallardo y le comunicó al santafesino que lo iba a tener en cuenta. Arrancó como titular pero enseguida se le presentó otro obstáculo: Kranevitter le sacó el puesto rápidamente. Otra vez a remar. En silencio y con trabajo, el hombre de Las Rosas esperó su oportunidad. Y la tuvo luego de que el joven de Yerba Buena sufriera una severa lesión. Una fractura en el quinto metatarsiano del pie derecho lo dejó casi tres meses afuera de las canchas. Y ahí reapareció el león santafesino en toda su dimensión.
Su juego fue creciendo partido a partido y se destacó en los choques de semifinales (contra Boca, sobre todo en la Bombonera) y de finales (frente a Atlético Nacional de Medellín) de la Copa Sudamericana 2014. El hincha lo miraba de reojo y después de esos cuatro partidos todo cambió y nació un romance entre Ponzio y los fanáticos millonarios.
Unos meses después, Gallardo reinventó a River. La fórmula con Leonardo Pisculichi de enganche ya no traía dividendos y para los octavos de final de la Libertadores 2015 metió a Ponzio para batallar con Kranevitter en el mediocampo. Leo volvió a ser figura y no salió más. Y cuando Kranevitter emigró al Atlético de Madrid después del Mundial de Clubes, el santafesino se adueñó del puesto. Y seis meses después, tras la partida de Marcelo Barovero, se convirtió en el capitán del plantel. Y desde ese lugar dio un mensaje esperanzador con respecto a la continuidad de Gallardo. “Marcelo no nos demuestra que esta pueda ser su última pretemporada como técnico de River. Nosotros lo tomamos como que va a ser nuestro técnico por mucho tiempo”, admitió el mediocampista.
A principios de este año, Ponzio estampó su firma para renovar el contrato con River hasta junio de 2018. Su deseo estaba claro: “Quiero terminar mi carrera acá”. Hoy, seis meses después, ese anhelo es una realidad. Ponzio se retirará con la banda roja ¿Cuándo? No se sabe. Tampoco importa. Todavía tiene ganas de seguir transpirando la camiseta de River. Y así lo reflejó en la conferencia de prensa que brindó ayer en el predio de Ezeiza...
“Vengo asimilando la posibilidad de mi retiro y me estoy preparando. Me queda un año de contrato e intentaré dar el máximo como para que las ganas me sigan saliendo solas y la cabeza esté bien. Después será semestre a semestre. Lo que sí sé es que River será el último club en el que seré deportista profesional de fútbol. Por suerte todavía tengo ganas, así que voy a seguir peleándola”, aseguró Ponzio con la misma firmeza con la que traba una pelota en la cancha.
Su espíritu guerrero, dejando hasta la última gota de sudor en el césped y su protagonismo en las últimas conquistas internacionales hicieron que se generara un idilio con los hinchas. Tal es así que Ponzio fantasea con una despedida como la que tuvo Fernando Cavenaghi hace poco más de dos semanas. “Fue hermoso lo que le hicieron a Fernando y lo que él se brindó. Llenar el Monumental no es fácil. Hay que convocar, eh, había 60, 70 mil personas”, advirtió Ponzio. Luego, reconoció: “La verdad es que me encantaría tener una despedida. Veremos qué se da, sería lindo”.