Tras la Cumbre del Mercosur, Macri lanzó la campaña en Mendoza
Se mostró junto al gobernador Cornejo y otros referentes de la UCR, Ernesto Sanz y Julio Cobos.
Tras el cierre de la Cumbre del Mercosur, que le dejó un sabor ambivalente, el presidente Mauricio Macri se zambulló en la campaña electoral. Por primera vez desde que la carrera rumbo a las PASO se inauguró con un timbreo nacional, el Jefe de Estado se mostró con candidatos partidarios de las provincias. El marco fue el gimnasio de la federación de box mendocina. La dinámica se repetirá en otros distritos.
De manera paulatina Macri le pone cada vez más el cuerpo a la campaña, un proceso que en la Casa Rosada pretendían que fuera gradual para no dar la sensación de que se es- taba descuidando la gestión.
La organización del acto, como en cada distrito donde Cambiemos es gobierno, quedó en manos del gobernador Alfredo Cornejo. Por esa razón, tal vez, sobresalió la cantidad de banderas partidarias de la UCR y del PRO, una postal que no enamora al jefe de Gabinete, virtual director de la estética oficial. El único pedido que llegó desde Buenos Aires fue el de descolgar los banners con los nombres de los candidatos a concejales, para no generar malos humores entre las facciones de Cambiemos a nivel local, que en algunos departamentos están divididos.
Por lo demás, el acto -en formato de 360 grados- con un escenario casi al nivel del piso, en el centro del establecimiento, parecía calcado a los de la campaña de 2015. En primera fila alrededor del Jefe de Estado se sentaron dos radicales fuertes de la provincia, pero hoy con menor poder dentro del centenario partido: Ernesto Sanz y Julio Cobos.
En un discurso de diecisiete minutos -extenso para los tiempos que suele manejar- el Presidente se per- mitió un exabrupto. “Vamos a echarlos a patadas porque hacen mierda a nuestros jóvenes y no hay excusa para ningún político, ningún juez, ningún fiscal, a ser cómplice de ello”, bramó el mandatario en el clímax de su intervención y alejado de cualquier protocolo. Fuentes oficiales perjuraban que se trató de un gesto espontáneo.
La seguridad ocupó un rol central del acto. Es una de las prioridades del electorado mendocino. Un rato antes, en el mismo escenario, Cornejo sostuvo que el Gobierno anterior no luchaba contra el narcotráfico como sí lo hace éste. No es casual que Luis Petri ocupo el segundo lugar entre los candidatos. El propio Macri y Emilio Monzó abogaron ante Corne- jo para que el actual titular de la Comisión de Seguridad de la Cámara Baja revalide su banca. Macri fue el último orador después de Cornejo. Los precedieron la primera precandidata a diputada Claudia Najul y el intendente de la capital mendocina Rodolfo Suárez. También presidente de la UCR local, Suárez se mostró 100% mimetizado con la campaña PRO: camisa celeste, brindó un discurso breve y contó que en los timbreos la gente les pide que “no aflojen”.
Macri, ordenado, insistió con los caballos de batalla del oficialismo de cara a los comicios: quiso mostrar gestión y plantearlo como una elección entre el futuro y el pasado. Esta vez prefirió hablar de “resignación versus esperanza, mentira versus verdad, corrupción versus transparencia”.
Para referirse al primer punto enumeró la reparación histórica para los jubilados, los créditos hipotecarios y el crecimiento de la economía. “El cambio llegó pero el resultado económico de esto no llegó aún a muchísimos argentinos. Eran muchos años de estancamiento. No se construyen un país en 18 meses, menos el que soñamos”, sostuvo.
Macri permaneció en Mendoza junto a su esposa Juliana Awada, aunque en Presidencia evitaron dar precisiones sobre su paradero. Por la mañana, consignaron, regresará a Buenos Aires, aunque no tendrá ninguna actividad pública.