El cristinismo busca subir al ring a Bullrich
Quieren confrontar con él. Creen que en Cambiemos “lo esconden” porque es “un mal candidato”.
Cuando un dirigente peronista oK - o ambas cosas- habla del “candidato
invisible” habla de Esteban Bullrich, hasta hace unos días ministro de Educación de Mauricio Macri y desde el 24 de julio nombre top en la boleta de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires. Como postulante a senador, Bullrich habita el renglón donde compite Cristina Kirchner. Es, visto así, la oferta oficial para derrotar a la ex presidente. Pero se da fenómeno curioso: es el peronismo el que pretende darle visibilidad a Bullrich.
“Si ellos no lo muestran, lo tenemos que hacer aparecer nosotros” dicen a Clarín desde el comando de campaña de Unidad Ciudadana que a veces se reúne en la sede del PJ en la calle Matheu; otras en el Instituto Patria sobre Rodríguez Peña, el búnker
de Cristina. Fue en esa mesa donde se fijó, como una de las tácticas de campaña, poner el foco sobre Bullrich. La primera en hacerlo fue Verónica Magario, intendente de La Matanza. “Esteban Bullrich es el responsable de que tengamos una universidad fantasma. Por su culpa 3.000 jóvenes no puedan estudiar en el edificio nuevo que hizo el municipio con recursos propios”, pegó Magario.
La metralla de Magario es un ensayo. Los campañólogos peronistas rastrean movimientos del PRO y observan un detalle: hasta acá, la visibilidad de Bullrich en la campaña fue ín
fima. “Se dieron cuenta que es un mal candidato”, interpretan.
Cruzan esa percepción con números propios. El staff K tiene un trekking diario para detectar tendencias. Y uno de los elementos permanentes que es el bajo conocimiento de Bullrich y que tiene más imagen negativa que positiva. Lo definen como una “vulnerabilidad” para la campaña del PRO.
“Cuando se lo vincula a Cambiemos mejora su intención de voto notablemente. Si se mide al candidato solo, queda abajo de Massa. Con Cambiemos, lo supera”, indica un opera- dor que sigue el día a día del testeo.
Fernando Espinoza, “Wado” De Pedro, Oscar Parrilli, Carlos Castagneto y, entre otros, Tristán Bauer comparten esa mesa chica donde se definen asuntos logísticos, de fondos y planes de campaña. Así se analizó, discutió y resolvió el recurso de “subir
al ring a Bullrich”. La concepto de fondo es, discutir sobre candidatos y no sobre marcas. “El que después asume como senador es Bullrich entonces que sea él el que hable y marque posición sobre los distintos temas”, sostienen. La Casa Rosada apuesta a lo contrario: que la propuesta sea el equipo no el candidato.
“Como ellos no lo muestran, lo te
nemos que mostrar nosotros”, se acordó. Lo de Magario es la avanzada que, deslizan en el Instituto Patria, no involucrará a Cristina: “ella no va a hablar de ningún candidato”. Late una cuestión de fondo: Bullrich se vuelve competitivo si aparece medido como “candidato de Vidal” o como Cambiemos. Pero la transferencia de votos no es nada fácil, recuerdan en el PJ que tienen un antecedente notable: en 2013 Martín Insaurralde juntó apenas la mitad de la adhesión que tenían Cristina y Daniel Scioli.